Popularidad de Macron se desploma a 31% y supera récord de Hollande

El Gobierno y el gabinete de Macron se explican hoy sobre el "caso Benalla"

Los franceses no están satisfechos con el proyecto reformista del mandatario. Además, está enfrentado a la derecha y a la izquierda.


Emmanuel Macron no repunta en las encuestas. Las polémicas reformas, los escándalos y las recientes dimisiones en su gobierno lo tienen catalogado como el Presidente francés más impopular a 16 meses de su arribo al Palacio del Elíseo. Una encuesta de Ifop divulgada el martes, indicó que Macron tiene un 31% de aprobación, 10 puntos menos respecto de julio. Aquello lo posiciona incluso por encima del expresidente François Hollande, quien hasta ahora tenía el récord de impopularidad en este período, con sólo un 32% de aprobación.

Estos 16 meses no han sido fáciles para el Presidente francés. En una semana, tuvo que hacer frente a dos bajas en su gabinete. La primera, la semana pasada, del exministro de Ecología, Nicolas Hulot, quien expresó que su decisión se debía a que "la orientación política del jefe de Estado dejó poco espacio para una verdadera transición ecológica y solidaria". Esta semana, además, renunció la exministra de Deportes, Laura Flessel.

Reformas y escándalos

Su gestión, por otra parte, no tiene contentos a los franceses, a quienes se les agota la paciencia. Su primer año, tras asumir en mayo de 2017, estuvo marcado por la concreción de impopulares reformas, que habían sido tema de debate durante varios gobiernos franceses. Entre éstas figura la reforma laboral, que según sus opositores, fortalecía a los empleadores y le quitaba fuerza a los sindicatos, lo que desató protestas en las calles. Además suprimió el estatuto especial a los funcionarios del sistema nacional de ferrocarriles, lo que provocó extensas huelgas y días de paro del transporte. También llevó a cabo el aumento a la Contribución Social Generalizada, un impuesto destinado al financiamiento de la protección social. Según los franceses, estas reformas se realizaron con escaso diálogo.

De todos modos, Macron parece no detenerse en su apuesta reformista. Ya anunció sus próximas medidas que espera aprobar antes de fin de año, como la reforma constitucional, la reforma a la función pública que plantea un recorte de unos 120 mil funcionarios, y la reforma al sistema de pensiones.

La alta disconformidad de los franceses respecto de sus medidas, tiene más que ver con que Macron se presentaba en campaña como un renovador de la política, al no pertenecer ni a la izquierda ni a la derecha tradicional, por lo que logró concentrar el apoyo de los electores que se sentían defraudados de ambos sectores políticos.

Sin embargo, los franceses están disconformes, puesto que Macron no representa ni lo uno ni lo otro, sino ambos sectores a la vez, sostienen los analistas. "Las medidas adoptadas por el

Presidente levantaron ambigüedades y provocaron dudas y rechazo en la parte de su electorado que venía de la izquierda. Dos de sus proyectos, por otra parte, son rechazados también por la derecha tradicional", sostiene a La Tercera, Jean Jacques Kourliandsky, investigador del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas de Francia (IRIS).

Además, mientras el mandatario se encontraba de vacaciones, se reveló que su exjefe de seguridad, Alexandre Benalla, golpeó a manifestantes en la marcha del 1 de mayo, en París. Se abrió entonces una investigación y Benalla fue cesado de su cargo. Pero esto le costó a Macron dos mociones de censura, impulsadas por la derecha y la izquierda.

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