Ignacio Sánchez, rector de la Universidad Católica: “Definimos que el primer semestre de 2021, en cuanto a clases teóricas, será a distancia”

ENTREVISTA AL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD CATOLICA IGNACIO SANCHEZ
Foto: Rudy Nuñoz

El académico cuenta que mantendrán algunas actividades presenciales, pero que todo dependerá de la pandemia. También pide al gobierno hacer un esfuerzo por mejorar el presupuesto para la educación superior.


Si todo sale bien, entre abril y junio habría una vacuna contra el coronavirus. Esa es la esperanza del rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez, respecto del estudio clínico que este y otros planteles harán de una inyección desarrollada por el laboratorio chino Sinovac. En esta entrevista, el académico habla del ensayo, de lo que viene para su universidad y también de cómo la institución se involucrará en el proceso constituyente. “Lo que corresponde a la UC es abrir el debate”, asegura.

¿Cómo ha sido el retorno a las actividades presenciales?

Partimos hace seis semanas con un retorno flexible y una marcha blanca. Las facultades definieron un número de asistentes y conformamos el Comité Covid UC, porque la operación de retorno es más compleja que el traslado de las clases a distancia. La primera semana tuvimos 500 estudiantes diarios de pregrado, principalmente de carreras de la salud; la semana pasada eran 850 y esta semana ya fueron 1.500. A ellos se suman estudiantes de doctorado y magíster, profesores y administrativos, llegando alrededor de 3 mil personas diarias. Cerca del 15% de la comunidad asiste presencialmente, de forma alternada. A mediados de noviembre esto subirá y haremos actividades de convivencia para alumnos de primer año, en grupos pequeños, para que se conozcan entre ellos y con sus profesores.

¿Cuándo terminará el semestre?

Está planificado para el 18 de diciembre y no nos hemos atrasado. Pero esto puede variar para las actividades prácticas; si algunas se pueden realizar en diciembre o enero, intentaremos hacerlo. También es probable que el currículum de este año se integre al del próximo, para que en los primeros días de marzo se cierre lo pendiente. Hay que ser flexibles, porque dependemos de la pandemia.

¿El primer semestre 2021 será online?

Definimos que el primer semestre de 2021, en cuanto a las clases teóricas, será a distancia. Como terminemos este año, es como empezaríamos el próximo, priorizando actividades prácticas y de convivencia. Esto depende de la pandemia, pero sin una vacuna, no veo posible reunir a muchos alumnos en las salas de clases. Ahora, en estas seis semanas no hemos tenido casos de infección en la comunidad; hay protocolos para hacer la trazabilidad, pero hasta ahora vamos en buen camino.

Están trabajando con Sinovac en la prueba de la vacuna. ¿Saben cuándo podría estar lista?

En junio firmamos el acuerdo con Sinovac y obtuvimos financiamiento de la CPC y del Estado. Estamos esperando la autorización del Ministerio de Salud para comenzar a reclutar a los 3 mil voluntarios, que serán personas sanas, de entre 18 y 60 años, sin enfermedades de base y que libremente se postulen para recibir la dosis, que puede ser la vacuna o un placebo. La UC encabeza un consorcio de ocho universidades, desde Antofagasta hasta Valdivia, y si empezamos las pruebas en noviembre, esperamos que la vacuna de Sinovac esté disponible en el primer semestre de 2021, ojalá entre abril y junio. En nuestro convenio se aseguran 10 millones de dosis por tres años.

¿Los voluntarios serán de la RM y personal de la salud?

Serán de ocho regiones y en los sitios web de las universidades habrá llamados para inscribirse. Se priorizará al personal de la salud, pero también se considerará a otras personas. El gran protocolo es gente de 18 a 60 años sin patologías de base, pero puede que se haga un estudio más pequeño con personas de más edad o con enfermedades de riesgo.

UC y la Constitución

¿Tienen protocolos en caso de que los académicos UC quieran ser constituyentes?

Lo tenemos definido desde antes para otras situaciones. Si un académico es nombrado en la Corte Suprema, la ley le permite ciertas horas de docencia. Por ejemplo, esta semana fue nombrado Julio Pertuzé como subsecretario de Economía; él es académico nuestro y se va con permiso sin sueldo. Si ser constituyente es de jornada completa, esa persona se iría con permiso sin sueldo. Si se determina que puede cumplir horas laborales, haría sus laborales con un ingreso proporcional. Pero estamos incentivando a que quienes se sientan motivados a participar del proceso constituyente, lo hagan, y luego retomen su contrato con la universidad.

Usted podría ser constituyente, entonces…

Nada me lo impediría, pero mi labor en la universidad es de dedicación exclusiva, así que no estaría dispuesto para esa tarea. Si un decano lo definiera, tendría que irse con permiso sin sueldo, porque no podría realizar su tarea acá.

¿Cómo abordarán el debate constitucional? ¿Cuál es la visión de país que la UC defenderá?

Desde marzo hemos estado trabajando junto a la U. de Chile y otras organizaciones la plataforma “Tenemos que hablar de Chile”, en la que han participado cerca de 80 mil personas en encuestas y 10 mil personas en reuniones. A fines de noviembre habrá una primera entrega de los resultados y en diciembre una segunda, para que entre enero y marzo los organizadores entreguen los insumos: qué piensan los chilenos y chilenas, qué proponen, cuáles son sus temores, sueños y esperanzas. Nos hemos enfocado en dos cosas: tener de aquí a marzo un proceso de diálogo, con muchos invitados, y que luego de la elección de abril de constituyentes se redacten propuestas, con profesores de todas las disciplinas, porque la Constitución no puede verse solo desde lo técnico, sino que desde cómo la viven los ciudadanos.

