Ministro Cordero afirma que un centro juvenil como Fryshuset es posible replicarlo en Chile con aportes públicos y privados

En medio de la gira presidencial por Europa, el ministro de Justicia, Luis Cordero, acompañó al Presidente Gabriel Boric en su visita a las instalaciones de Fryshuset, el Centro Juvenil de Prevención del Delito “más grande del mundo” -según afirmaron desde Presidencia-, y que está ubicado en Suecia. El secretario de Estado aseguró que un recinto de estas características es posible replicarlo en Chile con aportes del mundo público y privado.

Según detallaron desde Presidencia, Fryshuset es una organización sin fines de lucro que fundada en 1984, y su trabajo se centra en potenciar el “estímulo, confianza, responsabilidad y comprensión” de jóvenes en riesgo social, para que estos desarrollen habilidades y se inserten en la sociedad. La fundación, además de ofrecer servicios enseñanza básica y media a los estudiantes, posee espacios para que los jóvenes puedan practicar básquetbol, música, danza y skate.

En ese contexto, el ministro señaló que “el mensaje es central, no sólo para los representantes del Estado, del Ejecutivo y del Congreso, sino que también de la sociedad civil y de la empresa que estaba acá, es que proyectos exitosos como este descansan en un aspecto que es clave, que es la confianza”.

En esa línea, indicó que “los desafíos de prevención y los desafíos de reinserción son un compromiso no del Estado, sino que de la sociedad en su conjunto”.

“Esto no es simplemente retórica (…) este es un lugar que no es del Estado. Este es un lugar que descansa en una acción de la sociedad civil, donde hay fondos del Estado, pero donde también la empresa cumple un rol relevante de la donación de esa actividad”, sostuvo.

En se sentido, el ministro señaló que “en el caso de Chile, la pregunta es, ¿centros como este podríamos implementarlo? Sí, pero la interpelación no sólo es al Estado, sino que también a la asociación público-privada, para que en distintos lugares del país podamos desarrollar iniciativas como esta”.

Cordero aseguró que “la única forma de poder garantizar entonces inclusión no es sólo entregando herramientas para que las personas no cometan delitos, sino que también para que puedan definir sus propios proyectos de vida”.