Más allá de la integración regional: la apuesta de Lula tras la polémica cumbre de Brasilia

El Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, habla durante la Cumbre Sudamericana en el Palacio de Itamaraty en Brasilia, el 30 de mayo de 2023. Foto: Reuters

Según la prensa brasileña, el mandatario requiere protagonismo en América del Sur con la mirada puesta en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde buscaría un asiento permanente.


En una cumbre de países de Sudamérica marcada por los roces ante la presencia de Nicolás Maduro, el anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva, salió nuevamente en defensa del Presidente venezolano. “Nadie está obligado a pactar con nadie”, dijo el mandatario brasileño cuando se le preguntó sobre las críticas al régimen de Caracas. Antes de la reunión, Lula sostuvo una conversación con Maduro el lunes. En una declaración pública, reclamó que Venezuela es blanco de “narrativas”, en referencia a las afirmaciones de que el país es una dictadura.

“Maduro es parte de este continente nuestro. Hubo mucho respeto con la participación de Maduro. Nadie está obligado a estar de acuerdo con nadie. Así lo estamos haciendo”, respondió el mandatario brasileño. La declaración de Lula se produjo anoche, en una conferencia de prensa después de la reunión con los presidentes sudamericanos en Brasilia, destacó el portal G1 de Globo.

“Vamos a entrar en una nueva etapa de integración y unidad de América del Sur. Sin dejar atrás, desdeñando, la experiencia que hemos obtenido en los últimos 15 años, de progreso y diálogo en América del Sur”, dijo Maduro relativizando las críticas en su contra, según consignó el diario Folha de Sao Paulo.

“Hay presidentes con diferentes visiones, como ustedes saben. Somos una corriente popular, bolivariana y de izquierda, y participamos en todos los procesos integracionistas de América Latina y el Caribe. No tenemos problema en sentarnos, conversar y hablar con franqueza con ninguna fuerza política, ningún presidente, ninguna corriente. Un diálogo respetuoso, tolerante, de unidad en la diversidad”, agregó, sin nombrar a sus críticos en la cumbre de Brasilia.

Fue el epílogo para una cumbre donde los asistentes reconocieron la importancia de mantener un diálogo regular para impulsar la integración y proyectar la voz de la región en el mundo. Según The Associated Press, acordaron elaborar una hoja de ruta para supervisar dichos objetivos.

El Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, habla durante la Cumbre Sudamericana en el Palacio de Itamaraty en Brasilia, el 30 de mayo de 2023. Foto: Reuters

Los mandatarios acordaron establecer un “grupo de contacto” encabezado por los cancilleres de los 12 países reunidos, para evaluar “las experiencias de los mecanismos sudamericanos de integración” y la elaboración de una hoja de ruta “que será sometida a la consideración de los jefes de Estado”, señaló la declaración que fue aprobada en la cumbre de Brasilia.

Al encuentro, que tuvo lugar el martes en el Palacio de Itamaraty, en Brasilia, asistieron los presidentes de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Uruguay, Surinam y Venezuela. Por parte de Perú acudió Alberto Otárola, presidente del Consejo de Ministros.

Los participantes acordaron volver a reunirse, en fecha y lugar a ser determinados, para repasar el curso de las iniciativas de cooperación sudamericana y determinar los próximos pasos, dijo el documento que fue difundido por el gobierno brasileño.

Los dirigentes se comprometieron a trabajar por el incremento del comercio y de las inversiones entre los países; la mejora de la infraestructura y logística; el fortalecimiento de las cadenas de valor regionales; la aplicación de medidas de facilitación del comercio e integración financiera, y la superación de las asimetrías.

También acordaron esforzarse en la eliminación de medidas unilaterales y el acceso a los mercados por medio de la red de acuerdos de complementación económica, incluso en el marco de la Aladi (Asociación Latinoamericana de Integración), teniendo como meta una efectiva área de libre comercio sudamericana.

Pero la búsqueda de intereses comunes, destacó The Associated Press, resultó por momentos difícil de alcanzar, debido a que persisten las diferencias ideológicas y la polémica figura del Presidente Nicolás Maduro se volvió a convertir en el centro de atención en una cita regional.

El Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, saluda a su par argentino, Alberto Fernández, durante la Cumbre Sudamericana en el Palacio de Itamaraty en Brasilia, el 30 de mayo de 2023. Foto: Reuters

Varias discrepancias surgieron en torno a Maduro y la idoneidad de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) como foro de colaboración durante la cumbre convocada por Luiz Inácio Lula da Silva, impulsor de la integración y quien busca retomar el liderazgo regional luego de volver al poder en enero por tercera vez.

De hecho, los países que abandonaron Unasur vetaron cualquier mención del organismo en el comunicado final de la reunión en Brasilia, aseguró Folha de Sao Paulo. Según el periódico, el movimiento fue liderado por países como Uruguay, Paraguay y Chile, que han abogado por una reanudación de la integración en América del Sur sin influencia de ideologías y centrada en pilares pragmáticos.

Ya en la víspera de la cumbre en Brasilia, el diario paulista destacó que la cita presidencial convocada por Lula con el objetivo de relanzar las bases de la integración regional tropezó con la resistencia de un grupo de países contra su proyecto de la Unasur.

Según Folha, a lo largo de las negociaciones que precedieron a la reunión, los representantes de los líderes invitados enviaron el mensaje a Itamaraty de que no estaban de acuerdo con una integración regional basada solo en la revitalización de la Unasur. “Además, estos gobiernos argumentan que cualquier mecanismo de integración debe ser ‘desideologizado’ y centrado en una cooperación pragmática que sobreviva a la alternancia en el poder”, agregó.

Folha recordó que el principal argumento de los detractores del proyecto es que la propia Unasur fue víctima de su asociación con la época dorada de la izquierda sudamericana. El organismo fue creado en 2008 por los presidentes que entonces eran los máximos exponentes regionales de esta corriente ideológica: Lula, Cristina Kirchner (Argentina) y Hugo Chávez (Venezuela). El objetivo era crear un mecanismo regional sin influencia estadounidense.

Pero la apuesta de Lula con la cumbre de presidentes sudamericanos en Itamaraty sería más ambiciosa que la rearticulación de la Unasur. Según Jamil Chade, columnista de UOL, “la decisión del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva de convocar a todos los presidentes de América del Sur a una reunión en Brasilia no solo está relacionada con una nueva etapa de integración regional y el relanzamiento de la construcción de alianzas. Para Brasil, liderar América del Sur es la única forma de garantizar que pueda ser considerado un candidato legítimo para un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU”.

Chade plantea que “Lula considera que la reforma del sistema internacional es urgente y que el estancamiento en la ampliación del consejo profundiza la crisis de confianza en el mundo”. “No hay acuerdo entre las potencias sobre una posible reforma del máximo órgano de seguridad de la ONU. Pero entre los diplomáticos, la guerra en Ucrania puede reabrir un debate más amplio sobre la redefinición de las instituciones internacionales y la transformación de las relaciones de poder en el mundo”, agrega.

El columnista brasileño destacó que Brasil, que busca un escaño desde la década de 1990, quiere relanzar el llamado a una transformación en el organismo de la ONU. Sin embargo, para calificar como el candidato sudamericano, “necesita demostrarle al mundo que él es, de hecho, el principal jugador de la región”. Ello, considerando que ¡en los últimos cuatro años ha desaparecido el protagonismo de Brasil en la región y, con él, la posición de representante natural del continente”.

El Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el líder de China, Xi Jinping, asisten a una ceremonia de bienvenida en el Gran Salón del Pueblo en Beijing, el 14 de abril de 2023. Foto: Reuters

Este análisis no es nuevo. En abril pasado, Rafael Duarte Villa, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Sao Paulo, dijo a La Tercera que “la última vez que Brasil intentó en 2005-2006 un puesto como miembro permanente, la candidatura de Brasil no fue adelante porque Estados Unidos y China vetaron esa posibilidad”.

En medio de la guerra de Ucrania, donde Lula apuesta a ser un mediador ante Rusia, el académico dijo que “Brasil se quiere nuevamente demostrar como un actor, como una potencia media regional con autonomía frente a las grandes potencias, especialmente frente a Estados Unidos y parte de Europa”.

Debido a que China es su principal socio comercial en este momento y los vínculos con Rusia en los Brics (un acrónimo de cinco economías líderes: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), además de ser uno de sus mayores proveedores de fertilizantes, Brasil “ahora quiere tejer esas alianzas y una declaración contra Rusia puede prolongar esas aspiraciones de Brasil en el Consejo de Seguridad hasta por muchas décadas”, indicó Duarte Villa.

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