Defensor Nacional ante la OEA: “Debemos mostrar la discriminación y violencia que sufren las mujeres en el sistema penitenciario”
Carlos Mora Jano expuso ante la Organización de los Estados Americanos y criticó en duros términos al sistema penal y su trato a mujeres tanto durante el proceso de investigación, como cuando luego son privadas de libertad.
“No hay duda que las personas privadas de libertad provienen de los grupos más vulnerables de nuestra sociedad. Dentro de este grupo, podemos distinguir otros que, por sí, ya constituyen grupos vulnerables y que acrecientan la necesidad de hacernos cargo de las precarias condiciones de habitabilidad de las cárceles de nuestra región, el hacinamiento, la vulneración grave y sistemática de derechos humanos al interior de las mismas, y el olvido del sistema penitenciario en el diseño de políticas públicas (...) uno de estos grupos es el de mujeres privadas de libertad”, dijo el defensor nacional Carlos Mora Jano en su intervención ante la OEA.
La autoridad hizo una dura crítica al sistema penitenciario a nivel regional y un llamado a redefinirlo con políticas de género y aseveró que “las mujeres están sobrerrepresentadas en el delito de microtráfico y su participación en los delitos de porte y consumo, es inferior a la de los hombres”, agregando que “a pesar de cometer delitos de menor penalidad, las mujeres son condenadas a más días de privación de libertad y a multas más altas”.
Junto con esto, Mora Jano aseguró que “las grandes mafias de narcotráfico están abusando de estas mujeres para el traslado internacional de drogas las que, en muchos casos reportan violencia extrema y extorsiones, lo que las transforma -más bien- en víctimas de trata o tráfico de personas (...) en todo ello hay un análisis de género que resulta imprescindible para determinar las políticas de persecución penal. Esto es una tarea urgente pero aún pendiente en nuestros estados y en la que, como Defensorías Públicas, podemos colaborar levantándola como una cuestión de preocupación. Debemos dejar de analizar las políticas de persecución como si fuesen neutras, porque esa supuesta neutralidad es falsa, genera efectos diferenciados dependiendo del sexo de las personas imputadas”.
El defensor nacional además detalló que en la región cerca del 90% las mujeres encarceladas tienen hijos menores de edad, son cabeza de familias monoparentales, responsables financieramente de sus familias, han sido víctimas de violencia doméstica, provienen de hogares con altos niveles de marginación socioeconómica y sufren de un alto grado de abandono de sus redes de apoyo cuando están en prisión. “Usualmente no representan riesgo para la sociedad, se inician en el delito tardíamente, son menos violentas y reinciden menos que los hombres”, explicó.
A su juicio, dijo, “la investigación criminológica indica que la administración penitenciaria visualiza en las mujeres un menor potencial de reinserción y, por ello, menos acceso a beneficios y especialmente a la libertad condicional y rebaja de condena”. Agregó que “tampoco las reglas jurídicas aplicables y los servicios que ofrecen las Administraciones penitenciarias están pensados desde una óptica de igualdad y de las necesidades específicas de las mujeres”.
Finalmente expuso que por todo lo anterior “debemos, como equipos de defensa, considerar los derechos específicos de las mujeres y mostrar la desigualdad, discriminación y violencia que sufren en el sistema penal y penitenciario”.
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