El franciscano que llegará a calmar la diócesis de la discordia

"Va a ser difícil, pero no es imposible". Así se refirió ayer el sacerdote Jorge Concha Cayuqueo, recientemente nombrado administrador apostólico de la diócesis de Osorno, a uno de los principales desafíos que enfrentará en su nuevo cargo: lograr terminar con la división en la comunidad que generó la designación del exobispo Juan Barros en 2015, y que se arrastra hasta el día de hoy.

"Dependerá mucho de la colaboración de todos, porque es una tarea de todos. Si hay buena voluntad y buen espíritu, no me cabe duda que podemos dar pasos hacia esa comunión", añadió Concha, quien hasta ayer se desempeñaba como obispo auxiliar de Santiago.

Nacido en Carahue en 1958, y ordenado sacerdote en 1986, Concha era uno de los prelados más jóvenes del Arzobispado de Santiago. Además, fue el primero de origen mapuche en ocupar ese cargo. Entre otras cosas, es doctor en Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma y fue primer vicepresidente de la Conferencia de Religiosas y Religiosos de Chile.

El rol que cumplirá ahora el prelado es uno de los más importantes dentro de los cambios que se están generando en la Iglesia Católica chilena, ya que Osorno ha sido protagonista central de la crisis eclesial en Chile.

Respecto de la situación que mantenía la Iglesia, previo a la intervención del Pontífice, Concha señaló que "había dificultades, muchas, que están apareciendo por goteo… Era una situación difícil, y aquí se necesitaba una intervención como la que se está dando, una intervención mayor".

Además de Concha Cayuqueo, otros dos religiosos fueron designados ayer para liderar las diócesis vacantes. Esto, tras la dimisión del Cristián Caro, de Puerto Montt, y Gonzalo Duarte en Valparaíso, quienes habían presentado su renuncia al Papa Francisco tras cumplir con el límite de 75 años de edad para ocupar el cargo.

A sus 45 años, el mercedario Ricardo Morales Galindo se convertirá en el titular más joven de una diócesis, tras ser designado administrador apostólico de Puerto Montt.

Es provincial en Chile de la Orden de la Merced desde 2008 y ocupará el cargo que hasta ayer mantenía Cristián Caro. "Fue una sorpresa. Siento gratitud hacia el Santo Padre por la confianza que deposita en mi persona. En los tiempos que está viviendo la Iglesia en Chile creo que hay que ser generoso y estar disponible. Esa es mi disposición interior", dijo Morales.

Sobre el rol que cumplirá como administrador apostólico, añadió que "las líneas de trabajo las ha puesto claramente el Papa Francisco en la última carta que dirigió a la Iglesia en Chile. La primera actitud y acción es la de escuchar a la gente, a los sacerdotes y a las comunidades religiosas. Tenemos que ser humildes en el servicio y no dejar de escuchar cómo el pueblo de Dios nos pide una coherencia en nuestra vida".

El tercer administrador apostólico anunciado ayer fue Pedro Ossandón, quien liderará la diócesis de Valparaíso. El sacerdote (60) se desempeñaba como obispo auxiliar de Santiago y es integrante del área pastoral social Caritas de la Cech. Antes fue obispo auxiliar de Concepción y vicario pastoral de la zona norte de la Arquidiócesis de Santiago.