Refugiados en Chile: desde 2010, solo 3,2% de las solicitudes se han aprobado
Según datos del Servicio Nacional de Migraciones, 701 de las 21.847 peticiones de refugio han sido aceptadas en la última década. Los colombianos son los que más han conseguido esta condición (443), seguidos por los sirios (109), mientras que los venezolanos es la nacionalidad que más rechazos ha obtenido. Expertos advierten que la baja cantidad de aprobaciones tendría relación con un mal funcionamiento del procedimiento de asilo.
Cumplir con los requisitos para ser considerado un refugiado en Chile es una tarea, por lo menos, compleja. Así lo demuestran las cifras entregadas por el Servicio Nacional de Migraciones, que revelan que en la última década, entre 2010 y 2021, se registraron en total 21.847 solicitudes del beneficio diplomático, pero solo en 701 casos fueron aceptadas, apenas el 3,2% del total.
Y del total de solicitudes de refugio aprobadas, el país que más ciudadanos con esta condición posee es Colombia, con 443 personas (63,2% del total). De ellas, 196 son hombres y 247, mujeres. Además, los colombianos han presentado 7.550 solicitudes en total, siendo la nación que más peticiones ha ingresado.
El segundo país en la lista total de los últimos 11 años es Siria. La nación del Asia Occidental, azotada por una cruenta guerra a mediados de la década pasada, registra 109 solicitudes aceptadas: 67 de varones y 42 de damas. De estas, el 65,1% se aprobó en 2017, justo el año en que el entonces gobierno de Michelle Bachelet lideró un Programa de Reasentamiento de Refugiados con apoyo de la agencia de la ONU para los refugiados (Acnur).
Le siguen Turquía y Venezuela, ambas con 29 personas. Sin embargo, en el caso de los sudamericanos, según los datos del servicio, se registran 6.901 solicitudes de refugio desde 2010 hasta el año pasado, pero apenas el 0,42% fue aprobada.
En quinto lugar se encuentra Palestina, con 16 confirmaciones. En total, son 28 las naciones que cuentan con personas en calidad de refugiadas en Chile.
El año en que se registró la mayor cantidad de solicitudes de refugiados aceptadas de colombianos (103) fue 2018, año en que el conflicto armado en dicho país cobró 243.547 víctimas.
En 2020, cuando se inició la pandemia de Covid-19, fue el año en el que menos solicitudes se aprobaron; fueron solo siete: cuatro colombianos y tres venezolanos. Sumado a eso, también fue el segundo año en el que más peticiones se rechazaron (2.069), solo superado por 2021, cuando se negaron 3.082 de estas peticiones y se aceptaron solo 19 refugiados. Con ello, los dos últimos años suman el 74,5% de todas las peticiones rechazadas.
De hecho, en abril de 2021 un oficio del Ministerio del Interior ordenó suspender la recepción de solicitudes de refugio y otros trámites en 54 gobernaciones provinciales, lo cual limitó el acceso de extranjeros al proceso. Con la firma del subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, el documento instruyó la suspensión de la recepción de solicitudes de refugio y otros procedimientos migratorios, trasladando estas peticiones a la oficina nacional, ubicada en Santiago. En noviembre, tras una solicitud de pronunciamiento del INDH a la Contraloría General de la República (CGR), ésta emitió un dictamen en el que cuestionó a Interior, decretando la improcedencia del oficio, por contravenir la ley sobre protección de refugiados, además de acuerdos internacionales.
De acuerdo con la Ley 20.430, las personas a las cuales se les puede otorgar aquella condición en el país son “los que hayan huido de su país de nacionalidad o residencia habitual y cuya vida, seguridad o libertad han sido amenazadas por la violencia generalizada, la agresión extranjera, los conflictos internos, la violación masiva de los derechos humanos u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden público en dicho país”.
El principal beneficio que una persona refugiada obtiene en Chile es la garantía de quedarse en el país. Delfina Lawson, jefa de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Chile (Acnur), manifiesta que “la piedra angular del sistema de protección de refugiados es el principio de no devolución, que una persona que es reconocida como refugiada no pueda ser devuelta a su país de origen, porque en este correría riesgo su vida, libertad o integridad”.
Y esto lo reafirma la Ley 20.430, Artículo 45, sobre las personas que reciben su condición de refugiados: “La caducidad o revocación de dicho permiso no comporta el cese del estatuto de refugiado, el cual subsistirá mientras se mantengan las condiciones que le dieron origen”.
