Deán de la catedral defiende a cardenal Ezzati tras acusación de violación contra Tito Rivera

Juan de la Cruz
El deán de la Catedral Metropolitana, Juan de la Cruz, asegura que todo el procedimiento fue correcto. Foto: Aton

Juan de la Cruz niega que el arzobispo sea un encubridor. Tito Rivera fue condenado canónicamente en 2018.


"Los casos que le llegan al cardenal los entrega inmediatamente al Tribunal Eclesiástico. La misión de él no es juzgarlos altiro; lo que es discutible es por qué es tan lento el proceso. Y eso da la impresión de que fuera encubrimiento", aseguró Juan de la Cruz, el deán de la Catedral de Santiago, quien agregó que el arzobispo Ricardo Ezzati "es un hombre muy bueno. Sufre mucho, pero como es la cabeza, le llega todo a él".

El pasado 27 de febrero se presentó una demanda contra el sacerdote Tito Rivera y la Iglesia de Santiago, por una presunta violación a un adulto que habría ocurrido dentro del recinto religioso. "Me duele enormemente cómo un ser humano puede caer en cosas tan tristes, tan pasionales", dijo De la Cruz.

Pese a todo, a Rivera lo describió como "un padre (sacerdote) bondadoso, humilde, tranquilo y tremendamente colaborador". Contó que con el tiempo se enfermó y que incluso caminaba con dificultad.

"Hubo un tiempo en el que nos llamó la atención que venía con muchos acólitos, muchos cabritos. Fue extraño, por lo general menores de edad. Le dije que por prudencia no los trajera, que no era necesario, la catedral tiene acólitos propios y que visten como tienen que vestir. Estos venían con sotanas negras del año de la cocoa (sic)", relató.

De la Cruz dijo que él mismo ordenó que le abrieran la habitación cuando necesitara descansar entre las misas: "Estamos entre adultos, gente responsable, hombres que se supone que son de Dios", explicó. Tiempo después, recordó, se le acercó un hombre que le contó su testimonio sobre Rivera: "Me dio muchos detalles. No dejé pasar 24 horas, hablé con el cardenal y lo sacó inmediatamente de aquí".

Este martes, el Arzobispado de Santiago emitió un comunicado en el cual se hizo una cronología del caso. En ella, entre otras cosas, se dio cuenta de que el proceso canónico contra Rivera se cerró en 2018, determinándose que el presbítero era "culpable de delitos en contra del Sexto Mandamiento (...) con personas mayores de edad".

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