Yunior García: el líder opositor cubano que busca mantener la llama de las protestas en la isla
El dramaturgo, de 39 años, se transformó en un símbolo de esperanza, que espera rearticular a los cubanos y tiene como modelo a seguir a la activista de derechos civiles en Estados Unidos Rosa Parks.
Desde el domingo, la casa de Yunior García en La Habana permanece resguardada por agentes de seguridad cubanos, que mantienen bloqueados todos los accesos de entrada al edificio. La medida, ordenada por el gobierno de Miguel Díaz-Canel, busca evitar que el disidente rompa la prisión domiciliaria que se le impuso después de que su figura se transformara en un símbolo de esperanza en la oposición. Sobre todo, después de que convocara a nuevas manifestaciones pacíficas en la isla a través del movimiento Archipiélago, con el objetivo de mantener la presión en las calles tras la fallida jornada del lunes.
Tres banderas de Cuba fueron desplegadas en el domicilio de García por grupos castristas para cubrir las escasas ventanas del hogar, detrás de las cuales el dramaturgo logró colgar una tela blanca con el mensaje en letras rojas: “Mi casa está bloqueada”.
Yunior García Aguilera, de 39 años, nació en la ciudad de Holguín, un municipio que no supera los 300 mil habitantes. Aun estando aislado por las barreras naturales que implican vivir en una isla, el joven cubano desde muy temprana edad manifestó su faceta artística y actuaba con algunos amigos. Por esto no fue sorpresa que a los 17 años ingresara a estudiar en la Escuela Nacional de Arte (ENA), donde inició sus primeros cuestionamientos contra la Revolución Cubana.
El activista, que tiene un hijo de ocho años, fue uno de los cientos de cubanos que salió a las calles el 11 de julio pasado para alzar la voz contra la represión de la que acusa son víctimas los artistas y ciudadanos por parte del Partido Comunista de Cuba (PCC). Después de las manifestaciones que habrían sido espontáneas y que complicaron al régimen, nació el movimiento Archipiélago, con más de 300 jóvenes artistas y profesionales, que convocó la “marcha cívica por el cambio” para el lunes pasado.
Para convencer a las personas -aun con temor a represalias- a salir a las calles, el líder opositor, reacio desde siempre a participar en política, según el diario español La Vanguardia, se fijó en el Artículo 4 de la Constitución, que consagra el derecho de manifestación, y solicitó permiso a las autoridades para una concentración programada inicialmente para el 20 de noviembre. Sin embargo, el Ejecutivo planificó para ese día el “Día de la Defensa Nacional”, que mantendría las calles sitiadas ante ejercicios militares.
Las nuevas fórmulas alternativas de protesta de Yunior García -presentarse con camisa blanca, cacerolazos o lienzos- fueron contrarrestadas por el gobierno, que programó actividades sociales como ferias y carnavales infantiles para apaciguar la rebelión opositora.
Durante el fin de semana pasado, el dramaturgo intentó realizar una protesta en solitario y en silencio por las calles de La Habana, lo que le fue impedido por la policía. En una entrevista a EFE, García explicó el sábado que su intención de rearticular movilizaciones después de la detención de líderes del movimiento San Isidro, era para “sacudir al país”. Horas después, el gobierno cubano retiró las credenciales de prensa a los corresponsales de la agencia de noticias.
“Una buena parte de la población fingía no interesarse en asuntos políticos y evitaba buscarse problemas. Ahora la gente cree que puede lograr cambios y está decidiendo participar, sobre todo los más jóvenes, cuya única esperanza era marcharse del país. Quienes no pueden irse o han decidido quedarse saben que deben tomar las riendas de su destino, participar en la realidad y provocar cambios en su beneficio”, señaló García a la agencia EFE.
Según informó ayer el diario opositor cubano 14ymedio, la plataforma Archipiélago llamó -pese a los intentos del gobierno cubano por impedir las nuevas marchas- a extender las protestas hasta el próximo 27 de noviembre, cuando se cumple un año desde la manifestación de artistas e intelectuales ante el Ministerio de Cultura.
La iniciativa disidente tiene programados plantones pacíficos para exigir la liberación de presos políticos y el inicio de un diálogo nacional, que incluya a los cubanos en el exterior, mediante cacerolazos a las nueve de la noche y la difusión de contenido en las redes sociales. “El modelo” a seguir del dramaturgo es el de la activista de derechos civiles en Estados Unidos Rosa Parks (1913-2005), que con su negativa a ceder el asiento a un blanco y moverse a la parte trasera de un autobús en Alabama, marcó un hito que Yunior García buscará replicar en la isla.
No obstante, el temor a revivir la violencia del 11-J, que dejó un fallecido, decenas de heridos y cientos de detenidos, logró desactivar la convocatoria del 15N. En entrevista con el diario español El Periódico, García señaló que aspiran a que puedan decidir en un plebiscito el futuro del país y rechazó cualquier relación con el gobierno de Estados Unidos, al que Díaz Canel acusa de financiar al movimiento Archipiélago.
A través de las redes sociales se han multiplicado cientos de imágenes de Yunior García. Tan solo en Twitter, el dramaturgo tiene más de 22 mil seguidores. Ante las interrupciones en los servicios de internet en el barrio del disidente, el último video en vivo que logró publicar fue el domingo, en el que denunció el cerco policial a su hogar.
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