Los rezagados son un tema: aplicación de los refuerzos contra el Covid-19 ha disminuido gradualmente durante las últimas semanas
Según el DEIS, hay 1,5 millones de personas que no se han inoculado con la tercera dosis y 1,9 millones, con la cuarta. Un estudio realizado por el Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud (CIPS) concluye que las principales razones que esgrimen los que no se han vacunado son: falta de tiempo, no encontrar locales abiertos en horarios y días que les acomodan y la información circulante sobre supuestos efectos nocivos de las vacunas.
Debido a la baja adherencia a la campaña de vacunación contra el Covid-19, especialmente para la cuarta dosis, las autoridades sanitarias decidieron implementar medidas para incentivar la inoculación. Así, el pasado 1 de junio entró en vigencia el bloqueo de los pases de movilidad de las personas que, cumpliendo ya seis meses o más desde la primera dosis de refuerzo contra el Covid-19, no se hayan inoculado con la siguiente.
Según cifras del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud, actualmente hay 1.549.684 personas que están atrasadas con su tercera dosis y 1.948.079 personas con la cuarta. Es decir, hay más de tres millones de personas rezagadas y con el Pase de Movilidad bloqueado.
De acuerdo a un estudio realizado por el Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud (CIPS) de la Universidad del Desarrollo, el anuncio de bloqueo de pase tuvo un efecto inmediato: los días previos -semana del 29 de mayo- se administraron 162.000 dosis del primer refuerzo y 903.000 del segundo. Sin embargo, el incentivo no perduró en el tiempo, pues, según da cuenta el análisis, la adherencia ha vuelto a disminuir.
La semana siguiente, es decir desde el 5 de junio hacia delante, la vacunación tuvo una de las mayores caídas del año, pues se administraron tan solo 134.598 vacunas de la tercera dosis y 615.161 dosis de la cuarta, lo que representa una baja entre ambas semanas de 17% y 32%, respectivamente.
Este descenso permanece hasta la actualidad, pues durante la última semana se observa una disminución de 10.570 dosis en el primer refuerzo, con una variación de 14% respecto de la semana anterior. En cuanto a la cuarta dosis, la inoculación disminuyó en 36.767 dosis, lo que configura una baja del 11%. Es decir, el estudio de la UDD refleja una disminución persistente de ambos refuerzos por cuatro semanas consecutivas.
En este escenario, la directora ejecutiva del CIPS, Paula Daza, afirma que “hay más de 3,6 millones de personas que pudiendo haberse vacunado con su cuarta dosis, aún no lo han hecho. Actualmente, según los datos del Minsal, de ellos hay más de 1,9 millones que llevan seis meses sin su dosis de refuerzo. En el contexto en el que estamos, debiésemos disminuir este número y aumentar el 61% que tenemos de cobertura con cuarta dosis a nivel nacional”.
Y la sugerencia de Daza es compartida por el Minsal. Este martes, el subsecretario de Salud Pública, Carlos Cuadrado, informó sobre la efectividad e importancia de la cuarta dosis de la vacuna contra el coronavirus y su importancia para prevenir enfermar de gravedad. En el Punto Covid sostuvo que la efectividad de la cuarta dosis en prevenir tanto las hospitalizaciones en UCI como el fallecimiento de pacientes con Covid-19.
“La protección que alcanza el segundo refuerzo no solo es muy alta, sino que, además, se mantiene por un tiempo incluso más largo que la que tenía el primer refuerzo. Si revisamos la curva que muestra la protección de ambos refuerzos en el tiempo, podemos ver que ambos generan un muy alto nivel de protección frente al Covid-19″, sostuvo.
Las razones de la baja adherencia
Para conocer el porqué las personas no están acudiendo a administrarse las dosis de refuerzo, el CIPS realizó una encuesta a 1.200 personas durante los primeros días de junio, cuando se efectuó el bloqueo del Pase de Movilidad.
¿Los resultados? El 43% de los encuestados declara que no había podido ir, pero que iría lo antes posible. Por otro lado, hay un 19% que no se ha podido vacunar por temas logísticos: el 13% argumenta que se ha encontrado largas filas o falta de stock y el 6%, que no ha encontrado los fines de semana un vacunatorio abierto. Además, un 15% no ha ido a vacunarse porque han escuchado sobre efectos adversos secundarios graves de las vacunas.
“Estamos viendo una disminución persistente de la vacunación de refuerzo, de la tercera y cuarta dosis. Además, la encuesta demuestra que hay un problema de logística y de falta de comunicación de riesgo. Hay que considerar que el 38% de los encuestados no se ha vacunado por no creer en la vacuna o no encontrarla necesaria, por lo tanto, es esencial incentivar la comunicación de riesgo”, recalca la exsubsecretaria de Salud.
Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, coincide que falta incentivo de las autoridades: “La campaña de conciencia de riesgo no está llegando a las personas, desde esa perspectiva yo creo que el Ministerio de Salud está al debe, pues tiene que mejorar su campaña de conciencia de riesgo para trasmitirles a las personas la importancia que tiene la vacunación”.
Asimismo, los expertos recalcan que es una medida fundamental para enfrentar el escenario epidemiológico actual: durante la última jornada se reportaron 4.658 nuevos casos Covid, mientras que los activos -personas contagiadas que se encuentran en una etapa de la enfermedad en que pueden infectar al resto- se han mantenido sobre los 35 mil desde hace 27 días, cifrándose hoy en 38.923.
“Es importante transmitir la importancia que tienen estas dosis de refuerzo, principalmente para proteger contra enfermedades graves. Los pacientes que vemos que ingresan a una unidad crítica y que fallecen no han completado su esquema de vacunación”, insiste Carlos Pérez, decano de la Facultad de Medicina y Ciencia de la Universidad San Sebastián e infectólogo de la Clínica Universidad de los Andes.
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