Hernán Burdiles, presidente de Comisión Nacional de Acreditación: “Hay mucha inversión suspendida, y eso tendrá un impacto en el futuro”
Tras analizar con los rectores el impacto de esta crisis sanitaria, advierte que, aparte del tema económico en las instituciones, está el daño en la salud mental de estudiantes y académicos.
Hace unos días, el presidente de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), Hernán Burdiles, terminó una serie de reuniones virtuales con rectores de instituciones de educación superior para conocer el impacto que ha tenido la pandemia. Dice que las mermas económicas son considerables, pero que no habría un riesgo inmediato de cierres, y advierte que las instituciones deben identificar los aprendizajes que no podrán impartir y buscar soluciones.
De sus reuniones con rectores, ¿cómo ve que han funcionado las instituciones?
Hay muchas cosas comunes que entre todas han hecho, como entregar bolsas de datos y computadores para los estudiantes, y todo un esfuerzo para capacitar a los profesores. Aquí, la cercanía parece ser ley, porque sin cercanía con alumnos y académicos las instituciones hubieran zozobrado. Pero en realidad hay mucha colaboración e intercambio de experiencias, es gratamente sorprendente.
¿Qué dificultades económicas vio en las instituciones?
Tenemos menos alumnos matriculados, más morosidad y más suspensiones de estudios. Eso genera una caída de ingresos no menor. También hay un aumento de gastos inevitable para apoyar a la docencia. Pero también hay muchas inversiones suspendidas, y eso tendrá un impacto en el futuro. Conozco al menos dos casos de planteles que paralizaron la construcción de sus edificios, con sus respectivas instalaciones, laboratorios, oficinas y salas. Eso costará mucho retomarlo. Además, todos los rectores advierten un impacto psicoemocional en los estudiantes y los académicos.
Las instituciones han aumentado los gastos para generar conectividad, pero no están usando sus instalaciones. ¿Realmente están complicadas económicamente?
Están profundamente más urgidas que a inicios del año. Hay una fuerte caída de ingresos y un aumento relevante de gastos. Este año hubo 64 mil vacantes que no se coparon, si esos posibles estudiantes pagaran $ 1 millón al año, de inmediato el sistema queda con $ 64 mil millones menos. Si agrego a todos los estudiantes que suspendieron y el gasto en reconversión, el impacto es notorio.
¿Y se mantiene la calidad?
Si yo tomo un curso, por ejemplo, de Economía 1, y el curso asegura que al final del semestre manejaré herramientas computacionales para hacer regresiones econométricas, jamás lo lograría en las condiciones actuales. Entonces, más que perder calidad en lo que se está enseñando, lo que pasa es que los aprendizajes a inculcar no pueden completarse. Este año no se podrán entregar todos los aprendizajes planificados, pero hay que detectar cuáles no fueron obtenidos y saber cómo remediarlo.
Si un estudiante que siente que no se le está entregando enseñanza de calidad, ¿puede reclamar o acudir a la justicia?
Está en su derecho, no puedo decirle que no lo haga, pero atendida la magnitud de la emergencia, lo lógico es dialogar, analizar en conjunto y diseñar las soluciones.
¿La pandemia puede provocar que algunas instituciones no logren su acreditación?
No, para las instituciones que ya tienen acreditación y vencían este año se tomó la decisión de prorrogar la acreditación hasta que emitamos un nuevo pronunciamiento. Para las instituciones no acreditadas, y que deben comenzar su acreditación el próximo año, tendremos que ver qué hacer si se mantiene la emergencia sanitaria. Y hay un grupo de carreras de acreditación obligatoria y que tampoco nunca se han acreditado, como Medicina, Pedagogía y los doctorados. En ese caso, hemos hecho una especie de visitas virtuales para evaluarlas externamente.
Considerando el impacto económico, ¿cree que hay instituciones que corren riesgo de cierre?
No lo creo, y hay varias razones para eso. Primero, porque una parte relevante de los ingresos de instituciones acreditadas proviene de la gratuidad, becas y créditos, y ese flujo se mantiene, salvo en el caso de los estudiantes suspendidos. Tampoco veo que las instituciones con deudas se tengan que declarar en bancarrota de aquí a fin de año.
¿Asegura entonces que no habrá quiebras en instituciones?
No, no puedo asegurar eso, porque no sé cómo seguirá la pandemia.
El ministro de Educación dice que no ve un riesgo de cierre...
No tengo noticias de ninguna institución potencialmente afectada por eso, en mis conversaciones con el subsecretario y el superintendente de Educación Superior no veo ninguna situación que nos debiera alertar.
¿Las instituciones se preparan ya para el regreso presencial?
Todos están preocupados de tener protocolos muy claros para el retorno a las clases presenciales. La prioridad es que haya seguridad para los estudiantes y académicos, porque en la formación, el trato directo, cara a cara, es crucial. Y varias instituciones tienen considerado regresar en la época del verano. La educación superior no va a parar.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.