¿Puigdemont será detenido? La expectación en torno al regreso del líder catalán a España
El anuncio del regreso por parte de Carles Puigdemont despertó alarmas y celebraciones por igual. El expresident de la Generalitat prometió llegar este jueves al Parlament de Cataluña para asistir al pleno y hacer de su retorno un punto político tras la negativa a amnistiar su caso.
Fue un video el que puso a todos alerta en España. En él se veía a Carles Puigdemont, el expresident de la Generalitat de Cataluña que huyó hace siete años de España tras su fallido intento independentista, asegurando que retornaría al país ibérico para asistir al pleno de investidura del nuevo líder del Parlamento catalán. Para ello, aseguró que ha “emprendido el viaje de retorno desde el exilio”.
En una toma cerrada, con una bandera catalana y otra europea a sus espaldas -el político se radicó en Bélgica tras su tentativa separatista de 2017, donde ejerció como eurodiputado y contó con inmunidad-, Puigdemont criticó a “algunos jueces del Supremo”. Se refiere a la negativa de ellos de acatar la polémica ley de amnistía que el jefe del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, negoció con los sectores independentistas de España.
Teóricamente, dicha ley eliminaba los delitos relacionados con el proceso independentista (procés), pero el Tribunal Supremo decidió que los referidos a la malversación de caudales públicos no serían amnistiados, por lo que se mantiene hasta hoy una orden de detención nada más entrar en territorio español en contra de Puigdemont. Ahí, una serie de panoramas se podrían abrir, dependiendo de qué cuerpo policial proceda a la eventual detención.
Pese a esto, el partido fundado por el político catalán, Junts per Catalunya, convocó de forma oficial a un “recibimiento institucional” para su líder. Distintas organizaciones independentistas llamaron a sus seguidores a reunirse el jueves por la mañana, a las nueve, en el paseo Lluís Companys. La ubicación no es azarosa: está muy cerca del Parc de la Ciutadella, lugar en el que está ubicado el Parlament.
Según El País, periódico español, el acto busca ser “una muestra de apoyo transversal del independentismo al que están convocados diputados, alcaldes y concejales”, pero también tendrá una función defensiva, en caso de que aparezca Puigdemont. De hecho, los colectivos asistentes, detalló el mismo medio, tienen planeado realizar una suerte de cordón que dificulte una eventual detención contra el expresident.
La asistencia del último se debe a que durante el jueves se celebrará la votación para investir al líder del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), Salvador Illa, que a todas luces, debería ser declarado president de la Generalitat.
Según Puigdemont, la presencia de un diputado electo -ganó en las elecciones al Parlamento de Cataluña del 12 de mayo- en el pleno debería ser “irrelevante”, pero este es un caso excepcional. “Las nuestras no son condiciones de normalidad democrática”, dijo el político catalán.
Para el líder de Junts, tanto él como el diputado Lluís Puig cargan en su espalda con “una larga persecución por haber permitido que los catalanes votasen en un referéndum”, a lo que se suma la decisión del Supremo de no amnistiarlos.
Desde el propio partido aseguraron que su intención es acompañar a Puigdemont hasta las puertas del Parlament y que este “pueda después ejercer sus derechos políticos interviniendo en la sesión como jefe del primer grupo de la oposición”, explicó El País.
El anuncio del retorno del símbolo del procés generó reacciones en todos los actores políticos españoles. Esquerra Republicana de Catalunya -Esquerra o ERC-, por ejemplo, se plegó al “recibimiento” de Puigdemont, pese a que la relación entre el partido y Junts se quebró luego de que el todavía prófugo de la justicia los acusara de facilitar su detención.
Mediante un comunicado, ERC anunció su deseo de que el expresident regrese a Cataluña y que se aplique la ley de amnistía con él. “Que haya empezado su retorno es un momento excepcional y por eso el grupo parlamentario recibirá al president a la entrada del Parlament, tal como ha hecho con todos los exiliados”, señalaron.
Quienes no se mostraron tan contentos fueron los miembros de Vox, quienes presentaron un escrito ante el Tribunal Supremo donde solicitaron que se adopten todas las medidas necesarias para que el fundador de Junts per Catalunya sea detenido tan pronto como pise suelo español, consignó RTVE. La intención del partido de extrema derecha liderado por Santiago Abascal es que “el golpista fugado no logre evitar su detención inmediata”.
