Las claves del escándalo de espionaje ilegal que complica al kirchnerismo a días del balotaje
La prensa argentina apunta contra Cristina Kirchner como presunta responsable de la organización de agentes informales que espió a un millar de figuras públicas.
A menos de dos semanas de realizarse el balotaje en las presidenciales argentinas, un escándalo está copando los medios transandinos y, de paso, ensuciando la figura de la exmandataria y actual vicepresidenta, Cristina Kirchner. Se trata de la revelación hecha por una investigación judicial que está persiguiendo una “trama de espionaje ilegal”, con el exagente federal Ariel Pedro Zanchetta como cabeza.
Este policía retirado, preso desde junio pasado, tenía en su poder cientos de carpetas con información sobre distintos personajes políticos, tanto opositores como Javier Milei, como de su mismo campo político, incluyendo al candidato oficialista a la presidencia Sergio Massa, y el actual mandatario Alberto Fernández. Por eso mismo, muchos apuntan a Cristina Kirchner y miembros del kirchnerismo como las mentes tras la “máquina de espiar”.
Estas son las claves del caso que escandaliza a Argentina:
El espía
Ariel Pedro Zanchetta, de 57 años, trabajó 25 años para la policía argentina. Nacido en Junín, se presentaba en muchas partes como periodista, e incluso decía pertenecer al diario Clarín, aunque no se encontraron notas con su firma en el historial del medio. Los jueces llegaron a él en medio de otro caso: el de un “hacker misionero”, Elías Ezequiel Nuñes Pinheiro, que espiaba a jueces y que conseguía sus contactos a través de Zanchetta.
Según la Fiscalía argentina, Zanchetta vigiló, recopiló datos privados y armó carpetas con información personal de más de mil figuras públicas del país, el presidente y opositores incluidos.
En el currículum de Zanchetta, incorporado en su dictamen judicial, él asegura haber hecho cursos de periodismo y contrainteligencia, además de asesor de la Comisión de Seguimiento de Organismos de Inteligencia del Congreso.
La Nación detalló que Zanchetta infiltró teléfonos con una aplicación que es solo para gobiernos y usó tecnología militar.
El caso base y la revelación
Zanchetta había sido arrestado como acusado en el caso del hackeo de teléfonos de dos jueces de la Corte Suprema. A esto se le suma otra acusación, ya que, según la Fiscalía, explicó que habría trabajado algunos años como “agente no declarado” en la inteligencia estatal, durante los gobiernos de Cristina Kirchner, entre 2007 y 2015.
Luego del allanamiento de la casa de un miembro de La Cámpora, Fabián “Conu” Rodríguez, que es subdirector de la AFIP (Agencia Federal de Inteligencia), se descubrió en sus chats que él le mandaba órdenes a Zanchetta. La producción de espionaje de Zanchetta fue enorme: 1.196 informes de inteligencia sobre diferentes personas. La Fiscalía pidió la detención de “Conu” Rodríguez, que es funcionario camporista.
Estos descubrimientos pusieron los focos sobre Zanchetta, como pieza central de la trama espionaje. En siete años, el expolicía realizó más de 12 mil consultas a bases de datos de acceso restringido, como, por ejemplo, la Dirección de Migraciones y la Dirección de Registros del Automotor. Para eso contaba con usuarios y claves de acceso.
Entre sus archivos se hallaron también 19 videos de cámara oculta, que mostraban conversando con distintas personas, entre ellas, un ministro nacional y un intendente. Además se encontraron conversaciones entre el diputado oficialista Rodolfo Tailhade y Zanchetta, que muestran cómo este último le ofrecía enviarle “conversaciones con jueces”, en medio de la sentencia por corrupción que pesaba sobre la expresidenta Cristina Kirchner.
A pesar de los chats, Tailhade respondió al respecto: “No tengo la menor idea de quién es, nunca le pedí información, nunca le compré nada. Le atendí el teléfono una vez porque me dijeron que era periodista”.
Los espiados
Respecto a los objetivos de las investigaciones de Zanchetta, la lista es enorme. En la oposición, había información de Patricia Bullrich, Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales y Elisa Carrió, mientras que por La Libertad Avanza también espió a Javier Milei.
Las investigaciones no se quedaron en la oposición: el candidato presidencial y ministro de Economía, Sergio Massa; el actual presidente Alberto Fernández, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof; el precandidato presidencial Juan Grabois, e incluso el hijo de la vicepresidenta, Máximo Kirchner. La Nación publicó un párrafo con una lista aun más completa de los espiados, en la que, sin contar con Cristina Kirchner, están todas las personalidades importantes de la política transandina.
Las reacciones
Considerando el contexto de campaña presidencial, la política no tardó en querer aprovechar la revelación: “Massa nos espía usando la AFIP”, dijo Patricia Bullrich, la excandidata presidencial de Juntos por el Cambio y que hoy es aliada de Javier Milei. El candidato, en tanto, compartió el mensaje y señaló que se presentará como querellante en la causa.
Desde el peronismo, en tanto, se mantienen en silencio, aunque uno de los espiados, Juan Grabois, señaló en X que curiosamente había más espiados en el kirchnerismo además de él: “Todavía no me explico cómo puede ser K (por kirchnerista) un espía que espía más a los K que a los no-K, ni cómo puede estar contratado por La Cámpora un espía que espía al principal dirigente de La Cámpora. Lo que está más claro que el agua es que el Poder Judicial, las fuerzas y los servicios de inteligencia se venden al mejor postor”.
En Clarín, en tanto, aseguran que se trataría de una trama más amplia: “Una cosa es Zanchetta y su trabajo ilegal para jefes legales: un tipo que espía en la clandestinidad, para patrones (o clientes) funcionarios públicos, que le pagan con plata del Estado (…) Otra cosa es el contexto del trabajo de Zanchetta: no está aislado. Integra una máquina formidable y aceitada de espiar”.
Héctor Gambini, editor de Clarín, en una columna titulada “La máquina de espiar de Cristina Kirchner”, afirma que “una organización de agentes informales buscando roña, alimentada con dinero público, reporta a los hombres más cercanos a Cristina”.
“El escándalo que estalló exhibe las entrañas de un aparato de poder que, conducido por Cristina Kirchner, se ha propuesto acorralar al Poder Judicial hasta su máxima instancia”, escribió, en tanto, Carlos Pagni, columnista de La Nación.
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