Occidente advierte a Moscú tras tensión con Ucrania

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Imagen de los barcos ucranianos capturados por Rusia el domingo en un puerto de Kerch en Crimea.

EE.UU. y la OTAN condenaron la captura por parte de Moscú de tres barcos ucranianos. Kiev decretó ley marcial en algunas áreas del país.


El estrecho de Kerch vuelve a transformarse en protagonista de un foco de tensión entre Ucrania y Rusia. Esto, luego que el domingo patrulleras fronterizas del servicio de seguridad ruso FSB capturaran -tras dispararles- a tres buques militares ucranianos (dos buques patrulleros y un remolcador, con 24 marinos a bordo), en lo que ha sido considerado como el primer gran conflicto abierto y declarado entre Moscú y Kiev desde 2014.

Las tensiones entre ambos países se agudizaron luego que Rusia anexara Crimea en marzo de 2014 y también por el respaldo que ha otorgado a los separatistas prorrusos en el Donbass. Las escalada se reavivó en 2016 con la construcción por parte de Moscú de un controvertido puente de 19 kilómetros sobre el estrecho de Kerch, para conectar la Crimea anexada con Rusia. La estructura fue inaugurada en mayo de este año por el propio Vladimir Putin al volante de un camión.

El incidente del domingo se produjo cuando los buques ucranianos se dirigían al estrecho de Kerch desde el Mar Negro, que separa Crimea de Rusia y, es el punto de acceso al Mar de Azov. Según Kiev, los barcos rusos chocaron primero contra el remolcador ucraniano y bloquearon el acceso al Mar de Azov.

Moscú confirmó la captura y el "uso de armas", acusando a los buques ucranianos de "violar la frontera rusa" y "llevar a cabo acciones ilegales en aguas territoriales rusas". El canciller ruso, Serguei Lavrov, acusó a Ucrania de violar normas internacionales con "métodos peligrosos que crearon amenazas y riesgos para el movimiento normal de los barcos". Lavrov agregó que se trató de una provocación.

La OTAN, por su parte, convocó a una reunión de emergencia en Bruselas junto a los representantes ucranianos, tras una conversación telefónica entre el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, y Poroshenko. "No hay una justificación para el uso de la fuerza militar contra barcos y personal naval ucranianos", declaró Stoltenberg.

A su vez, el Consejo de Seguridad de la ONU también se reunió y Washington calificó la acción rusa de "ilegal" y denunció "una nueva imprudente escalada de los rusos".

El Presidente ucraniano, Petro Poroshenko, dijo que el incidente representa una "nueva etapa" en el "ataque ruso" contra Ucrania. Además, Kiev exigió a Moscú que libere a los marinos y que "devuelva los buques militares capturados". El Parlamento de ese país aprobó la aplicación de la ley marcial en las zonas cercas del Donbass (región del este de Ucrania que limita con Rusia) y de Transnistria (Estado de facto entre Ucrania y Moldavia, no reconocido internacionalmente). Tras haber propuesto que la medida de excepción fuera aplicada durante 60 días, el Presidente ucraniano pidió finalmente su aplicación a partir del jueves durante 30 días. Para los analistas la reducción en los días se debió a las presiones de Occidente.

La ley marcial significa que se amplían los poderes de las fuerzas de seguridad para actuar. El gobierno tiene el poder de suspender las protestas, las elecciones, regular los medios de comunicación, entre otras medidas. Según la BBC, esto podría beneficiar a Poroshenko, en caso de que quiera suspender los comicios de marzo de 2019, debido a que su popularidad se encuentra por el suelo. Solo el 14% de los ucranianos dice que confía en el gobernante y sólo entre un 5% y 6% votaría por él. De hecho, los sondeos dicen que la exprimera ministra Yulia Tymoshenko es la favorita para sucederlo.

En la misma línea, los analistas señalan que Putin también podría usar el incidente para su beneficio.

Según el diario británico The Guardian, el incidente es el reflejo de una serie de conflictos que subyacen en el área y que tienen que ver con las sanciones económicas, rivalidades religiosas, disputas territoriales y próximas elecciones. Según el columnista británico Simon Jenkins hoy "una guerra en Ucrania es la mayor amenaza que enfrenta Europa".

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