Andrea Idalsoaga, delegada episcopal: "Creo que es necesario crear una comisión de verdad"
La abogada, encargada de coordinar la prevención de abusos en la arquidiócesis capitalina, afirma que se ha avanzado en la colaboración con la fiscalía y defiende el rol del cardenal Ezzati en el caso del sacerdote Tito Rivera.
"Las mujeres dentro de la Iglesia hemos tenido un rol distinto al del hombre, pero no lo llamaría secundario", afirma la abogada Andrea Idalsoaga, quien desde septiembre pasado encabeza la Delegación para la Verdad y la Paz del Arzobispado de Santiago. Allí coordina el trabajo que se realiza en materia de abusos, como la recepción de denuncias, la determinación e inicio de procesos canónicos y la atención a las víctimas.
En este mismo arzobispado, hace una semana, se hizo pública la denuncia contra el sacerdote Tito Rivera, quien habría violado a un hombre mayor de edad en la Catedral de Santiago.
Sobre este caso, ¿está tranquila con las explicaciones que ha dado el arzobispo Ricardo Ezzati?
Estoy tranquila en el sentido de que se hizo todo lo que se pudo con la información que se tenía en ese momento. La denuncia que se recibió daba cuenta de faltas al sexto mandamiento, pero no de una violación y del uso de drogas. Sin embargo, tal como lo señaló el Arzobispado de Santiago a través de un comunicado, y luego el arzobispo en una entrevista con un canal de televisión, estamos en una revisión exhaustiva de los antecedentes, y si es necesario tomar medidas o hacer nuevas investigaciones, las vamos a realizar.
Si la denuncia era verosímil, ¿por qué no se denunció a la fiscalía?
Porque, conforme a la denuncia que teníamos, no constituía un delito; o si llegaba a serlo era de acción penal privada, porque se trataba de un adulto. No obstante, este es un camino de constante aprendizaje. Hace unos meses nos comprometimos a dar a conocer a la fiscalía todos los hechos constitutivos de delitos que lleguen a nuestra Oficina Pastoral de Denuncias y estamos próximos a firmar un acuerdo de colaboración con la fiscalía.
En pos de la transparencia, ¿se debería publicar un listado con los sacerdotes sancionados?
Debemos tener en claro dos conceptos que son diferentes. Transparencia no es lo mismo que publicidad. Estamos estableciendo protocolos transparentes de acción que brinden tranquilidad respecto de que las cosas están mejorando. Al mismo tiempo, Cristo nos interpela a cuidar la dignidad de las personas involucradas, especialmente las víctimas de abuso que se ven revictimizadas con la publicación de sus casos.
Algunas víctimas han insistido en la necesidad de crear una comisión de verdad, similar a los informes Rettig y Valech, para recopilar antecedentes sobre los casos de abuso sexual eclesiástico en Chile. ¿Es partidaria de esta iniciativa?
Creo que es necesario crear una comisión de verdad, no solo para determinar con claridad cuántos casos de abuso y de qué tipo ha habido, sino que con ellos entender como Iglesia y como sociedad qué nos pasó para llegar a esto. Esa verdad histórica nos ayudará a prevenir mejor en el futuro.
¿Cómo es su relación con el cardenal Ezzati?
Es buena y cordial. El cardenal quiso crear esta Delegación Episcopal en septiembre de 2018 para atender esta materia y realizar este trabajo. Me ha dado la libertad que necesito y siempre hemos hablado con mucha honestidad. Lo he sentido como un signo de confianza en el rol de la mujer en la Iglesia.
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