Raquel Martí, directora ejecutiva de UNRWA España: “La situación de los palestinos no ha dejado de empeorar y hoy es de absoluta catástrofe”
En entrevista con La Tercera, Raquel Martí, de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente, se refiere a la situación de los palestinos con ocasión del Día Mundial del Refugiado, que se conmemora el 20 de junio de cada año.
La actual directora de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente (UNRWA) en España, Raquel Martí, tiene una vasta carrera en programas de cooperación internacional. Licenciada en Geografía e Historia en la Universidad Complutense de Madrid y doctora en Historia por la UNED, también es experta en Gestión y Evaluación de proyectos de Cooperación Internacional y Evaluación de Programas y Políticas Públicas.
De 1993 a 1998 vivió en distintos países africanos realizando trabajos de investigación para la Universidad de Harvard, la Universidad Complutense de Madrid, Wildlife Conservation Society, National Science Foundation y Fundación Swan, entre otras.
En conversación con La Tercera, Martí analizó la situación de los palestinos con motivo del Día Mundial del Refugiado, que se conmemora el 20 de junio de cada año en honor de las personas refugiadas y desplazadas en todo el mundo. “En Palestina se cumplen 75 años desde el origen de la Nakba. Y la situación de los palestinos en general y de los refugiados de Palestina en particular no ha dejado de empeorar a lo largo de todos estos años. Estamos en una situación que se puede denominar de absoluta catástrofe las circunstancias en las que están viviendo los refugiados de Palestina y los palestinos en general”, sostiene.
¿Cuáles son los principales motivos por los que los palestinos tienen que seguir emigrando?
En primer lugar, lo que tenemos que resaltar es que existe una ocupación militar sobre la población palestina, tanto en Cisjordania, incluyendo Jerusalén Este, como Gaza. Esta ocupación militar se ejerce con violencia, con lo cual los palestinos viven todos los días sometidos a una violencia extrema por parte del Ejército israelí. Pero también por parte de los colonos israelíes que ocupan de forma ilegal parte de Cisjordania. Esta violencia se resume en que constantemente se están produciendo incursiones militares, principalmente en campos de refugiados, pero también en otras poblaciones palestinas. A lo largo del año se pueden producir unas 7.000 incursiones militares. Por otro lado, tenemos que se producen enfrentamientos por parte de palestinos que se manifiestan contra la ocupación y que la respuesta de Israel es desproporcionada siempre y que utiliza armas letales para reducir estas manifestaciones. Y muchas veces esto acaba en enfrentamientos entre palestinos, mayoritariamente jóvenes palestinos, contra soldados armados. Además, en los últimos años, la violencia que ejercen los colonos contra los palestinos se ha incrementado muchísimo. Y desde la formación del nuevo gobierno israelí, esta situación se ha disparado. Hay más de 5.000 presos palestinos y entre ellos hay más de 200 menores de edad detenidos en las cárceles israelíes. Y muchos de estos detenidos se basan en detenciones administrativas, lo que significa es que no hay cargos contra ellos. Y en esta situación se encuentran incluso niños.
¿Cómo afecta la extensión del muro y la construcción de más asentamientos?
Dentro de las políticas de ocupación israelí está la fragmentación del territorio palestino, que se produce con el muro, que separa a poblaciones palestinas entre sí, separa a las poblaciones de sus recursos como son los recursos agrícolas, impide la libre movilidad de palestinos, pero también de mercancías y además supone un gasto económico elevado para los palestinos, porque el transporte está fragmentado. El resto de los obstáculos que pone Israel en el territorio palestino son en la forma de checkpoints, de puestos de control militar, de barreras, de bloques de hormigón, de escombros, de acumulaciones de escombros y arenas para cortar carreteras. Entonces hay más de 500 de estos obstáculos además del muro. Con lo cual lo que tenemos es un terreno absolutamente compartimentado y si yo soy palestino y necesito viajar a otra población, lo que me llevaba antes de la ocupación 15 minutos ahora me lleva 3 horas y lo que me costaba 1 euro o 1 dólar ahora me cuesta 40 dólares, porque tengo que tomar diferentes transportes. Esto es un daño enorme a la economía, porque cuando hablamos de mercancías hablamos de personas que venden sus productos y que comercian y que no pueden hacerlo por toda esta fragmentación del territorio. Israel construye asentamientos de colonos y cada vez en mayor número y esto igualmente fragmenta el territorio palestino. Además, construyen carreteras para acceder a esos asentamientos y están prohibidas para los palestinos, no pueden circular por ellas. Todo esto dificulta muchísimo que la población pueda trabajar. Si yo tengo que ir a trabajar a una ciudad distinta, a un pueblo distinto o yo vivo en un pueblo y tengo que ir a Ramala, tengo que pasar por checkpoints, que me van a llevar mucho tiempo e incluso hay días que van a estar cerrados y que no me van a permitir cruzar. Y esto es una constante en el territorio palestino, incluso las agencias de Naciones Unidas y las ONG están sometidas a este mismo sistema.
