José Ángel Di Mauro, analista argentino y biógrafo de Cristina Fernández: "Las PASO pueden transformarse en una primera vuelta por la polarización"

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Vista de un cartel propagandístico de Alberto Fernández, candidato a las primarias del Partido Justicialista, en Buenos Aires. Foto: EFE

De cara a las primarias del 11 de agosto en Argentina, Di Mauro dice a La Tercera que "el resultado deseado por el gobierno es una derrota por una mínima diferencia". "Una caída por más de seis puntos podría precipitar todo", advierte.


Publicada en 2004, Cristina K. La dama rebelde fue la primera biografía de la entonces primera dama argentina. Su autor, José Ángel Di Mauro, ya la definía ese año como "la mujer más poderosa del país". De cara a las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del próximo 11 de agosto, CFK vuelve a jugar sus cartas. Di Mauro, analista y director de Semanario Parlamentario, analiza en esta entrevista con La Tercera las opciones de las principales plataformas electorales: la oficialista de Mauricio Macri y la opositora encabezada por Alberto Fernández y secundada por Cristina Kirchner.

¿Qué se puede esperar de las PASO en una Argentina tan polarizada?

Dadas las circunstancias y esta polarización extrema a la que se está llegando, estas elecciones -que institucionalmente no tienen ningún valor, porque en los cargos principales no hay competencia partidaria interna, pero sí ofician como una fenomenal encuesta- cobran una importancia singular y se transforman casi en una primera vuelta. Esto es, muy probablemente, que las elecciones de octubre terminen transformándose en una suerte de balotaje entre los principales candidatos y se resuelva ahí la contienda. No es lo que preferiría el gobierno, que viene de atrás y crece con el tiempo. En la medida que la calma económica persista, se podrían percibir ciertas mejoras y de eso se desprende que si los resultados son como vienen anticipando las encuestas, el oficialismo vaya mejorando con cada elección y pueda ganar en noviembre, en el balotaje. Si se define en octubre, tiene más posibilidades la fórmula de los Fernández de llegar al 45% más un voto, porque además en esa elección no se contabilizan los votos en blanco. El resultado deseado por el gobierno, y que hoy presagian las encuestas, es una derrota en las PASO por una mínima diferencia -dos puntos sería el resultado soñado, cinco el máximo tolerable-, que permita en octubre una migración de votos de terceras fuerzas hacia Macri, como rechazo a Cristina. Pero una caída por una diferencia holgada, más de seis puntos, podría precipitar todo: una reacción adversa de los mercados el 12 de agosto y el gobierno podría entrar en una pendiente.

¿Qué explica el repunte que ha experimentado la fórmula oficialista?

La estabilidad cambiaria es la madre de la tranquilidad. Apaciguó la inflación que crecía de manera imparable y un dólar sin sobresaltos genera en el ciudadano un sosiego que inmediatamente se traslada a la imagen de los gobernantes. Paralelamente, la campaña de la oposición no es uniforme y los desacoples de sus candidatos despiertan cierto recelo.

Alberto Fernández se diferenció de Cristina Kirchner al señalar que "está claro que la condición de Venezuela es mucho más grave que la de Argentina", luego que su compañera de fórmula dijo que "con la comida, hoy en Argentina estamos igual que Venezuela". ¿Cómo se explica este giro?

Alberto y Cristina tienen un objetivo genuinamente afín, pero son muy distintos, como se pudo advertir durante los casi nueve años que duró el distanciamiento entre ambos. El hoy candidato presidencial fue un crítico muy duro de la gestión cristinista, digamos que se reivindica "nestorista". Digamos que en campaña, y con el objetivo superior de ganar las elecciones, CFK le tolera que se diferencie; tengo dudas sobre cómo podrían armonizar semejantes diferencias estando en el poder. Sinceramente no lo veo posible.

¿Cuánto pesa el fantasma del chavismo en la campaña?

Como la corrupción, lo de una Argentina camino a convertirse en Venezuela en manos de los Kirchner ya no rinde tanto en términos electorales. Ambos temas dieron todo lo que podían dar, pero la crisis económica los mandó a un segundo plano.

El politólogo Rosendo Fraga postula que las PASO "no sirven en Argentina". ¿Comparte ese análisis?

Totalmente. Las PASO no sirven para el fin que se dijo que fue creada: decidir candidaturas, con la experiencia uruguaya como espejo. En realidad lo que Néstor Kirchner pretendió hacer cuando las impulsó en 2009, después de perder por primera vez una elección, fue encorsetar a todos los candidatos. Que los que perdieran en el peronismo no pudieran buscar jugar luego con adversarios. O más aún: que los que quedaran fuera de las listas no molestaran luego... Porque cuando impulsaron esa ley, los Kirchner no pensaban en que ellos mismos fueran a usar las primarias alguna vez. En cuanto al macrismo, jamás les gustó esa ley y varias veces dijeron que iban a eliminarlas, pero como siempre terminaba siéndole útil, la mantuvieron. Porque las PASO le han servido -y le servirán ahora- para hacerse luego del voto de terceras fuerzas que pierden fuerza en las primarias.

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