PDI le dice adiós a un héroe: A los 14 años falleció perro rescatista en terremotos de Chile y Haití

En 2012, una artrosis en una de sus rodillas puso fin a la carrera de "Royal" en la PDI. Fueron siete años de operativos. Pese a que le restaba un año aún para irse de baja por antigüedad, la carrera que el border collie cumplió fue suficiente para encumbrarse entre los héroes de la institución.

A partir de su salida de la institución, Royal vivió siete años con la familia de su instructor Adolfo Valdivia. Una vida que califican como feliz tras dejar la exigencia que significa estar de servicio. Eso hasta el 21 de agosto pasado, fecha en que por una patología propia de la edad, falleció. Tenía 14 años y ayer fue despedido como un miembro más de la PDI.

Los funcionarios de la brigada realizaron una ceremonia en su nombre y luego incineraron sus restos. Las cenizas llegaron ayer a la policía civil y fueron entregados a su instructor.

Royal poseía dos especializaciones: una en detección de drogas y otra en rescate de cadáveres. Esta última  lo llevó a concretar sus principales logros, aunque siempre ligados a la desgracia humana. Los terremotos de 2010 y 2011 fueron los principales desafíos que enfrentó el can, donde también obtuvo sus mas reconocidos hallazgos, a través del rescate de víctimas de ambas catástrofes.

En la isla caribeña, fue responsable de encontrar los restos de María Teresa Dowling, la esposa del actual director de la Onemi, Ricardo Toro. El cuerpo de la mujer se encontraba desaparecido entre la devastación que azotó al país donde Chile cumple una Misión de Paz. Royal logró descubrirla bajo la estructura del Hotel Marina, tras 10 días de intensa búsqueda.

En el terremoto que afectó la zona centro-sur de Chile también tuvo protagonismo de Royal. Fue el encargado de encontrar a la última persona fallecida a causa del derrumbe del Edificio Alto Río, en Concepción. 

Otro episodio destacado en la vida del can es su participación en la operación que surgió a partir del caso Secta de Colliguay. Aquí, el perro logró advertir los restos del bebé recién nacido que fue sacrificado en una hoguera por orden de Ramón Castillo, denominado Antares de la Luz.