La situación de Gaza es diferente…
Sí, Gaza es distinto porque desde 2005 el Ejército israelí se retira de la Franja de Gaza e Israel anuncia que con esto deja de ocupar ese territorio y, por tanto, ya la población de Gaza no es su responsabilidad. Ellos están obligados por las convenciones de Ginebra a cuidar de la situación de bienestar de la población ocupada, es decir, de los palestinos. Entonces cuando retiran el Ejército y también evacúan a los colonos que vivían en Gaza, dicen que Gaza ya no está ocupada. Sin embargo, Israel sigue haciendo un control efectivo del territorio por tierra, mar y aire y esto, según Naciones Unidas, es un equivalente a un control del territorio y, por tanto, a una ocupación. Para nosotros continúa la ocupación dentro de Gaza y además ejerce un férreo bloqueo desde el año 2007. Este mes se cumplen 16 años de bloqueo sobre la franja de Gaza. Además de este bloqueo, Israel lleva a cabo ofensivas militares en la franja de Gaza, que son una constante desde hace muchísimos años. La última la hemos vivido recientemente en el mes de mayo. Todo esto unido al bloqueo lo que ha hecho es que la Franja de Gaza sea, como denomina Naciones Unidas, un lugar inhabitable desde hace ya mucho tiempo. No hay agua potable, el acuífero de Gaza está contaminado, la población no tiene agua potable para poder beber, no hay trabajo, el 50% de la población activa en Gaza está desempleada. Si hablamos de los jóvenes, estos llegan a porcentajes de más del 60% sin empleo. Si hablamos de jóvenes mujeres ya estamos hablando del 90% de desempleo. Realmente la posibilidad de trabajar dentro de la franja de Gaza es reducidísima. De hecho un indicador que creo que es muy visual, es que antes del bloqueo nuestra agencia UNRWA alimentaba a 60.000 personas. Dieciséis años después, con este bloqueo, tenemos que dar de comer a 1.200.000 personas. Creo que es muy indicativo de lo que ha supuesto a lo largo de estos 16 años el perder puestos de trabajo, el perder la capacidad de poder subsistir y pasar a depender absolutamente de la ayuda humanitaria. Hasta hace un mes el programa mundial de alimentos daba alimentos a 200.000 personas. La totalidad de la población en Gaza son 2 millones, es decir 1.400.000 personas recibían ayuda humanitaria.
Considerando la situación que usted describe, ¿se ha visto un aumento de palestinos que se quieran ir?
Si hablas con cualquier persona joven en Palestina, te dicen que no hay futuro en Palestina, que no tienen nada que hacer allí y que además tienen unas posibilidades altísimas de morir en manos del Ejército israelí o en manos de los colonos. Con lo cual, el deseo de muchísimos jóvenes sería poder salir de allí, de Gaza sobre todo. Gaza es una población que no conoce el mundo exterior. Imagínense, un adolescente de 16 años nunca ha salido de la franja de Gaza, nunca ha visto más allá de los 365 kilómetros cuadrados que tiene Gaza. Es gente que, por supuesto, quiere salir y quiere experimentar lo que es vivir en otras condiciones. Otra cosa es que lo puedan hacer. Salir de Gaza es prácticamente imposible. Los que lo hacen, lo hacen arriesgando sus vidas. Cisjordania es un poco más fácil, pero tienen que tener la autorización de Israel para salir. Igualmente lo tienen que hacer de forma irregular. Si nos vamos a otros países donde hay refugiados de Palestina, como Líbano y Siria, esto es un deseo ya universal en esta población. Dicen que allí están muriendo todos los días porque no tienen ninguna salida. Prefieren morirse en el mar intentando huir, que quedarse para morir lentamente en estos países.