De momento, el Tribunal Superior de Justicia catalán no ha dado ninguna orden al respecto, ni a través “de su presidente, ni de su sala de gobierno, ni verbalmente, ni por escrito, que altere las vacaciones de las juezas y jueces, magistrados y magistradas, de los juzgados de Cataluña”, agregó el citado medio. Tampoco lo ha hecho con relación a medidas de seguridad específicas por la eventual llegada de Puigdemont.
Plan de arresto
Con los ojos de España puestos en Cataluña, otra pregunta ronda en la cabeza de muchos. ¿Detendrán a Puigdemont apenas aparezca de forma pública? Y, de ser así, ¿quién lo hará? ¿El Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil o los Mossos d’Esquadra -la policía de la Generalitat-?
Según El País, estos últimos ya tienen un plan al respecto, el que consiste en desplegar un operativo para arrestarlo antes de que Puigdemont ingrese a la Cámara de la comunidad autónoma. También habrá otro para evitar que los manifestantes convocados por los partidos independentistas accedan a las inmediaciones de la Cámara catalana, lo que podría impedir el arresto por parte de los agentes locales.
La prensa local detalló que los Mossos le ofrecieron al abogado del expresident, Gonzalo Boye, una detención pactada y discreta, dijeron fuentes policiales y de la defensa del propio Puigdemont. Sin embargo, esta opción fue rechazada por el político.
Teóricamente, cualquiera de los tres cuerpos policiales tiene la obligación de detenerlo si detectan su presencia. La policía catalana ya desplegó numerosos agentes en la frontera con Francia, pero la mayoría de ellos están centrados en Barcelona.
En tanto, César Alvarado, uno de los portavoces de la Asociación Una Policía para el Siglo XXI, dijo a Euronews que cuando Puigdemont “entre en España, él estará perfectamente localizado y si realmente hay voluntad de detenerlo, el Cuerpo Nacional de Policía lo hará”.
Si se llegara a “refugiar” en el Parlament, Alvarado aseguró que el lugar “no cuenta con una condición especial”, y, por tanto, “sí podría ser detenido en un momento dado ahí mismo”.
Quien no está de acuerdo con esa visión es Josep Rull, presidente del Parlament, quien señaló el martes que no permitirá ni a los mossos ni a las policías la entrada al lugar. “Mientras yo sea presidente, haré todo lo posible para impedir que un diputado pueda ser detenido en el ejercicio de sus funciones, porque el Parlament dispone de una inmunidad que trasciende incluso el ámbito estrictamente normativo. Es un sitio sagrado. En cualquier país avanzado y democrático, la sede del Parlamento es sagrada, democráticamente sagrada, y no puede limitarse ningún derecho, en términos de privación de libertad, de ningún diputado”, dijo en entrevista con el medio digital Vilaweb.
El artículo 55.3 del Estatut de Cataluña establece que el Parlament es “inviolable”, y Rull aseguró que lo “garantizarán” con “toda una serie de argumentos jurídicos, que son sólidos”. Existen “dos protocolos que ya aprobamos y están vigentes, por los que no se puede detener a ningún diputado dentro del Parlament”, continuó.
En el Partido Popular (PP), la noticia no cayó bien y acusaron al presidente del Parlament de “retorcer el reglamento” para “adaptarlo a las necesidades de Puigdemont”, consignó Euronews.
Sin embargo, todo esto se adscribe a un hecho puntual, lo que difícilmente evite una detención posterior, dijo al citado medio el abogado Antonio Gómez de Olea. “En definitiva, al ser territorio nacional, acabará siendo detenido antes o después, porque un Parlamento no tiene el mismo estatus jurídico que una Embajada de un país comunitario o tercero”.
¿Podría llevar esto a Puigdemont a la cárcel? Es posible, dijeron fuentes al medio europeo. “Podría ir a prisión provisional siempre y cuando el juez Pablo Llarena (magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo) valore tres conceptos: riesgo de fuga, destrucción de pruebas o reiteración delictiva”.
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