Entonces la UC no instalará una línea respecto de lo que piensa de la Constitución, sino que favorecerá el trabajo interdisciplinario…

Por supuesto que para nosotros hay temas clave, como el respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, la libertad de enseñanza, la libertad religiosa, los pueblos originarios, el derecho a la dignidad de las personas, pero para la UC no hay ningún tema que no sea relevante. Tenemos 3.600 profesores de todas las disciplinas, y vamos a tener muchas propuestas. La UC no es homogénea en su amplio abanico docente y eso enriquece la vida universitaria.

¿Y hay temas donde la UC podría cambiar la posición que ha tenido hasta ahora?

Lo que corresponde a la UC es abrir el debate, poner las posturas y convocar a quienes piensen diferente para escucharnos y avanzar. Más que tiempos de cambiar, para la universidad son tiempos de escuchar y activar el debate. Este proceso constituyente se trata de escucharnos, de entender al otro, entregar argumentos y tener la mente abierta a la verdad del otro. Ese será nuestro estímulo, más que tener ideas preconcebidas.

¿Cree que el debate constitucional acabará con el clima de polarización y violencia?

Si eso se lograra, sería el gran aporte del proceso constituyente, porque no son tolerables los climas de violencia que hemos visto. Una de las cosas que hemos advertido en los primeros resultados de “Tenemos que hablar de Chile” es que la gran mayoría, cerca del 85% de las personas, valora mucho el diálogo como forma de avanzar en la resolución de conflictos. El legado del proceso debería ser que todos rechacemos de forma transversal la violencia. Si logramos que desaparezca, eso tendrá que ver con el comportamiento de cada uno. Pero realmente no podemos construir un nuevo país a través de una nueva Constitución si la violencia se mantiene.

“Este presupuesto es muy dañino y preocupante para las universidades”

Los rectores acusan que hay un gran recorte en el presupuesto para 2021. ¿Cree que es así, considerando todas las necesidades que tiene el país?

En educación superior, el Mineduc insiste en decir que aumentó el presupuesto, lo que es real, pero se debe a que nuevas instituciones entraron a la gratuidad. Para que ocurra eso, se les quitarán recursos a las instituciones, entre un 5% y un 8%. Entendemos que hay necesidades, pero los fondos basales permiten contratar profesores para investigar, entregar proyectos de bien público en todo Chile. Entonces, se les quita el apoyo a las comunidades, en un momento de pandemia donde el aporte de las universidades ha sido clave, en generación de exámenes, trazabilidad, ventiladores, desarrollo de vacunas, lineamientos éticos y en educación, acompañamiento espiritual, empleos... hay muchos aspectos que han sido apoyados por la red de universidades. Entonces, no se entiende que ese trabajo, que ha sido valorado por el gobierno, no haya sido protegido en la Ley de Presupuestos.

Pero se supone que este es un presupuesto para reactivar la economía…

Sé que este presupuesto es proempleo, pero no entiendo la reactivación sin ciencia, generación de valor y de conocimiento. Este presupuesto es muy dañino y preocupante para las universidades. Y paralelamente, el presupuesto de ciencia baja un 9% en general, y hay que recordar que el 95% de la generación de conocimiento se hace en las universidades, por lo que este es un segundo golpe fuerte que recibiremos. Hago un llamado a que esto se revierta; hemos hablado con ministros y parlamentarios de todos los partidos. En el Consejo de Rectores vemos que no se está valorando el aporte de las universidades al desarrollo del país, sobre todo considerando la pérdida de valor y el retroceso de la economía.

El gobierno dice que no hay más recursos. ¿De dónde podría salir ese financiamiento?

Hay que hacer un análisis. Por ejemplo, hay un tremendo plan de reactivación de obras públicas, que puede ser muy interesante, pero hay que ponerse la mano en el corazón y decir: ¿Podemos hacer estas obras públicas en pandemia, cuando hay regiones con mucha limitación para hacerlas? ¿Es mejor construir más cemento o apostar por ideas, creatividad y conocimiento? Ahí tenemos mucho que conversar. Entendemos las necesidades de los presupuestos de salud y educación, pero llamo a que los parlamentarios hagan un análisis más amplio, para ver si estamos poniendo los incentivos en los ámbitos más necesarios.

“No se planea mover las facultades de casa central”

Se comenta que la UC estaría buscando nuevas sedes para trasladar algunos programas de su casa central, debido a las protestas. ¿Es cierto eso?

Tenemos cuatro campus en Santiago, uno en Villarrica y una red de estaciones regionales, que son para la investigación. En Santiago, la zona donde está la casa central se ha vuelto compleja después del estallido social, sobre todo para las clases vespertinas. Ahí tenemos el MBA de la Escuela de Administración, que está viendo si traslada sus actividades al campus oriente o si es posible arrendar alguna zona del sector oriente para hacer clases, porque es difícil programar actividades después de las 6 de la tarde en una zona que fue conflictiva y podría serlo a futuro. La Clase Ejecutiva de la Facultad de Ingeniería también arrendó espacios en Las Condes para sus actividades. Y tenemos un espacio académico reservado en San Carlos de Apoquindo, pero para el futuro. Por ahora, no tenemos ningún plan para ese terreno, pero en algunos años podría ser usado para actividades.

¿No piensan en trasladar las facultades?

No, porque el problema fue que, desde octubre a enero, las actividades tenían que terminar a las 5 de la tarde y las clases de los MBA son vespertinas. Pero en la casa central hay cuatro facultades (Medicina, Comunicaciones, Derecho y Ciencias Tecnológicas) y no se planea mover las facultades de casa central. Y en San Carlos de Apoquindo no hay ningún plan para los próximos tres años, pero es un terreno de reserva académica.

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