Las recomendaciones para la población dentro del espectro autista por fuegos artificiales en festejos de Año Nuevo
El director del centro de terapias Altruye, Darío Durán Arce, detalló acciones para enfrentar la situación.
Pese al llamado de autoridades a no adquirir ni manipular fuegos artificiales de uso doméstico, según lo exige la Ley 19.680, promulgada en mayo del año 2000, en los festejos por Año Nuevo, estos elementos resuenan en todas las comunas del país. Esto, sumado a los espectáculos de pirotecnia autorizada, genera una serie de complicaciones para la población dentro del espectro autista expuesta a los altos niveles de ruido.
Los estruendos afectan de sobremanera a personas neurodivergentes con percepción y sensibilidad agudas, como niños, adultos y personas mayores con autismo, además de provocar contaminación acústica y potenciales daños físicos como quemaduras y lesiones.
Darío Durán Arce, director del centro de terapias Altruye, explicó que hay personas con hipersensibilidad auditiva como las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) que son muy vulnerables a los ruidos. Por tanto, realizó algunas sugerencias para adoptar con ellos en estas fechas.
El fonoaudiólogo entregó un mensaje para generar conciencia sobre el uso de pirotecnia en las fiestas ,con el objetivo de prevenir crisis sensoriales.
“Muchos niños y personas con la condición del espectro autista tienen problemas de hipersensibilidad, visual, auditiva o táctil, lo que genera una respuesta inadecuada, o una hiper respuesta a un sonido, aunque sea muy pequeño puede afectar a alguien en particular. Por eso se habla del espectro autista, porque van a haber niños y personas a las que les afecte el exceso de ruido y a otras que no”, explicó.
El especialista acotó que es inevitable convivir con empresas y municipios que usan fuegos artificiales de alta intensidad en sus actividades de fin de año, por lo que es recomendable fomentar algunas prácticas para evitar desregularizaciones o crisis en dichos momentos.
”Lo que haya que hacer para regular a los niños y personas con autismo, hay que hacerlo porque hay tradiciones con las que hay que convivir. De todos modos, antes de enfrentarse a eso, se puede trabajar la anticipación en especial ahora que viene el Año Nuevo. Eso se puede trabajar con las llamadas historias sociales”, señaló.
Durán explicó que la anticipación a través de historias sociales es clave para explicar todo lo que ocurrirá con antelación. Además aconsejó que hay que contar con un lugar tranquilo que tenga las condiciones adecuadas para que la persona pueda permanecer tranquila mientras dura el impacto, llamado “espacio de la calma”.
Asimismo, recalcó que solamente si es necesario y la persona lo tolera, se pueden utilizar audífonos especiales para aislar el ruido.
”Lo primero es contarles a ellos de qué se trata el Año Nuevo, que van a venir familiares, que van a cenar y va haber fiesta, y que a las doce en punto van a disparar esa pirotecnia. Entonces cuando eso pase nos vamos a ir a un lugar de la casa llamado espacio de la calma, donde esté más cómodo, quizás en su habitación, su cama o un lugar alejado de los fuegos artificiales con la persona de mayor confianza, como la mamá o el papá. Si existiese indicación del terapeuta ocupacional quizás ponerle unos audífonos especiales que disminuyen el ruido, o lo aíslan”, indicó.
Eso sí, en el caso de los niños, lo más importante es que los padres de familia puedan contar con un perfil sensorial apenas tengan el diagnóstico de autismo, ya que eso además de facilitar una intervención temprana, les permitirá darse cuenta los problemas sensoriales que se pueda tener en el día a día.
El director del Centro Altruye indicó que una intervención temprana y una terapia exitosa puede favorecer muchos progresos para las personas en condición de autismo. Ese es el propósito de los centros que dirige, en Ñuñoa y pronto en Talagante, aseguró, haciendo hincapié en la necesidad de generar conciencia sobre la importancia de un sistema de terapias continuas para ver avances satisfactorios, en especial en niños de 2 a 13 años.
”A nivel terapéutico el acceso a las terapias son enriquecedoras. Es importante que todos conozcan bien a su hijo o a la persona con autismo, saber que los calma y que los regula. Lo principal, por indicación del pediatra, la atención temprana es vital”, recomendó.
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