Las reticencias del macronismo hacia Mélenchon ponen en duda el “cordón sanitario” contra Le Pen
Aún con la Agrupación Nacional de Marine Le Pen a punto de ganar la Asamblea Nacional, el sector oficialista en Francia opta por hablar de “dos extremos” y no sumarse a un bloque contra la extrema derecha.
33%, 28%, 21%. Con esos porcentajes, el podio de la primera vuelta en las legislativas francesas dejó a Agrupación Nacional de Marine Le Pen como primera fuerza política, seguido por el Nuevo Frente Popular (socialistas, ecologistas y La Francia Insumisa), y relegando a Emmanuel Macron y su sector a un tercer lugar. Las cosas aún no están decididas del todo, y este 7 de julio en el balotaje se podrá saber cómo quedará formada la Asamblea Nacional.
Y con Le Pen y Jordan Bardella a la cabeza, por tercera vez en estos últimos 8 años, el llamado que predomina es el de hacer la “barrage republicain”, el bloqueo republicano, y evitar, sea como sea, que la extrema derecha conquiste el Palacio de Matignon, la residencia oficial al primer ministro.
Si en las dos ocasiones anteriores (2017 y 2022), el beneficiado por esta situación fue el actual presidente Emmanuel Macron, es hoy mismo su sector centrista el que, viéndose en la decisión de favorecer al izquierdista Nuevo Frente Popular en decenas de circunscripciones, está optando por no retirar a sus candidatos, aun cuando hayan salido terceros en la primera vuelta de las legislativas.
Acusando a Jean Luc Mélenchon en particular, el líder de La Francia Insumisa, de antisemita y antiparlamentario, el campo oficialista se niega aliarse con la izquierda. “Agrupación Nacional tiene actualmente un bulevar hecho para conseguir la mayoría absoluta”, aseguró la periodista Salomé Saqué.
Para este balotaje, de los 577 escaños a repartir, hay cerca de 300 que se definirán en “duelos triangulares”: tres candidatos que superaron el umbral mínimo, y donde el que saque más votos este próximo domingo gana. Las listas tienen plazo hasta las 18.00 de este martes para retirar a sus candidatos de circunscripciones específicas, en miras a favorecer a uno u otro rival.
Se esperaba que, entre los candidatos de izquierda y de centro, el que hubiera salido tercero en estos duelos se retirase, pero el campo macronista no se ha mostrado dispuesto a esto último. El ministro de Economía, Bruno Le Maire, fue claro con su exclusión: no tiene ningún problema con aliarse con el Nuevo Frente Popular, con la condición de que no esté Mélenchon.
“Llamo a todos nuestros electores, en caso de que nuestros candidatos no estén en segunda vuelta, a votar por alguien del campo socialdemócrata, o sea, un representante del Partido Socialista, el Partido Comunista o Los Verdes. Combato a Agrupación Nacional, pero no voto por La Francia Insumisa”, indicó en France Inter el centrista, asegurando que el partido de Jean-Luc Mélenchon estaba tomando “posiciones contra la nación francesa”.
La misma posición, de no pactar con La Francia Insumisa, fue tomada por otras personalidades del “sector presidencial”, dígase el ex primer ministro Édouard Philippe y la presidenta saliente de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Privet. La líder ecologista Marine Tondelier, en France Inter también, criticó lo dicho por Le Maire en duros términos: “Lo que viene de hacer él, es un comportamiento de cobarde y privilegiado”.
En la misma entrevista, Tondelier señaló: “Felizmente, los electores de izquierda y ecologistas son menos sectarios y cobardes que eso. Porque es gracias a estos electores, que ellos (el macronismo) ganaron en 2017, es gracias a ellos que ganaron en 2022. Ahora escogieron el deshonor, y tendrán el deshonor y la derrota”.
Desde la izquierda, el mismo Mélenchon hizo un llamado a votar por los centristas en caso de ser necesario. “Para el balotaje, el Nuevo Frente Popular está presente en la mayoría de los ‘duelos’ (enfrentamiento entre dos candidatos), y en la mayoría de los cosas, frente a Agrupación Nacional. Por eso mismo, es posible votarnos directamente para tener la mayoría absoluta”, explicó en una conferencia de prensa donde hizo su llamado para este domingo 7.
“En unos cuantos casos, los ‘triangulares’ son posibles. Conforme a nuestros principios, y a nuestras posiciones constatadas en todas las elecciones precedentes, no permitiremos a Agrupación Nacional ganar las elecciones. Es por eso que, en la hipótesis de que ellos estén en primer lugar (en una circunscripción), en tanto que nosotros hayamos llegado terceros, retiraremos nuestra candidatura”, indicó Mélenchon. Este caso, de momento, se da en 90 de las 577 circunscripciones, y los candidatos de izquierda ya se están retirando para favorecer al centrismo.
En la misma situación, el líder del partido Place Publique y también perteneciente al Nuevo Frente Popular, Raphaël Glucksman, pidió a todos los candidatos que hayan quedado terceros, de todos los partidos, retirarse del balotaje para hacer frente a Agrupación Nacional. “La historia nos mira y nos juzga”, aseguró el izquierdista.
Reaccionando a los resultados de las legislativas, el presidente Macron mostró una postura más moderada que la de sus ministros: llamó a una “gran unión claramente demócrata y republicana” en contra de Agrupación Nacional. De todos modos, su 21% lo ha dejado muy por detrás de lo que esperaba cuando disolvió la Asamblea Nacional.
Desde el medio Sud Ouest lo dejan claro, con una columna llamada “Emmanuel Macron lo jugó y perdió todo”: “Según el escenario construido sólo dentro de los muros del Elíseo, esta disolución debía permitir a Emmanuel Macron responder a la ira de los europeos y recuperar la mayoría en la Asamblea. El fracaso es amargo”.
Las proyecciones para la Asamblea Nacional le dan al partido de Jordan Bardella entre 240 y 270 escaños, según Ifop-Fiducial en un estudio hecho para Le Figaro. Con eso, aún siendo el partido más votado, Agrupación Nacional tendría solo la mayoría relativa: la absoluta se consigue con 289 diputados.
En tanto, el Nuevo Frente Popular conseguiría entre 180 y 200 escaños, contra los 60 a 90 que conseguiría Juntos, la coalición de Macron. De no lograrse la mayoría absoluta, es probable que haya un bloqueo institucional de tres bloques -izquierda, centroderecha y extrema derecha- en el Parlamento. Esto obligaría a esperar un año sin primer ministro en el Hôtel de Matignon, ya que no se pueden hacer legislativas en menos tiempo que ese.
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