Nikki Haley, la estrella del gobierno de Donald Trump que deja un cargo clave para su política exterior

La renuncia de Nikki Haley a su cargo como embajadora de Estados Unidos ante la ONU de manera sorpresiva significa la salida de una de las voces moderadas del equipo de Donald Trump.

Conocida por repudiar ataques químicos de parte del gobierno de Bashar al-Ásad hacia civiles y cuestionar el rol de Rusia en el conflicto en Siria mientras sostenía imágenes de niños afectados por éstos, Haley se convirtió en una de las principales representantes de EE.UU. ante el mundo.

Uno de los puntos más importantes de su carrera política comenzó en 2010, cuando se convirtió en la primera y más joven mujer en ser electa como gobernadora de Carolina del Sur, cargo por el que fue reelecta en 2014 hasta 2016, cuando se unió al gabinete de Donald Trump.

Ese año fue nominada por el mandatario para representar a Washington ante la ONU, y finalmente fue confirmada por el Senado el 24 de enero de 2017.

Durante su administración no dudo en criticar al gobierno de Nicolás Maduro por la situación en Venezuela, a condenar las acciones de Irán y el Kremlin por su rol en el conflicto en Damasco y el régimen de Kim Jong Un por la confección de armas nucleares antes que las relaciones entre ambos países mejorarán hasta concretar una histórica cumbre en Singapur.

Sus intervenciones en el organismo internacional la hicieron destacar en el mundo político estadounidense, al nivel que se iniciaron rumores sobre una posible campaña presidencial para el 2020. Punto que fue desmentido por la propia Haley cuando era anunciada su salida de la ONU.

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Foto: Reuters[/caption]

En medio de las especulaciones sobre quién era el funcionario de la Casa Blanca que cuestionaba y repudiaba la administración de Trump en una columna de opinión anónima publicada en el New York Times el nombre de Haley fue nombrado entre los posibles autores.

Ante ello, la ex gobernadora de Carolina del Sur decidió escribir una carta firmada a The Washington Post donde detallaba su relación profesional con el mandatario y algunos de sus desencuentros en relación a cómo abordaba conflictos internacionales en una retórica que podría llevar a más de un conflicto bélico.

"Sirvo orgullosa a esta administración,  y apoyo con entusiasmo la mayoría de sus decisiones y la dirección a la que lleva al país. Pero no estoy de acuerdo con el presidente en todo", escribió para descartar rumores sobre su autoría en la carta de "resistencia".

En ese sentido, explicó que cuando hay discrepancias hablaban "directamente".

Uno de esos episodios fue cuando la Casa Blanca anunció una serie de sanciones contra Rusia, decisión que fue precipitada, de acuerdo a la entonces embajadora de Washington ante la ONU.

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Foto: AFP[/caption]