Liz Truss asumió el martes como nueva primera ministra británica, prometiendo una acción inmediata para afrontar uno de los retos más abrumadores para un líder entrante en la historia de la posguerra, encabezado por el aumento de las cuentas energéticas, una inminente recesión y problemas industriales.

Truss, que viajó hasta el Castillo de Balmoral, la casa escocesa de la familia real, para recibir el encargo de la reina Isabel II de formar gobierno, sustituye en el puesto a Boris Johnson, que se vio obligado a dimitir tras tres tumultuosos años en el poder.

“Nos enfrentamos a graves vientos en contra a nivel mundial causados por la terrible guerra de Rusia en Ucrania y las consecuencias del Covid”, dijo la exsecretaria de Relaciones Exteriores, de 47 años, en las afueras de su despacho de Downing Street.

“Confío en que juntos podamos capear el temporal. Podemos reconstruir nuestra economía y convertirnos en la brillante Gran Bretaña moderna que sé que podemos ser”, agregó.

Truss dijo que tiene tres prioridades: hacer crecer la economía a través de recortes de impuestos, hacer frente al aumento de los costos de la energía a partir de esta semana y garantizar que la gente reciba la atención que necesita en el Servicio Nacional de Salud estatal (NHS).

Sin embargo, hereda una economía en crisis, con una inflación de dos dígitos, el costo de la energía disparado y con el Banco de Inglaterra advirtiendo de una larga recesión para fines de año. Ya hay trabajadores en todos los sectores de la economía que se han puesto en huelga.

Su plan para reactivar el crecimiento a través de recortes fiscales, al tiempo que podría destinar unos 100.000 millones de libras esterlinas (116.000 millones de dólares) a la energía, ha sacudido los mercados financieros, haciendo que los inversores se deshagan de la libra esterlina y de los bonos del Estado en las últimas semanas.

Truss también ha prometido desechar los planes de aumentar el impuesto de sociedades a las grandes empresas y revertir el incremento de la tasa sobre las nóminas de los trabajadores y los empresarios, diseñados para recaudar fondos adicionales para la salud y la asistencia social, y que el gasto extra procedería de los gravámenes generales.

Los bonos del Estado británicos a 30 años sufrieron su mayor caída en un día desde marzo de 2020, cuando la pandemia del Covid-19 provocó la agitación en los mercados financieros, ya que los inversores se fijaban en el endeudamiento adicional que probablemente requerirán los planes de Truss.

La nueva premier ya comenzó con los nombramientos para su gabinete. Así, el exsecretario de Negocios Kwasi Kwarteng fue designado como ministro de Hacienda. El diario The Telegraph señala que debería recibir instrucciones para revertir el alza de la Seguridad Social tan pronto como sea prácticamente posible y cancelar la subida prevista del Impuesto sobre Sociedades.

Quien fuera secretaria del Trabajo y Pensiones, ahora estará a cargo de la cartera de Salud. Si bien Thérèse Coffey, quien también ejercerá como viceministra, es poco conocida por el público en general, es una de las amigas más cercanas de Truss en la política.

Ayudó a ejecutar la campaña de Truss y ocupó cargos gubernamentales anteriores en la oficina del jefe de bancada y el Departamento de Medio Ambiente después de convertirse en diputada en 2010, indicó The Telegraph.

Tiene como tareas reducir los retrasos en el NHS es una de sus principales prioridades políticas. Será ella quien enfrente a la líder adjunta laborista, en las sesiones de preguntas y respuestas cuando la primera ministra esté ausente.

James Cleverly fue designado como secretario de Relaciones Exteriores y es uno de los aliados más cercanos de Truss y trabajó con ella en el Foreign Office como ministro adjunto.

Suella Braverman fue nombrada ministra del Interior. Ella habría sido confirmada en este puesto hace mucho tiempo, según indica The Telegraph.

“Suella ha estado ocupada recibiendo informes de antecedentes, leyendo informes de grupos de expertos, realmente enfrentándose a eso”, dijeron.

El actual ministro de Oportunidades del Brexit, Jacob Rees-Mogg, ocupará el puesto de Negocios y Energía.

La nueva primera ministra abordará las últimas crisis que azotan a Reino Unido con una mano política más débil que la de muchos de sus predecesores.

Tras haber ocupado un puesto en el gabinete de ministros de alto nivel durante ocho años, derrotó a su rival Rishi Sunak en una votación de los miembros del Partido Conservador por un margen más estrecho de lo esperado, y con un apoyo inicial de los legisladores en favor de su rival.

Johnson, que intentó aferrarse al poder en julio, pese a la dimisión masiva de ministros por una serie de escándalos, dijo a los periodistas y políticos reunidos en Downing Street a primera hora del martes que el país debe unirse.

“Es hora de poner fin a la política, amigos”, dijo en su discurso de despedida. “Es hora de que todos nos pongamos detrás de Liz Truss, su equipo y su programa”.