Países de la Unión Europea buscan coordinar respuesta ante ómicron
El deterioro de la situación sanitaria en el continente se convirtió en la prioridad de la cumbre en Bruselas.
Los dirigentes de la Unión Europea buscarán coordinar este jueves una respuesta ante el auge de contagios de covid-19 y la rápida progresión de la variante ómicron, que empujó a varios países miembros a restringir las entradas a su territorio de forma unilateral.
El deterioro de la situación sanitaria en el continente se convirtió en la prioridad de la cumbre en Bruselas de los dirigentes europeos, también preocupados por la amenaza de un nuevo conflicto entre Rusia y Ucrania.
“Estamos listos. En caso de nueva agresión militar, el coste a pagar por Rusia será muy elevado y habrá consecuencias graves”, aseguró el miércoles por la noche la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
En una cumbre cargada, la última antes de que Francia asuma la presidencia rotativa de la UE por seis meses, la agenda se completa con el enfrentamiento con Bielorrusia sobre los flujos migratorios a Europa y el encarecimiento de la energía, que agrava la inflación.
En el frente sanitario, cuando parecía que las campañas de vacunación impulsadas en numerosos países europeos indicaban cierto apaciguamiento, Europa se prepara para un invierno dominado por la variante ómicron.
“La ciencia nos dice que debemos esperar que ómicron sea ya la nueva variante dominante en Europa a mediados de enero”, advirtió Von der Leyen.
Coordinar movilidad
Los dirigentes de la UE destacarán la importancia de extender la vacunación y de las dosis de refuerzo. Un 67% de los europeos están vacunados, pero hay países muy rezagados como Bulgaria, Rumania o Eslovaquia, con tasas inferiores al 50%.
También puede abordarse la cuestión de la vacunación obligatoria, que se preparan para imponer en Austria y Alemania. Sin embargo, aplicar esta medida será una decisión de cada país, y no comunitaria.
El borrador de las conclusiones de la cumbre, consultado por AFP, indica que “la aplicación de vacunas para todos y las dosis de refuerzo son cruciales”.
Aun así, esto “no es suficiente” para frenar las transmisiones y aligerar la carga sobre los sistemas de sanidad, advirtió el miércoles el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC).
Señalando que las infecciones de ómicron se duplican cada dos días, este organismo apunta a la reintroducción rápida de medidas como el teletrabajo, el uso de mascarilla o la limitación de aforos en transportes o espacios públicos.
Además, la cumbre debería buscar cierta coordinación en las limitaciones de viajes por dentro de la UE. En julio, el bloque puso en marcha un pasaporte sanitario europeo con el que los ciudadanos vacunados podían viajar por dentro del bloque sin tests ni cuarentenas.
Sin embargo, la llegada de ómicron ha socavado sus principios y países como Italia, Irlanda, Portugal y Grecia endurecieron las restricciones de ingreso desde Estados miembros, al exigir pruebas PCR incluso para visitantes vacunados.
La Comisión Europea recordó que estas medidas unilaterales deben ser “proporcionadas” y de una duración lo más corta posible.
Energía y migración
En la agenda figura también otra cuestión acuciante para muchos europeos: la crisis energética, con precios disparados en muchos países, aunque difícilmente se tome una medida concreta al respecto por las divisiones internas.
Países como Francia y España piden una reforma del mercado europeo de la electricidad, pero una mayoría de Estados son reticentes porque consideran que es una crisis coyuntural.
Finalmente, los dirigentes comunitarios tratarán la migración tras la reciente crisis en las fronteras de la UE con Bielorrusia.
Los 27 miembros quieren poner en marcha “sin retraso” planes de acción con una serie de países de origen y de tránsito de los migrantes para limitar estos flujos y llaman a la Comisión a asegurar la financiación necesaria, según las conclusiones provisionales.
La cumbre será la primera para los cancilleres de Alemania y Austria, Olaf Scholz y Karl Nehammer, y también para la primera ministra sueca Magdalena Andersson.
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