La trastienda de la aparición de Ezzati y Errázuriz en ordenación de obispo auxiliar de Santiago

Faltaban pocos minutos para las 18.00 horas en Italia (mediodía en Chile) cuando, con andar pausado y cada uno con las manos entrelazadas a la altura del pecho, el cardenal Ricardo Ezzati y el cardenal emérito Francisco Javier Errázuriz cruzaron frente al altar mayor de la basílica de San Pedro, dentro de una procesión que culminó con la entrada del Papa Francisco. Era el comienzo de la ceremonia realizada en el Vaticano para la ordenación episcopal del nuevo obispo auxiliar de Santiago, Alberto Lorenzelli Rossi.

La presencia de ambos exarzobispos, cuestionados por múltiples denuncias de supuesto encubrimiento de abusos en Chile, no pasó inadvertida. De hecho, Ezzati ocupó un lugar destacado durante el solemne acto, junto al cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga, uno de los dignatarios vaticanos más cercanos al pontífice.

También asistieron el nuncio en Chile, Ivo Scapolo; el embajador chileno ante la Santa Sede, Octavio Errázuriz, y el embajador en Italia, el exsenador Sergio Romero.

El ceremonial de ordenación se efectuó en la cátedra de la histórica basílica, justo bajo la vidriera que muestra la figura de la paloma, símbolo católico del Espíritu Santo. El Papa se ubicó junto a los coordenantes: el cardenal Tarcisio Bertone, exsecretario de Estado del Vaticano, y Celestino Aós, actual administrador apostólico de Santiago.

Durante la homilía, el pontífice pidió al obispo Lorenzelli no olvidarse "de tus raíces, de tu madre y de tu familia. Refleja que has sido elegido de entre los hombres y para los hombres".

"Un obispo es un servidor, no un mercenario. La primera labor de un obispo es la oración. Un obispo que no ora a Dios es un mercenario", sentenció el Papa.

Al mismo tiempo, el pontífice recordó a Lorenzelli la importancia de mantener cercanía con los sacerdotes. "Que cuando te busquen te encuentren inmediatamente, sin burocracia. También sé cercano a los pobres, a los indefensos y a quienes necesiten acogida y ayuda. Cuida a tu rebaño", insistió.

"El episcopado es el nombre de un servicio, no de un honor", enfatizó el Papa Francisco.

Tras concluir el rito, el obispo Lorenzelli envió sus saludos a los fieles de la arquidiócesis. "Saludo a todos los hermanos, hermanas, fieles, diáconos, seminaristas y sacerdotes de Chile. Les agradezco sus oraciones. Un saludo y una bendición para todos", señaló.

El nuevo obispo auxiliar aterrizará en Chile a mediados de julio, para comenzar sus labores como obispo auxiliar. Días antes de la ordenación, había señalado a la agencia ACI Prensa que su primera tarea "es colaborar con monseñor Celestino Aós, a quien conozco y aprecio como persona. La diócesis (de Santiago) presenta desafíos, como todas las diócesis del mundo".

"Creo que Chile, y sobre todo la Iglesia de Santiago, necesitan recuperar la confianza en la Iglesia. Hemos dado motivos para dudar, hemos perdido muchas veces el rumbo de cómo teníamos que servir a esta Iglesia. Para crear la confianza, la primera cosa es crear comunión en el clero y con los fieles, con una atención particular a nuestros jóvenes", afirmó.

Al finalizar la ceremonia, el nuevo obispo auxiliar capitalino participó en un encuentro con la comunidad católica de chilenos en Roma. Hoy estaba previsto que oficiara una misa en la basílica del Sagrado Corazón, en Roma.

Lorenzelli, salesiano nacido en la localidad argentina de Isidro Casanova en 1953, se desempeñaba hasta ayer como director de la comunidad de su orden en el Vaticano y ejercía la responsabilidad de capellán de la dirección de los Servicios de Seguridad y Protección Civil de la Ciudad del Vaticano.

En marzo pasado, el Papa Francisco aceptó la renuncia de Ezzati como arzobispo de Santiago. El cardenal es indagado por presunto encubrimiento de casos de abusos que involucran a miembros de la Iglesia Católica.

El exarzobispo capitalino ha negado reiteradamente haber encubierto hechos de este tipo y ha afirmado que presta permanente colaboración con la justicia.