Infiltración rusa entre las filas de Zelensky: otro frente se abre en la guerra de Ucrania
Luego de que el presidente del país invadido destituyera a dos de sus funcionarios más cercanos, se sospecha que son más de 800 las personas que han estado colaborando en acciones de sabotaje contra el Ejército ucraniano.
Una auténtica purga en los servicios de seguridad ucranianos: eso es lo que se está viviendo desde este domingo, en el que el Presidente Volodymyr Zelensky anunció la destitución del jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), Ivan Bakanov, y de la fiscal general Iryna Venediktova. Aunque ambos altos funcionarios no han sido acusados de traición, sí se les culpa por no haber hecho lo suficiente en miras a detener la infiltración de agentes rusos y de colaboradores con los invasores. De hecho, Zelensky reconoció que se estaban llevando a cabo cientos de investigaciones penales por presuntas “actividades de traición y colaboración” en el país sitiado.
Según el jefe de Estado, 651 personas están acusadas de facilitar información a Ucrania. Al suspender a Bakanov y Venediktova, Zelensky dio un primer paso que ha continuado esta semana, y parece que se va a extender: distintos jefes regionales de inteligencia han sido ya despedidos, entre los que se encuentran 28 miembros del servicio secreto, que habrían realizado su trabajo de “forma insatisfactoria”.
“No estamos hablando del despido de estos dos funcionarios, sino del hecho de que la fiscal general ha sido destituida de su cargo y el jefe del SBU ha sido suspendido temporalmente de sus funciones”, dijo Andriy Smirnov, subdirector de la oficina presidencial, el lunes. Zelensky solo puede despedir a la fiscal general, ya que ese nombramiento lo hace el presidente, mientras que el jefe de los servicios de seguridad es un nombramiento militar. En ambos casos, el Parlamento tendría que estar de acuerdo con cualquier destitución, indicó The Washington Post.
En efecto, este martes el Parlamento ucraniano aprobó la moción de no confianza, con una aplastante mayoría, para definitivamente cesar en sus funciones a Bakanov y Venediktova. Desde el inicio de la guerra, más de 800 personas han sido acusadas de participar en operaciones de sabotaje y reconocimiento para los rusos, declaró el funcionario del Ministerio de Interior Yevhen Yenin el mes pasado.
Bakanov y Venediktova, a pesar de no ser acusados por traición, fueron sacados de sus puestos, ya que habrían mantenido a cerca de 60 fiscales y agentes en territorio ocupado por Rusia, y que supuestamente estaban colaborando con los invasores. Según Smirnov, los dos funcionarios fueron despedidos por no saber limpiar sus respectivas agencias.
“Todos estábamos esperando de hace tiempo por resultados más concretos, quizás hasta radicales. Al mismo tiempo, incluso después de seis meses de guerra, seguimos encontrándonos con montones de esas personas”, señaló Smirnov, refiriéndose a los infiltrados. Los oficiales ucranianos señalan que muchos simpatizantes prorrusos han estado reportando al Ejército invasor la ubicación de objetivos clave, como guarniciones y depósitos de municiones, ayudando incluso a los artilleros a ajustar sus blancos.
Los despidos han sido las primeras señales de división al interior del equipo de Zelensky desde el inicio de la guerra. Tanto los políticos opositores como los medios ucranianos han estado especulando sobre el motivo, más allá de lo indicado por el oficialismo.
Por un lado, indica The New York Times, se especula que el presidente estaría usando la ley marcial para consolidar su poder en Kiev, y era posible que el despido de Venediktova tuviese motivaciones políticas. La fiscal general se estaba volviendo una líder estrella en Ucrania, debido a sus esfuerzos para perseguir los crímenes de guerra rusos.
A comienzos de mes, en declaraciones al programa World Service Outside Source, de la BBC, Venediktova dijo que se estaban investigando más de 21.000 crímenes de guerra y crímenes de agresión supuestamente cometidos por Rusia desde que comenzó su invasión a Kiev el 24 de febrero.
Otras especulaciones tenían que ver con Bakanov y sus enormes errores de inteligencia en los primeros días de la guerra. Estos errores habrían permitido a los rusos ocupar, casi sin pelea alguna, la ciudad sureña de Kherson. Bakanov, amigo de infancia de Zelensky, lo había acompañado desde su etapa televisiva, hasta el momento en que dio el salto en la política.
Esto último estaría apoyado por representantes del gobierno de Estados Unidos, que aseguraron a The New York Times que las propias agencias norteamericanas desconfiaban del SBU dirigido por Bakanov. Ya desde antes que empezase la guerra, los agentes norteamericanos daban su información de inteligencia de manera directa a las Fuerzas Armadas ucranianas, en miras a evitar su infiltración a manos de agentes rusos.
Este martes, luego de que una mayoría aplastante aprobara la moción de no confianza contra Bakanov y Venediktova, el líder de la bancada del partido oficialista Servidor del Pueblo, David Arakhmia, dijo que nueva información ha salido a la luz, y la purga en el SBU continuará. “Va a haber muchas ‘limpiezas’, porque a través de los años muchos residentes de los servicios especiales rusos se han infiltrado secretamente al interior de las paredes del SBU, lamentablemente. Tienen acceso a materiales que antes no habían tenido”, declaró el parlamentario.
Ya en abril habrían empezado las destituciones en el bando ucraniano, en específico contra dos generales del SBU: Andri Naumov, responsable de asuntos internos de la agencia, y el exjefe en Kherson, Serhiy Krivoruchko. También había despedido a los jefes de seguridad para Crimea y al de la provincia de Kharkiv.
Otro alto funcionario del Consejo de Ministros fue detenido durante el mes de junio, acusado de traición, pero sin que se hiciera publica su identidad. Durante ese mismo mes, las autoridades kievitas aseguraron haber encontrado una red de espionaje ruso en la que estaba envuelto el legislador Andriy Derkach, que había sido anteriormente acusado por Washington de ser un agente ruso. Según los servicios de inteligencia, Derkach habría establecido una red de empresas de seguridad privada, en miras a ayudar a facilitar la entrada de unidades rusas a las distintas ciudades durante la invasión del 24 de febrero.
Junto con otros líderes regionales, Volodymyr Horbenko ha sido el último oficial en perder su trabajo: hasta el momento, era el subdirector del SBU.
Zelensky nombró este mismo martes a nuevos jefes del SBU en las regiones de Dnipropetrovsk, Kharkiv, Poltava, Sumy y Zakarpatia, según una serie de decretos publicados en la página web de la Presidencia ucraniana, sin que trascendieran los motivos de estas decisiones.
En tanto, Venediktova será sustituida en la Fiscalía General por Oleksiy Symonenko, según el decreto de Zelensky que anuncia su destitución. En tanto, Bakanov será reemplazado “de forma temporal” por Vasil Maliuk al mando del SBU.
Tanto Symonenko como Maliuk tienen antecedentes controvertidos y no son conocidos por ser fuertes partidarios de las reformas. Ambos son cercanos al subjefe de personal de Zelensky, Oleh Tatarov, según fuentes policiales entrevistadas por The Kyiv Independent. Tatarov es el funcionario más notorio de la administración que fue sospechoso de corrupción antes de que la oficina de Venediktova arruinara el caso en su contra en 2020-2021.
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