La visión del titular de Justicia sobre los ministros de la Corte Suprema

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Como senador, el titular de Justicia presentó reparos ante algunos postulantes a la Corte Suprema.


Desde la ideología que tenían, hasta el tipo de causas que investigaron fueron abordados por el entonces senador UDI Hernán Larraín al momento de la elección de los ministros de la Corte Suprema en la Cámara Alta.

En su rol como legislador, el ministro de Justicia tuvo que pronunciarse sobre una serie de oportunidades acerca de esta materia, ya que para seleccionar a los miembros del máximo tribunal, el Senado debe ratificar la propuesta que realiza el gobierno con dos tercios de las preferencias. Desde la época del sistema binominal -señalan fuentes judiciales- existía un acuerdo tácito en que los candidatos se iban aprobando de manera intercalada, para dejar conformes a ambas coaliciones. Esto explica que los actuales 20 miembros de la Corte Suprema lograron ser ratificados con una alta mayoría de los votos.

Entre los pronunciamientos más destacados que hizo Larraín está el realizado sobre el actual presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito, en 2008. En el acta de la sesión, se consigna que Larraín dijo que "el Senado ha actuado con el criterio de tender a una adecuada diversidad en la integración del Alto Tribunal (...). Esta variedad permite la formación de pequeños grupos, con lo cual, en definitiva, la diversidad no se refleja".

El entonces congresista se refería a que Brito estaba ligado a la masonería, lo que -a su juicio- podría incidir en sus actuaciones.

Larraín tuvo una postura diferente sobre la ministra Gloria Ana Chevesich (quien indagó el caso MOP-Gate), en 2013. Durante su intervención, dijo que en diversas causas esta jueza falló "como su conciencia le dictaba, de conformidad con el derecho. Me parece que eso habla bien de ella. Finalmente, ella manifestó su preocupación por la mala imagen del Poder Judicial y, también, por los jueces que no tienen la fortaleza moral y espiritual para enfrentar los cuestionamientos y las críticas que puedan surgir a propósito de las resoluciones que emiten".

Una línea similar mostró en la elección de Carlos Aránguiz ese mismo año: "Estamos frente a una designación que hace justicia a la trayectoria de un juez que ha tenido que pasar por momentos difíciles. El resolver casos como el 'MOP-Gate' hizo que fuera cuestionado en varios aspectos".

Durante la votación por Carlos Cerda, en 2014, Larraín recordó que en 2006, el Senado decidió que no tenía los méritos suficientes para ser designado. "Ello no pasó por su trayectoria académica o el contenido de sus fallos, sino por las calificaciones que recibía de sus superiores y el hecho de que argumentaba sus sentencias considerando su ideología". Ahora, en cambio, explicó que "ha demostrado su afán de jamás saltarse la ley y su espíritu".

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