Alan García: El hombre que llevó a Chile a La Haya

García y Piñera
Alan García recibió en noviembre de 2010 al entonces candidato presidencial chileno Sebastián Piñera, en Palacio Pizarro.

El fallecido mandatario peruano Alan García no era partidario de demandar a Chile en tribunales internacionales y prefería negociar de manera bilateral un nuevo acuerdo pesquero, sin embargo, no pudo resistir la presión de grupos nacionalistas.


El 17 de junio de 2006, 13 días después de ser electo Presidente de Perú en segunda vuelta, con el 54,7% de los sufragios, Alan García Pérez llegó de visita a Santiago, a una reunión con la Presidenta Michelle Bachelet en el Palacio de La Moneda, y lo hizo con un compromiso especial. "Michelle, ten la certeza de que el tema no saldrá de la gaveta del escritorio", dijo en esa oportunidad el líder aprista, alzando una mano para reforzar el mensaje que en su mandato no llevarían la demanda contra Chile por límites marítimos al Tribunal Internacional de La Haya.

La escena, que se registró en uno de los salones del segundo piso de La Moneda y presenciada por quienes ejercerían como cancilleres de Chile y Perú en ese periodo, Alejandro Foxley y José Antonio García Belaúnde, respectivamente, fue clave para apaciguar los temores que había en Chile sobre los pasos que seguiría Lima en su estrategia frente a Chile y marcaban un giro en las deterioradas relaciones bilaterales.

Dos veces antes de ese viaje a Santiago, Alan García había planteado el mismo compromiso en conversaciones privadas que tuvo con Cristián Barros, entonces embajador de Chile en Lima. Los informes que remitió Barros a Santiago sobre esos diálogos reforzarían la idea de que García no era partidario de llevar el tema a tribunales internacionales y, por el contrario, optaría por la vía bilateral.

Para entonces, había más dudas que certezas en el gobierno chileno sobre la forma en que el recién electo mandatario peruano procedería. La diplomacia chilena no olvidaba que había sido durante el primer gobierno de Alan García en la segunda mitad de los años 80, cuando Perú levantó por primera vez la tesis de que no había tratados de límites marítimos entre ambas naciones, desconociendo como tales los acuerdos de 1952 y 1954. Fue precisamente con esa intención que García envió en mayo de 1986 al embajador José Miguel Bákula a conversar con el canciller de Pinochet, Jaime del Valle.

Hasta el día de hoy, muchos diplomáticos chilenos critican a Del Valle por haber enviado una nota de respuesta a Perú afirmando que Chile "tomaba nota" de lo planteado por Bákula y no haber rechazado por escrito los argumentos peruanos.

Tras ese episodio -amargo para la diplomacia chilena- poco más alcanzó a avanzar en el tema Alan García. "Caballo Loco", como lo apodaron los detractores del mandatario, pronto perdería interés por los temas internacionales con la misma velocidad que las medidas económicas y políticas de ese primer gobierno llevaban a Perú a una de las mayores crisis inflacionarias y financieras de las últimas décadas.

A mediados de 2006, en su retorno a Palacio Pizarro, un García más maduro y calmado declaraba públicamente su admiración por lo que habían hecho los gobiernos de la Concertación chilena y, lejos de las posturas históricamente reivindicacionistas de los sectores nacionalistas y militares peruanos, planteaba en su campaña presidencial la idea de "ganarle a Chile" en competitividad y comercio.

Quien fuera el canciller durante los cinco años del segundo gobierno de Alan García, José Antonio García Belaúnde, ha dicho en varias ocasiones que al asumir la administración, no había nada adelantado de la demanda. En la Cancillería peruana, por entones, apenas unos paper y 11 informes jurídicos era todo lo que le había dejado su antecesor, José Rodríguez Cuadros.

Por instrucciones expresas de Alan García, el canciller peruano intentaría convencer a su par chileno de iniciar una mesa de trabajo bilateral en temas pesqueros en el que se tocaría la situación fronteriza. La idea de los peruanos era que se delimitara una zona compartida para la pesca artesanal de Chile y Perú.

Durante varios meses García Belaúnde insistiría en esa línea, pese al poco interés que encontraba en la contraparte chilena de abrir una controversia. En reserva, sin embargo, Chile llevaba más de dos años preparando con abogados internacionales una eventual defensa ante tribunales internacionales.

En el entorno de Alan García afirman que fue Chile el que "los obligó" a recurrir a la corte.

En enero de 2007, el Congreso chileno aprobó la ley que creaba la nueva Región de Arica-Parinacota, la que incluía una indicación del gobierno fijando el límite norte de la nueva región en el Hito 1 de la frontera con Perú. El episodio desató una ola de protestas de los nacionalistas peruanos, pues involucraba el triángulo terrestre de menos de una hectárea y que Perú aún disputa, y obligó al gobierno de Bachelet a enviar a Lima al dirigente socialista Ricardo Núñez a conversar con Alan García (ver entrevista).

"Alejandro, no te metas con el Tratado 1929. Es un tema muy sensible para el Perú (...), quieres que vayamos a hablar con (George) Bush", le dijo García Belaúnde a Alejandro Foxley, recordando la cláusula del tratado que deja al Presidente de Estados Unidos la calidad de árbitro de las controversias fronterizas entre Chile y Perú.

La norma chilena polarizó a los peruanos. Grupos nacionalistas, liderados por Ollanta Humala realizaron una masiva marcha hacia la frontera chilena, la que fue detenida por el Presidente Alan García. Sin embargo, se anunciaban nuevas protestas, no solo contra Chile, también contra García.

"Puedo controlar una, dos marchas, pero a la larga esto va a ser un problema permanente, esto nos está jorobando mucho. No podemos estar permanentemente con el tema de Chile. Esto no da para más. Vamos a La Haya", le diría a fines de enero de 2007 el Presidente Alan García a su canciller, García Belaúnde.

Solo unas semanas después, el canciller peruano viajaría a París para hablar con el abogado Allain Pellet y así iniciar la demanda.

El 18 de junio de 2007, un año después de ese viaje a Chile en el que afirmó que el tema quedaría en la gaveta del escritorio, Alan García anunciaba por cadena nacional que demandarían a Chile ante La Haya.

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