Sin fieles en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco celebró la misa de Domingo de Ramos
El papa abrió la celebración de Semana Santa, marcada por la presencia del COVID-19 en Italia. Para el resto de las jornadas se esperan ceremonias a puertas cerradas.
En la soledad de la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco celebró la misa del Domingo de Ramos, la que marca el comienzo de la celebración de la Semana Santa, para el mundo católico.
La ceremonia se realizó por primera vez a puertas cerradas -habitualmente se hace en la Plaza Vaticana-, y sin presencia de feligreses, debido a la cuarentena en que se encuentra la población de Italia, a consecuencia de la propagación del COVID-19.
“El drama que estamos atravesando nos obliga a tomar en serio lo que cuenta, a no perdernos en cosas insignificantes, a redescubrir que la vida no sirve, si no se sirve -dijo Francisco en su homilía-. Porque la vida se mide desde el amor. De este modo, en casa, en estos días santos pongámonos ante el Crucificado, que es la medida del amor que Dios nos tiene”.
Además de los acólitos, en la misa hubo algunos prelados y religiosas sentados en las bancas.
Según se anunció la pandemia obligó a modificar el ritual de las festividades. Tal como la de este domingo, las misas de Semana Santa serán celebradas a puertas cerradas. El pontífice tampoco realizará el tradicional lavado de pies, de Jueves Santo, a presos de una cárcel romana.
Italia es el país que más fallecidos tiene en el mundo (15,887) y es el tercero con más contagiados a nivel mundial, solo superado por España y Estados Unidos.
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