¿Nace una nueva Primavera Árabe en África?
En Argelia, la ciudadanía critica la decisión de Abdelaziz Buteflika, en el poder desde 1999, de presentarse como candidato a un quinto mandato en abril. A su vez, en Sudán, las protestas contra el fin a los subsidios al trigo y al combustible, ya suman tres meses.
"Son ellos (los que tienen poder) los que decidirán quién será el Presidente. Lo cocinan entre ellos y nosotros no contamos nada. Nadie presta atención de la juventud que hoy enfrenta el desempleo y desafíos reales", se lamenta Rahim, un joven argelino que estudia turismo en Argel, citado por la agencia EFE. Reclamos como los de Rahim son los que han movilizado a miles de personas desde fines de enero en protesta por la decisión del Presidente Abdelaziz Buteflika, en el poder desde 1999, a presentarse para un quinto mandato en abril.
Sin embargo, los dardos contra Buteflika son mucho más profundas. Al gobernante se le acusa de no haber hecho frente a la aguda crisis económica y social que afecta a Argelia desde 2014, cuando se desplomó el precio del barril de petróleo, del que depende su frágil economía, basada en los subsidios. Así, los ingresos del petróleo cayeron de US$ 74 mil millones en 2007 a US$ 24 mil millones en 2017, mientras que el desempleo subió a 12% y a 29% entre los jóvenes, que corresponden a más de la mitad de la población. La economía del país norafricano apenas creció 0,8% el año pasado.
Buteflika, que el sábado cumplió 82 años, sufrió en 2013 un "agudo accidente cardiovascular" que le ha impedido hacer campaña para las elecciones. De hecho, desde hace años que no habla en público y se mueve en su silla de ruedas empujada por su hermano Said. Rara vez se le ve en público.
Al mismo tiempo, en Sudán, miles de personas han salido a la calle a partir de diciembre, en protesta por el fin a los subsidios al trigo y al combustible decretado por el Presidente Omar al Bashir, quien en respuesta declaró estado de emergencia por un año y disolvió los gobiernos federales del país. Los tribunales de emergencia han dictado penas de cárcel y multas contra decenas de personas en juicios sumarios realizados contra personas que se han manifestado pese al estado de excepción. Además, cerca de 900 han sido procesadas y están siendo juzgados en diferentes tribunales.
Desde que se iniciaron las protestas han sido detenidas centenares de personas y unas 50 han perdido la vida, según cálculos de organizaciones de derechos humanos y la oposición. Al Bashir, en el poder desde 1993, respondió al movimiento antigubernamental con algunas concesiones, como el cambio de varios ministros. Sin embargo, esto no ha calmado a los manifestantes.
Ambas movilizaciones han hecho recordar a los analistas las manifestaciones ocurridas en 2011 en varios países árabes del norte de África y Medio Oriente, fenómeno que se conoció como Primavera Árabe.
Hace ocho años, cientos de miles de manifestantes exigieron un cambio de régimen y mejoras en las condiciones de vida. Las protestas llevaron a la caída de largas dictaduras en países como Túnez, donde Zine El Abidine Ben Ali renunció; en Egipto, donde después de 30 años Hosni Mubarak fue derrocado y en Libia, donde Muammar Gaddafi fue asesinado.
"Los eventos en Argelia y Sudán forman parte de una secuencia más amplia de movimientos de protesta popular que golpean a más de un tercio de los países en la región en los últimos dos años", escribió Marc Lynch, columnista del diario The Washington Post. "Estas protestas son respuestas a una gobernanza parecida y a similares problemas económicos. Los autócratas árabes han pasado los últimos ocho años intentando renovar la prensa de la región y la política, para evitar que se extienda", añadió.
En un artículo el portal Monitor de Medio Oriente señala que si bien con estas manifestaciones hay una suerte de retorno menor de la Primavera Árabe, "nadie espera una revolución o la caída de los regímenes (en Argelia y Sudán), debido a que ambos países se encuentran bajo regímenes con una seguridad muy fuertes que respaldan a Presidentes frágiles: uno físicamente en el caso de Argelia y otro políticamente en el caso de Sudán".
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