Presidenta del TC: "Yo creo que hay un problema de sobreexpectativas en que la Constitución es el instrumento que va a resolver los problemas de las personas"
La ministra María Luisa Brahm afirmó que "los textos constitucionales no son para resolver problemas específicos y concretos de las personas" y además, respecto al proceso constituyente, señaló que "yo no le temo a un proceso de esa naturaleza, al contrario".
Luego de más de cinco meses de haber asumido, la presidenta del Tribunal Constitucional, María Luisa Brahm, se refirió por primera vez al acontecer nacional.
En entrevista con Radio Infinita, la ministra se refirió, entre otros temas, a su periodo a la cabeza de la instancia, a los roces jurisdiccionales con la Corte Suprema, a las competencias del TC y al proceso constituyente que se está realizando en el país.
Respecto a modificaciones al tribunal que preside, Brahm señaló que "es legítimo pedirlas y es legítimo hacerlas. Hay que hacerlas por los cauces institucionales".
"Yo creo que las formas de designación, a algunas atribuciones, que quizás algunas no y quizás podrían agregarse otras, a la forma de designación de sus integrantes, a la forma en que toman sus acuerdos. Hay muchas modificaciones que pueden hacerse", sostuvo la magistrada.
En relación a si debe seguir existiendo el TC, indicó que "todas las Constituciones modernas, y me imagino que esta la resolverán quienes participen, necesitan de un tribunal que haga respetar las normas de esa propia Constitución, cualquiera que esta sea. Independientemente del juicio político que tú tengas de la actual Constitución, te lo dice la lógica. Incluso la Constitución más extrema que se logre tener, quien la logre tener querrá tener, además, un organismo que vele porque esas normas se respeten".
Corte Suprema
Sobre un eventual choque jurisdiccional con la Corte Suprema, Brahm afirmó que "es necesario que los poderes públicos conversen entre si. Nosotros hemos tenido algunos roces con la Corte Suprema, lo que además es normal en todos los países en que existen tribunales constitucionales separados de la Corte Suprema. En todos ellos existe este problema de roce en alguna atribuciones entre la Corte Suprema y el Tribunal Constitucional, eso es habitual. ¿Pero cómo se resuelven esos conflictos? Acercándose, conversando, teniendo confianzas. Y una vez que logras ese acercamiento es que puedes asumir que tienes diferencias, algunas se pueden resolver, otras quizás no, pero todo en un clima de respeto. Eso es lo que hemos buscado".
"Roces de atribuciones me parece que son insignificantes. Lo que pasa es que respecto de ellas se produce un efecto comunicacional importante porque así son los medios. Pero ese roce o ese conflicto de poder no es tal. No existe un conflicto de poderes", subrayó la ministra.
Actual Constitución es "razonable" y "limita bien (los poderes del Estado)"
"Nuestra Constitución desarrolla muy bien los derechos que establece, fue muy pionera en eso. El listado de derechos que está en el artículo 19 contempla 26 derechos fundamentales de las personas y los desagrega además en distintos ítems. Y yo creo que si las personas, los auditores, leen la Constitución, se van a dar cuenta que en esa materia y en la definición de los roles de los distintos poderes del Estado yo creo que es una Constitución razonable, que delimita bien", apuntó la jueza.
Consultada sobre si puede ser mejor la actual Carta Magna, señaló que "obviamente. Yo creo que definitivamente hay que resolver el problema de la centralización del país, que quizás no quedó bien resuelta. Algunos conflictos que se van a producir entre los poderes regionales versus los poderes centrales. Quizás en temas electorales la propia definición del tribunal. Porque además una Constitución tiene que conversar con lo que espere la ciudadanía. O sea, independientemente que pueda ser muy bien hecha desde la perspectiva teórica, también tiene que conversar con las expectativas ciudadanas".
"En el fondo yo creo que la mayor parte de nuestra ciudadanía estima que en el origen, la Constitución no es legítima, a pesar de haber tenido más de 42 leyes modificatorias. En realidad esta Constitución es otra Constitución a la del 80", sostuvo Brahm.
Además respaldó las modificaciones realizadas al documento en los últimos años: "En ese minuto lo que tenía el Presidente Lagos es lo que pudo hacer. No solo él, por supuesto que él era el impulsor, pero lo hizo en acuerdo con todas las fuerzas políticas. En esa modificación estuvieron de acuerdo todos. Entonces él tuvo el liderazgo suficiente para hacer los cambios, pero a los ojos de hoy se ven como insuficientes. Él mismo lo ha dicho. Entonces hay que hacerse cargo de eso".
"No le temo a un proceso constituyente de esa naturaleza, al contrario"
Consultada sobre sus preocupaciones sobre el proceso constituyente, indicó que "yo no le temo a un proceso de esa naturaleza, al contrario, yo creo que es un proceso que se ha encausado institucionalmente. Ha seguido las reglas institucionales. Aparentemente está bien reglado, puede ser que de repente se descubran algunas omisiones o no, hay un plebiscito y el tiempo es corto para redactar una Constitución: nueve meses en una hipótesis, doce meses en otra. Es un trabajo arduo, pero se puede lograr desde una perspectiva de texto, de lectura de la norma, aparece un proceso bien desarrollado".
No obstante, afirmó que "yo creo que hay un problema de sobreexpectativas en que es la Constitución Política el instrumento que va a resolver los problemas de las personas. Eso no es así. Es el instrumento fundamental que determina derechos, por supuesto, pero la bajada de todos ellos no es mediante la Constitución, es mediante ley. Por lo tanto la preocupación es que los derechos estén incluidos, pero no se regula el derecho propiamente tal, todo eso se va entregando en la ley".
"Se pueden generar sobreexpectativas de que la Constitución vaya más allá de lo que es capaz de hacer. Los textos constitucionales no son para resolver problemas específicos y concretos de las personas. No tienen que ver con la atención en un hospital, sí tienen que ver con el derecho a la salud", sostuvo la ministra.
Posteriormente señaló que "las Constituciones modernas son más escuetas y menos modificadas mientras más estables son. O sea, pensemos en la Constitución de Estados Unidos. En Latinoamérica se produce un proceso de reforma más permanente, pero si uno va a los contenidos, se mantienen gran parte de los contenidos en nuestra propia historia constitucional, en la mayoría de las Constituciones".
Hoja en blanco: "Es imposible que un país se pueda abstraer de lo que ha sido su carta fundamental"
Consultada sobre si el concepto de "hoja en blanco" le parece algo retórico, indicó que "sí, me parece a mí simbólica, pero obviamente va a haber un Congreso, va a haber un Presidente, va a haber un montón de instituciones que existen hoy día, que nuestra historia constitucional ha contemplado siempre, y que probablemente se van a repetir la mayoría de ellos, con matices, con algunos cambios, quizás un régimen con menos autoridad por parte del el Presidente de la República, quizás con menos facultades legislativas".
"Pero en general yo creo que, y es una opinión personal, es imposible que un país se pueda abstraer de lo que ha sido su carta fundamental durante sus 200 años como país independiente. Es imposible. La Constitución tiene que convivir con el mundo real, y el mundo real está hecho con las normas que lo han regulado durante muchos años", finalizó.
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