Morena, de movimiento social a partido ganador en México
El partido de AMLO, quien ayer se reunió con Peña Nieto para iniciar la transición, se conformó recién en 2014.
En el imaginario colectivo mexicano, Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, se convirtió en un acrónimo de la Virgen de Guadalupe, la virgen "morena" y patrona de México. Ocho de cada 10 mexicanos se consideran católicos y la imagen del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) adquirió tintes tan mesiánicos como la de su líder y futuro Presidente del país. Hasta 2011, el partido de AMLO ni siquiera existía. Pero ahora no sólo accedió a la Presidencia, sino que también tendrá mayoría en el Congreso, además de arrasar en alcaldías y gobernaciones.
Morena surgió a fines de 2011 como un movimiento ciudadano en apoyo a la segunda candidatura presidencial de AMLO, que perdió frente a Enrique Peña Nieto (PRI) en 2012. Tanto en esas elecciones, como en las de 2006, López Obrador compitió por el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD). Tras esas dos derrotas consecutivas, AMLO sabía que debía dejar el PRD y apostar por un movimiento no tradicional, en sintonía con el creciente rechazo de los mexicanos a los dos conglomerados que los han gobernado desde 1929: el PRI y el PAN.
Luego de los comicios de 2012, el incipiente Morena enfrentó una gran disyuntiva: pasar de un movimiento social a un partido político propiamente tal. Dos años más tarde, Morena se instauró como partido, bajo el liderazgo de López Obrador.
En 2015 participó en sus primeras elecciones, logrando 3 millones de votos y 35 diputados federales. Tres años más tarde, Juntos Haremos Historia, la alianza de AMLO conformada por Morena, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES) obtendría 218 escaños de los 300 asignados por elección directa en la Cámara de Diputados.
A su vez, en el Senado, la alianza de López Obrador obtendría 52 de 128 curules, 252 alcaldías, cinco gobernaciones, entre éstas Ciudad de México, y control político en nueve capitales federales, según el diario El Universal. "De no tener gubernatura alguna, Morena de pronto se topa con que tendrá cuando menos cinco: Chiapas, Ciudad de México, Morelos, Tabasco y Veracruz. Además, ganó varias capitales estatales y la mayoría en distintos congresos locales", señaló Pascal Beltrán del Río, director del diario Excelsior.
Como Lula
Morena se ha construido como un partido que es casi un sinónimo de AMLO y eso, según los analistas mexicanos, podría convertirse en uno de sus puntos débiles, al ser un conglomerado muy centrado en la figura de López Obrador. Así, si el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil es sinónimo de Lula y el Movimiento Al Socialismo (MAS) de Evo Morales, Morena es AMLO.
De todos modos, Morena fue construyéndose no sólo con recién llegados a la política mexicana, sino que también con antiguos militantes del PRI y del PAN (derecha). Pese a esto, los expertos plantean que durante el gobierno de AMLO, Morena enfrenta el desafío de mantenerse conectado con las demandas sociales que llevaron a su candidato a la Presidencia.
En medio de la crisis de representación, los cuestionamientos al modelo político y los altos índices de corrupción y violencia, Morena penetró en esa dimensión social y sacó partido de las promesas de cambio. Pero ahora el desafío será mayor, ya que estará detrás del primer Presidente de izquierda electo en México, en medio de enormes expectativas de transformaciones sociales.
También Morena deberá hacer frente a las distintas corrientes que conviven en Juntos Haremos Historia, donde no todos son de izquierda. Ejemplo de aquello es el Partido Encuentro Social (PES), fundado en 2006 y de corte confesional. La ideología del PES es de centroderecha y sus militantes mayoritariamente evangélicos.
"AMLO es miembro activo de una iglesia evangélica. De allí su negativa a temas como el matrimonio igualitario y la despenalización del aborto. Es congruente con su esencia tradicionalista (¿derechista?). Digámoslo, pues, con todas sus letras: AMLO no es un hombre de izquierda", plantea Luis Enrique Ramírez, del portal Debate. Así, este columnista sostiene que López Obrador se identifica más con el PES que con Morena. A su vez, el Partido del Trabajo, que se declara socialista, tiene una agenda muy distinta a la del PES.
Mientras AMLO, acusado por sus detractores de ser un populista, confirmó ayer que renunciará a la seguridad, a la residencia y al avión presidencial. Además, anunció que pedirá ayuda al Papa Francisco para impulsar la paz en México, agendó una reunión con el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo y se reunió con Peña Nieto. "Primero los pobres", es el sello que desea imprimir.
El "interés" de AMLO por la Concertación
Pese a ser un reconocido admirador de Salvador Allende, Andrés Manuel López Obrador no tiene "vínculos institucionales" con el PS, según señalan en el partido. En 2017, AMLO visitó el Salón Blanco de La Moneda, que recuerda la oficina de Allende, en el marco de una reunión con Michelle Bachelet. En esa ocasión también se encontró con Marco Enríquez-Ominami.
Detrás de la visita estuvo el ex embajador en México Ricardo Núñez (PS), quien señaló a La Tercera que AMLO "ha mantenido un gran interés, él y su círculo más cercano, particularmente aquel que va a asumir la política exterior, en la experiencia de la Concertación, del entendimiento de la centroizquierda para derrotar la dictadura".
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