Claudio Castro (DC), alcalde de Renca: "Sin una salida estructural, es muy posible que este movimiento no se acabe"

Lleva casi tres años a la cabeza de la Municipalidad de Renca y, desde que aterrizó ahí, Claudio Castro (DC) ha denunciado la desigualdad existente entre las comunas de la Región Metropolitana en cosas tan elementales como el número de carabineros por persona.

Ahora saca la voz tanto por el reclamo de los vecinos de Renca por una mejor calidad de vida como por los hechos delictuales que ahí ocurrieron hace 10 días, que dejó daños en infraestructura pública avalados en 230 millones de pesos y saqueos en ocho supermercados y otros locales comerciales. En el incendio de uno de ellos -la empresa Kayser- murieron cinco personas.

¿Fue suficiente la presencia militar en la comuna?

En el momento en que nuestra población requirió mayor presencia para salvaguardar nuestra seguridad, lamentablemente no la tuvimos. Nuestro momento crítico fue entre el sábado 19 en la noche y el lunes 21 al mediodía. Ahí me contacté con el prefecto de Carabineros y con distintos personeros de gobierno, desde Ministerio del Interior al de Defensa. En general las coordinaciones fueron extremadamente deficientes.

Hay quienes denuncian vínculos entre saqueos y bandas narco.

No tengo información que me permita aseverar eso. Sí puedo relatar lo que vimos en Renca: el día domingo teníamos saqueos múltiples en distintos supermercados de la comuna, donde identificamos grupos que se movían con alguna articulación. Mi impresión es que los saqueos no se inician por el estallido social: los inicia alguien que raja las puertas y facilita que toda esta masa desbocada sea parte del saqueo. Lo que vimos fueron caravanas de vehículos que se trasladaban de un supermercado a otro, incitando esta situación.

¿Qué lectura hace del trasfondo social de las manifestaciones?

Dos cosas: alcaldes y alcaldesas de distintos sectores políticos hemos venido denunciando hace años que el Estado de Chile trata a sus ciudadanos de forma desigual dependiendo de dónde viven. Eso es un reflejo estructural de la desigualdad que existe en nuestro país y que es precisamente la causa que lleva a este hastío, en el que se suman una serie de cosas: desde el alza de la tarifa de Metro, hasta las acciones aparentemente coordinadas de destrucción de las estaciones, que generan un ánimo distinto. El segundo tema, más estructural, es lo que distintos sectores políticos han denominado "un nuevo pacto social". Mi impresión es que eso no puede ser otra cosa que un proceso constituyente que desemboque en una nueva Constitución. Sin una salida estructural, es muy posible que este movimiento no se acabe.

¿Había señales de que podía venir esta crisis?

Venían sucediendo eventos que sumaban a este mismo descontento. Y es cierto que las últimas dos semanas fueron tremendamente desconectadas del sentido de la población de parte de las vocerías principales de gobierno e incluso de la oposición.

En esa línea, ¿fueron suficientes las medidas presentadas por el Presidente el martes pasado?

Resulta evidente que no tuvieron el impacto que se esperaba. Las medidas no logran hacerse cargo del costo de vida de la población y eso exige que sean complementadas con otras de cortísimo plazo que vayan en esa línea. De las anunciadas, ninguna de ellas hace frente a una situación estructural que cambie las reglas del juego, que enfrente este pacto social.

El Presidente y otros políticos pidieron perdón. ¿Llegan a tiempo esas disculpas?

No solo en el gobierno, sino también en la oposición ha habido ceguera. Durante años, incluso cuando fuimos gobierno, tampoco logramos hacernos cargo de todas estas situaciones de injusticia. A 10 días de que comenzó este estallido, todavía la oposición no ha sido capaz de buscar disposiciones unitarias que permitan salir de esto, y vemos con desesperación que distintos personeros políticos se han dedicado a darse gustitos personales y no a generar las condiciones para salir de la crisis. Presidentes de partido, senadores, diputados han estado en todos los medios de comunicación haciendo un análisis desde la opinología y no ejerciendo su rol político de generar las condiciones para que en el Parlamento se den los cambios que se necesitan. Somos muchos los que tenemos que pedir perdón, todos los que tenemos un rol público debemos hacernos la pregunta de qué debimos hacer distinto y qué vamos a cambiar con profundidad para poder aportar a un nuevo encuentro entre los chilenos y chilenas.