Líderes europeos buscan coordinar medidas contra el Covid-19 ante vacaciones después que algunos países endurecieran sus restricciones

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Desde julio, la Unión Europea cuenta con un Certificado Covid, con el que se garantizaba libre circulación a vacunados y se comprometían a no imponer condiciones adicionales. Sin embargo, Portugal, Irlanda y este martes Italia, han tomado medidas más restrictivas para el ingreso a sus territorios. Durante este jueves buscarán afianzar la estrategia de vacunación y el combate a la desinformación a indecisos, para poner estas acciones como eje central frente al repunte de contagios impulsado por la variante ómicron.


Los líderes de la Unión Europea tratarán este jueves de afianzar la apuesta por la vacunación como eje central de la acción frente al repunte de contagios por coronavirus y reiterarán la necesidad de coordinarse mejor en caso de nuevas medidas, una tarea compleja de la que ya se han descolgado países como Portugal e Italia anunciando restricciones a los viajes de europeos durante las próximas vacaciones.

Con un tercio de la población europea aún por vacunar contra el coronavirus -a pesar de contar con recursos suficientes-, los líderes tienen entre sus prioridades reforzar la estrategia de vacunación y afinar la lucha contra la desinformación que frena a los indecisos.

También quieren insistir en la importancia de inocular la dosis de refuerzo en los pacientes que completaron su pauta en la primera campaña de vacunación y en agilizar la administración de la vacuna en los menores de doce años, como dos de las medidas clave para contener el avance de la variante ómicron.

Según dijo este miércoles la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una intervención ante la Eurocámara para explicar los objetivos de esta cumbre, la preocupación por ómicron es creciente por su rápida propagación y se estima que “a mediados de enero será la variante predominante en Europa”.

Sin embargo, sigue habiendo poca información científica sobre las características de la variante, razón por la que la mayoría de gobiernos europeos están pidiendo más tiempo antes de decidir si ven necesarias nuevas restricciones.

La alerta por la variante ómicron llevó a la mesa de discusión la posibilidad de imponer PCR negativas a todos los visitantes extracomunitarios, incluidos los no vacunados, pero no cuenta de momento con suficientes apoyos, más por la falta de dictámenes científicos que por reservas a elevar las restricciones en contra de lo acordado hasta ahora.

Estas dudas han ralentizado también los tiempos de la propuesta de la Comisión para revisar los criterios del mapa de riesgo en la Unión Europea, para incluir la tasa de vacunación y restringir los viajes de los no vacunados en zonas de alto riesgo, aunque se espera que los líderes den vía libre a la idea de que el Certificado Covid caduque a los nueve meses si su titular no tiene dosis de refuerzo.

“Creemos que hemos de ser prudentes, no sabemos si en enero nos encontraremos con que debemos tomar medidas nuevas y diferentes”, explicaba un alto diplomático europeo para no tomar posición sobre el endurecimiento de las normas para viajeros anunciadas por sorpresa en Italia.

La Unión Europea cuenta desde julio con el Certificado Covid UE diseñado para garantizar la libre circulación de los europeos que estén plenamente vacunados, recientemente curados o presenten un test negativo.

Este entendimiento incluye el compromiso de que los veintisiete países no impondrían condiciones adicionales a los europeos titulares de este certificado, pero varios de los socios han empezado a alejarse de lo pactado por miedo al repunte de casos y la proximidad de las navidades

El primer país en exigir un test negativo al margen del certificado de vacunación para entrar en su territorio fue Portugal, desde el 1 de diciembre, e Irlanda siguió sus pasos el 5 de diciembre. Por su parte, Italia anunció el martes que impondrá una cuarentena de cinco días para los pasajeros procedentes de países de la UE que no estén vacunados y un test negativo para aquellos que sí estén inoculados.

La decisión del Gobierno de Mario Draghi, sin aviso previo a sus socios ni a Bruselas pese a existir el compromiso de hacerlo, ha causado estupor en algunos de los Estados miembro que esperan explicaciones en esta cumbre.

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