Opinión de expertos
La baja cantidad de solicitudes de refugio aceptadas, en comparación con las solicitadas, se explica en parte -de acuerdo a los expertos- por un problema en la articulación del proceso. Francisca Vargas, directora de la Clínica Jurídica de Migrantes y Refugiados de la Universidad Diego Portales, afirma que “acá hay un problema estructural de cómo funciona el procedimiento de asilo en Chile. Es un proceso que no está pudiendo absorber la cantidad de solicitudes que hay. No creo que 20 mil solicitudes sean infundadas y, además, si miras la cantidad de pendientes de resolución, también muestra una falla estructural en cuanto a la demora”.
Rodrigo Sandoval, exjefe nacional del Departamento de Extranjería y Migración entre 2014 y 2017, explica que el proceso se debe iniciar con la voluntad de la persona de asistir a la oficina: “Primero se le pide al extranjero que llene un papel, que escriba un formulario en el cual formaliza su solicitud de refugio. Para eso, tiene que ir a una oficina de Extranjería. En este, hoy el Servicio de Migraciones, un funcionario lo va a entrevistar y preguntar algunas cosas, y si él cree que esa persona no se encuadra dentro, le va a decir que no tiene que pedir refugio, sino una visa común y corriente. Esa facultad del funcionario no está en la ley”.
Además, sobre el aumento que hubo de aceptaciones en 2018, Vargas comenta que responde a un tema de voluntad política en la época, “que venía del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, y que estaba andando en 2018 cuando asumió el Presidente Sebastián Piñera. Las cifras muestran que, luego de eso, la cantidad de personas reconocidas como refugiadas bajó enormemente”.
Para Jaime Abedrapo, director de la Escuela de Gobierno y director nacional de Administración Pública de la Universidad San Sebastián, esa disminución se sustenta en el momento político y sanitario que vivía el país. “Estábamos en una crisis institucional severa, en una proyección de una economía que se estaba viendo muy resentida, con altos niveles de desempleo como nunca se había visto desde hace harto tiempo en Chile, ocasionado por el propio Covid-19. En ese sentido, se entendía que no había que dar señales equívocas para los chilenos y por eso probablemente se restringió mucho más el acceder a este tipo de solicitudes”.
Colombianos y venezolanos
Durante los 11 años que contiene el registro del Servicio Nacional de Migraciones, los colombianos lideraron tanto la cantidad de solicitudes como la cifra de aceptaciones. Macarena Rodríguez, directora del Servicio de Jesuitas a Migrantes y académica de la Universidad Alberto Hurtado, menciona que la situación de las personas colombianas “está relacionada al conflicto armado interno y las violaciones a los derechos humanos a las personas que llegan a Chile y piden la condición de refugiadas”.
Algo con lo que concuerda María Elena Osorio, asociada de la Organización de Colombianos Refugiados en Chile (Ocorch), quien además agrega que “hay muchas solicitudes todavía pendientes, porque hay una dinámica a partir de 2017, donde hubo mucho desistimiento, entonces no aparecen como solicitudes vigentes, porque la gente renunció a la espera. Hay gente que lleva seis años esperando, y al no tenerla, toman la decisión de dejar la solicitud de refugio”.
En contraparte, para la directora del Servicio de Jesuitas a Migrantes ha existido una discriminación hacia los venezolanos que solicitan refugio: “Hoy día la principal nacionalidad a la cual se le ha negado el ingreso al procedimiento ha sido a los venezolanos. Esa cifra se esconde, por eso no aparece, ¿por qué uno ve a más sirios? Cuando miras el número de solicitudes aceptadas, o rechazadas, no te aparece ninguna de estas personas, porque no lograron entrar”.
Esto lo confirma Iván Riascos, presidente de la Fundación Red Migrantes y director ejecutivo de la Federación Mesa Nacional Migrantes y Refugiados, pero haciendo alusión a la doble nacionalidad que muchos venezolanos tienen, lo que podría explicar las cifras del servicio: “Hay muchos venezolanos que están llegando que tienen doble nacionalidad, y como no tienen su pasaporte o documentos de Venezuela, hacen la solicitud como colombianos, porque el refugio es el único instrumento eficiente donde ellos pueden regularizar su situación. Ellos entran por pasos no habilitados”.
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