Kiev se prepara para la guerra urbana, y Moscú también

Un vehículo militar destrozado en Kharkiv. Foto: AP.
Un vehículo militar destrozado en Kharkiv. Foto: AP

Con el lento avance de las tropas rusas por Ucrania, los expertos creen que la guerra pasaría de una etapa de invasión a una de lucha urbana, que les daría ventajas claves a los defensores.


Todos los expertos coinciden en que, a más de dos semanas del inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, el plan del Presidente Vladimir Putin parece no haber salido como esperaba: fallas logísticas y de inteligencia del lado ruso y una resistencia inesperada por parte de los ucranianos han llevado a un estancamiento en el avance de los invasores, que intentan rodear las ciudades estratégicas sin alcanzar a tomarlas.

El informe diario de la inteligencia británica detallaba este viernes: “Sigue siendo altamente improbable que Rusia haya conseguido los objetivos que se planteó en el plan previo a la invasión. Las fuerzas terrestres rusas siguen haciendo progresos limitados, y los problemas logísticos que ralentizaban el avance ruso persisten, al igual que la fuerte resistencia ucraniana”.

Lo que algunos esperaban terminase en menos de 10 días se estira y se estira, y el Kremlin se ve obligado a adaptarse para concretar sus objetivos. “Es probable que Rusia reinicie y reposicione sus fuerzas para una renovada actividad ofensiva en los próximos días. Esto podría incluir operaciones contra la capital, Kiev”, apunta el informe de la inteligencia británica.

Residentes tratando de evacuar la ciudad de Irpin, al norte de Kiev. Foto: AFP.
Residentes tratando de evacuar la ciudad de Irpin, al norte de Kiev. Foto: AFP

Como respuesta al llamado de voluntarios que ha hecho Ucrania, el Kremlin convocó a voluntarios sirios a combatir por el bando ruso. Su especialidad: la guerra urbana. Según indica el diario The Wall Street Journal, informes norteamericanos apuntan a que Moscú está buscando veteranos de la guerra siria, en miras a dar un golpe decisivo en la escalada de combates que se espera ocurran en Kiev.

Asimismo, según un medio de comunicación con sede en Siria, Deir Ezzor, Rusia ya llevaba un tiempo ofreciendo entre 200 y 300 dólares para “trabajar como guardias” en Ucrania, armados durante seis meses. También se confirmó que hay combatientes chechenos en los frentes, por el lado ruso.

Los combatientes sirios llevan casi una década peleando con tácticas de guerrilla urbana, algo de lo que las fuerzas rusas carecen. La experta del Instituto para el Estudio de la Guerra en Washington, Jennifer Cafarella, indicó que las fuerzas sirias podrían también desempeñar un papel de apoyo, en función de cómo habrían trabajado con los paramilitares de Wagner durante la guerra.

Quienes están muy conscientes de la necesidad de resistir en sus ciudades son los ucranianos: luego de la prohibición de que abandonaran el país los hombres en edad de combatir, muchos están recibiendo entrenamiento militar en espacios cerrados, para evitar ser atacados por los rusos. Parte de este entrenamiento incluye táctica de guerrilla.

Según John Spencer, profesor de la academia militar estadounidense West Point, la guerra en Ucrania solo se trata de una cosa: Kiev. “Todas las flechas que estamos viendo en los mapas, todas, lo que buscan es llegar a Kiev, para rodearla, entrar en ella y tomar el control”, apunta el experto.

En ese contexto, la guerra pasaría de una etapa de invasión a una de lucha urbana, que, a juicio de Spencer, les da ventajas claves a los defensores. “En toda guerra, el defensor siempre tiene ventaja. Pero en un contexto urbano, esa ventaja es 10 veces mayor. Porque todas las decisiones de lucha las toma el defensor. El defensor elige el edificio desde el que lucha. No necesita un búnker, elige un edificio bien sólido y puede luchar desde ahí. No tiene que construir trincheras. Las defensas ya están ahí. Quien ataca en este contexto no puede ver a través del cemento. Puede tratar de identificar algunos lugares, pero hay que entrar, en último término, en el edificio”, comentó al medio Nius.

Ahora mismo, sin embargo, la guerra habría caído a una etapa intermedia entre la invasión y el combate urbano: el cerco y aislamiento de las ciudades. “Aún hay líneas para abastecer a las ciudades, por eso se puede mandar ayuda. Pero tratar de aislar la ciudad es importante para así evitar que puedan llegar refuerzos para luchar. Si este aislamiento ocurre, entonces la población está atrapada ahí”, apunta Spencer.

Tanques del Ejército Ruso moviéndose en los suburbios de Mariupol. Foto: AP.
Tanques del Ejército ruso moviéndose en los suburbios de Mariupol. Foto: AP

“Las operaciones urbanas son la peor pesadilla de las fuerzas militares, comandantes y líderes políticos”, comentó Lance Dabies, especialista de la Real Academia Militar Sandhurst en Reino Unido. “La probabilidad de quedar atrapado en brutales combates casa por casa está casi garantizada, y un asalto a Kiev requeriría un gran compromiso en recursos y mano de obra, pero lo que es más importante, colocaría a las fuerzas rusas en estrecho contacto con poblaciones civiles legalmente protegidas e infraestructura crítica”, señaló en una entrevista con France 24.

Al mismo medio, el experto Alexander Grinberg, del think tank israelí JISS, señaló las dificultades de entrar con un tanque en una ciudad. “Meter tanques en zonas urbanas podría ser suicida. No pueden maniobrar ni moverse cómodamente. Para conquistar ciudades, necesitas una infantería profesional que esté altamente motivada, porque es siempre muy difícil”, apunta el analista.

A medida que pasa el tiempo, el panorama -y las vías- se empantana para los rusos. Según indica Spencer, la motivación que tiene uno y otro bando es radicalmente distinta, y Rusia tendrá que pagar un alto costo humano si pretende tomar Kiev. “Rusia necesita que todo esto pase rápido, porque, estratégicamente, no van a poder luchar siempre con una continua llegada a Rusia de cuerpos sin vida de soldados. Para los rusos, no es una lucha por la supervivencia nacional. No sé dónde está la línea roja a partir de la cual no lucharán más. Pero los ucranianos sí van a querer pagar un precio alto por luchar, y sí sé que los rusos no están dispuestos a pagar ese mismo precio”, opina Spencer.

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