¿Cómo evalúa la reacción de la comunidad internacional ante esta situación?
No hay ningún acuerdo de paz, ningún país está promoviendo ni siquiera una conferencia de paz. Esto no entra en los planes de ninguna administración internacional. El tema está paralizado desde hace muchísimos años. El último intento fue el de la administración Trump, en este plan del siglo que lanzó y que no fue a ningún sitio y que era absolutamente disparatado. Ahora mismo todo esto está paralizado. Si por otro lado pensamos que lo único que está haciendo la comunidad internacional es dar ayuda humanitaria y que ni siquiera es suficiente para mantener las necesidades dignas de una población, creo que los países están incumpliendo sus deberes para poder asistir a esta población y para buscarles una solución. Ahora mismo UNRWA, que es la agencia que tiene que salvaguardar la situación de los 6 millones de refugiados de Palestina que existen en Medio Oriente, no tiene fondos para continuar. En el mes de septiembre UNRWA se queda sin financiamiento para poder seguir manteniendo sus escuelas, sus clínicas, sus programas de ayuda alimentaria y todos los programas de emergencias que llevamos. La comunidad internacional no está destinando los fondos necesarios.
¿Y eso a qué se debe?
Esto es una crisis crónica. UNRWA lleva desde el año 1948 pidiendo financiamiento para mantener la situación de los refugiados de Palestina. UNRWA se creó como una agencia temporal, con un mandato de tres años y se pensó que en tres años se solventaría la situación de los refugiados de Palestina. Y esto no ha sido así. Se ha tenido que renovar una y otra vez el mandato, cada tres años y dentro de dos años vamos a cumplir 75 años trabajando. Cuando una situación humanitaria se convierte en crónica es muy difícil mantener el interés de la comunidad internacional. Hay un desinterés general por lo que pasa en Medio Oriente y por lo que pasa en Palestina. Además, no hay suficientes fondos para cubrir todas las crisis humanitarias y las que más sufren estas faltas de financiamiento son las crisis crónicas como la de Palestina.
Recientemente Acnur publicó su informe de Tendencias Globales que señala que los desplazamientos forzosos registraron un aumento en 2022, llegando a 108,4 millones de afectados. Recientemente un barco lleno de migrantes volcó frente a Grecia, ¿cuál es su evaluación de la situación?
La mayor parte de las personas que vive en Líbano, Siria, Gaza, intentan salir de estos territorios para buscarse un futuro para mejorar sus vidas y para hacerlo lo hacen de forma irregular. Tienen que pagar a mafias que les proporcionen una salida de ese país. En los últimos años, esa salida mayoritariamente se está haciendo por mar, tienen que pagar un pasaje muy elevado, que hace que las familias vendan sus casas y todas sus posesiones para pagar el pasaje de un miembro de la familia, normalmente un varón joven, que sea el que llegue a Europa y se asiente, busque recursos económicos y poco a poco vaya trayendo al resto de la familia. Imagínese lo que supone invertir todos mis ahorros, vender la casa y mi hijo desaparece en el Mediterráneo. Además de la pérdida de la vida es la pérdida de todos los recursos de una familia.
Chile ha recibido en los últimos años a miles de venezolanos, ¿qué deberían hacer los países que acogen a los migrantes?
Lo que Naciones Unidas siempre pide es que haya corredores humanitarios para que la población que huye de las guerras, de la violencia, no tenga que arriesgar su vida para salvarlas. Luego, los países tienen que tener programas de acogida para facilitar y para que las personas puedan salir adelante. Por otra parte, hace falta muchísima educación, para que no exista un rechazo por parte de la ciudadanía hacia los refugiados, inmigrantes que llegan al país y que no exista esa desinformación que hace mucho daño a la persona refugiada. El refugiado tiene el derecho a ser acogido. Es un derecho internacional y los países tienen que cumplirlo.
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