Más de 700 millones de personas no saben cuándo volverán a comer, dice jefa de la agencia alimentaria de Naciones Unidas

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La agencia estima que cerca de 47 millones de personas en más de 50 países están a un paso de la hambruna.


Una crisis global de hambre hace que más de 700 millones de personas no sepan cuándo volverán a comer de nuevo o si podrán hacerlo, y la demanda de alimentos sube sin cesar mientras los fondos humanitarios se agotan, dijo la jefa de la agencia alimentaria de Naciones Unidas el jueves.

Debido a la falta de financiamiento, el Programa Mundial de Alimentos se ha visto obligado a recortar las raciones de alimentos a millones de personas, explicó la directora ejecutiva del PMA, Cindy McCain, al Consejo de Seguridad de la ONU, y advirtió que “hay más recortes en camino”.

“Ahora vivimos una serie de crisis coincidentes y a largo plazo que seguirán aumentando las necesidades humanitarias”, afirmó. “Esta es la nueva realidad de la comunidad humanitaria, nuestra nueva normalidad, y nos enfrentaremos a las consecuencias durante años”.

La agencia estima que cerca de 47 millones de personas en más de 50 países están a un paso de la hambruna y que 45 millones de niños de menos de cinco años sufren desnutrición aguda, apuntó la jefa del PMA.

Según las estimaciones de la agencia procedentes de las 79 naciones donde opera, hasta 783 millones de personas — uno de cada 10 habitantes del planeta — se acuesta con hambre cada noche. Más de 345 millones de personas sufren altos niveles de inseguridad alimentaria este año, unos 200 millones de más que antes de la pandemia del COVID-19, añadió.

En la base del incremento está la “letal combinación de conflictos, crisis económicas, condiciones climáticas extremas y el alza del precio de los fertilizantes”, indicó el PMA.

Las consecuencias económicas de la pandemia y de la guerra de Rusia en Ucrania han elevado el precio de los alimentos haciéndolos inaccesibles para millones de personas en todo el mundo, al tiempo que el alza de los fertilizantes ha reducido la producción de maíz, arroz, soya y trigo, agregó.

“Nuestro desafío colectivo es impulsar las asociaciones ambiciosas y multisectoriales que nos permitan atajar el hambre y la pobreza de forma eficaz, y reducir las necesidades humanitarias en el largo plazo”, dijo McCain a los líderes empresariales que acudieron a una reunión del Consejo centrada en las colaboraciones humanitarias público-privadas.

El objetivo no es únicamente el financiamiento, indicó, sino encontrar soluciones innovadoras para ayudar a los más necesitados.

El consejero delegado de Mastercard, Michael Miebach, dijo al Consejo que “la ayuda humanitaria ha sido durante mucho tiempo competencia de los gobiernos” y las instituciones de desarrollo, mientras que el sector privado era visto como una fuente de donaciones para suministros.

“El dinero sigue siendo importante, pero las empresas pueden ofrecer mucho más”, afirmó. “El sector privado está dispuesto a afrontar los retos que se plantean en colaboración con el sector público”.

Lana Nusseibeh, embajadora de Emiratos Árabes Unidos, recordó que este año la ONU hizo un llamado para conseguir más de 54.000 millones de dólares, “y, hasta ahora, el 80% de esos fondos siguen sin recaudarse”, lo que demuestra que “nos enfrentamos a un sistema en crisis”.

Según Nusseibeh, las asociaciones entre los sectores público y privado, que antes eran colaboraciones útiles, son ahora cruciales para la labor humanitaria.

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