Una “supersopa” contra la crisis y escasez en comedores populares argentinos

Una mujer sirve la última porción de alimentos en un comedor de beneficencia en un campamento de ocupantes ilegales en Guernica, provincia de Buenos Aires, el 14 de septiembre de 2020. Foto: Archivo

En Argentina, la Universidad Nacional de Quilmes inició este mes la producción de una "supersopa" altamente nutritiva para distribuirla en comedores populares. La iniciativa busca ayudar a los más necesitados, en momentos en los que el país acumula una inflación del 280%.


La iniciativa resurge ante la creciente demanda de estos centros comunitarios, que dejaron de recibir alimentos de las autoridades nacionales luego que el gobierno de Javier Milei decidiera suspender la distribución, mientras estos son auditados. Una decisión fuertemente criticada en el país, que atraviesa desde hace años una crisis económica, que empujó a más de la mitad de la población a la pobreza.

La “supersopa” vuelve a los comedores populares argentinos. Se trata de un producto elaborado por la Universidad Nacional de Quilmes, que tiene una nutrición mejorada con el fin de generar un alimento base para situaciones de crisis. La producción de este superalimento se da en medio de una fuerte recesión económica, según explicó Alfredo Alfonso, rector de la institución.

“Hay una situación de altísima necesidad social, donde el hambre predomina. Nos llaman muchísimo para pedirnos supersopa y por eso hemos decidido relanzar la producción”, declaró Alfonso en entrevista con RFI.

Un niño lleva comida en un comedor de beneficencia en Puerta 8, un barrio de bajos ingresos al norte de Buenos Aires, el 9 de febrero de 2022. Foto: Archivo

La supersopa está compuesta de carne, hortalizas, arvejas y arroz, concentrados en latas de 4 litros, que mezcladas con agua, equivalen a unas 50 raciones.

El programa surgió hace 22 años, tras el estallido social de 2001, y tuvo una producción constante hasta 2019, cuando fue suspendida para lanzar los trabajos de renovación de la caldera, que concluyeron este año. La planta está en la propia universidad, que paga los servicios y el personal, mientras la producción se sostiene a partir de donaciones.

La misión social de este proyecto se extiende incluso a la región y otros países del mundo. También la FAO se interesó en el programa, mientras que se transfirió la tecnología para constituir plantas procesadoras similares en otros países, como Mozambique.

Además de esta supersopa, la universidad desarrolla otra alimentos super nutritivos, como sopas vegetarianas, guisos o locro, un estofado clásico de la gastronomía argentina. Todo ello en un contexto social que se agrava, pese a no llegar aún a los niveles de 2001.

Un hombre, camina hacia un comedor de beneficencia donde recolecta comida todos los días para su familia, en Buenos Aires, el 16 de noviembre de 2020. Foto:; Reuters

Según un sondeo reciente, casi el 98% de los comedores sociales registraron un incremento de afluencia en el último semestre, mientras que un 78% dejó de recibir ayuda gubernamental en este período. La justicia volvió a exigir esta semana al gobierno distribuir las más de 5 mil toneladas de alimentos que guarda en depósitos, pero, de momento, no lo ha hecho.

Argentina atraviesa una fuerte recesión económica, con aumento del desempleo y de la pobreza, que ya afecta al 55,5% de la población, un nivel récord en 20 años, de acuerdo al Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).

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