Presidenta del Colmed llama al Minsal a estandarizar protocolos ante balaceras y actos de violencia contra funcionarios

En una entrevista radial la mañana de este lunes, la presidenta del Colegio Médico (Colmed), Anamaría Arriagada, se refirió a la necesidad de mejorar la seguridad en centros de salud para proteger a los funcionarios.

Esto, tras los hechos de violencia que ocurrieron durante los últimos días de septiembre en las comunas de La Granja y Puente Alto.

En diálogo con Radio Universo, Arriagada planteó que “la situación ya ha llegado a un límite y estamos lidiando con un tipo de violencia además que no respeta la vida”.

La presidenta del Colmed recordó lo sucedido en el sector de Bajos de Mena, en Puente Alto, cuando sujetos armados intimidaron a trabajadores que estaban de turno durante la madrugada del pasado jueves en el Cesfam Raúl Silva Henríquez, afirmando que “reventarían” el lugar si pacientes que habían llegado tras una balacera eran atendidos.

“Un acto de este tipo en que se entra a un funeral, se mata a un menor de edad y luego se sigue a la ambulancia para evitar que se ayude a otros dos (heridos) y se encañona al personal de salud son realmente actos de un nivel de violencia con la que nosotros en salud no podemos lidiar”, recalcó.

En ese sentido, apuntó que si bien existen protocolos “que tienen que ver con varios tipos de violencia, que son las violencias que se dan dentro de los establecimientos de salud”, no hay todavía “una preparación estandarizada desde el Ministerio de Salud en ese sentido, y yo creo que llegó el minuto”.

Es que de acuerdo a Arriagada, “este tipo de violencia es una violencia que para nosotros realmente nos queda fuera de nuestra posibilidad de defendernos y por eso le estamos exigiendo a la autoridad medidas de protección mientras este problema se aborda con las medidas necesarias que serán de interés de inteligencia, de policía, de leyes”.

Por lo mismo, la autoridad del Colegio Médico sugirió definir prontamente las zonas críticas, blindar ambulancias y centros de salud, y dotar a funcionarios de chalecos antibalas y cascos para atenciones domiciliarias.

“Da mucha pena hablar así, como de formar un Cesfam que sea un búnker. Pero mientras el Estado no sea capaz de resolver este tipo de violencia, que se va a demorar varios años, lo que corresponde es proteger las instituciones del Estado que tienen que funcionar en esos lugares”, sostuvo.