Alejandro Márquez: El héroe de Barinas

El autor del gol del triunfo de Palestino ante Zamora dice que "hay que mantener los pies sobre la tierra". Tampoco esconde su ilusión de seguir en ascenso con el equipo árabe.




Alejandro Márquez se robó todas las miradas. Se jugaban treinta minutos del primer tiempo. Zamora y Palestino empataban sin goles en el estadio La Carolina, en Barinas. El equipo local no disminuía la intensidad y Palestino se defendía como podía.

No es fácil jugar fútbol en la ciudad llanera. El calor incesante y la alta humedad dificulta todo. El equipo árabe sintió la presión, pero no bajó los brazos y, aunque en ese momento del partido no tenía la pelota, nunca dejó de correr.

Los locales estaban más cerca de abrir la cuenta y Pablo Guede, haciendo una buena lectura del partido, ordenó el retroceso de su equipo. Fueron sólo diez o quince metros, pero la apuesta de volver a controlar la pelota resultó. Acierto del técnico, que encontró gran respuesta de sus futbolistas, sobre todo de Márquez, quien se plantó con autoridad en la mitad de la cancha y le devolvió el aire a su escuadra.

El reposicionamiento del cuadro chileno le valió el control del juego y, sobre el final del primer tiempo, le otorgó la ventaja. Una jugada por la derecha, balón al centro que deja muerto Tiburón y Márquez, llegando desde atrás, remata desde la frontal a un rincón con la pierna derecha. Gol. Euforia colectiva. El minuto de gloria.

El gol sólo podía anotarlo el mediocampista, quien empujó sin descanso a su equipo hacia el arco contrario, haciendo gala de mucho coraje y pierna fuerte, pero también de mucho criterio y claridad para administrar el juego y ayudar a Jason Silva en la generación de fútbol.

"El profe siempre me pide que llegue por el centro e intente terminar la jugada. Por suerte salió un buen gol y qué mejor que haya servido para obtener nuestros primeros tres puntos en la Copa Libertadores", dice, humilde, el mejor jugador de la cancha en Venezuela.

Según el volante, lo más importante, más que el gol, el triunfo o incluso la figuración como artífice del primer tanto del cuadro de colonia en la fase grupal de Copa Libertadores después de 37 años, es que "el equipo, en general, retomó la intensidad de partidos anteriores". Y añade: "Veníamos tristes por no haber conseguido los resultados que queríamos en los últimos partidos. Por lo mismo, un triunfo, y sobre todo a nivel internacional, aumenta la moral y nos da una inyección anímica para enfrentar los próximos desafíos, aunque también nos deja la vara alta. Si ganamos en Copa Libertadores y fuimos el equipo que sacó la cara por el país, no podemos dar ventaja en el torneo local. Seguro que haber ganado en Venezuela nos ayudará un montón".

Sin mirar atrás

El nacido en Loncoche hace apenas 23 años parece decidido a no mirar nunca atrás. Antes de llegar a Palestino, tuvo pasos de escaso brillo por Unión Temuco -club dueño de su pase- y Universidad de Chile, no obstante, reconoce que "el camino todavía es largo". "No puedo marearme por un gol", dice; "es muy lindo todo, pero no se puede perder el foco. En Palestino tampoco la he tenido fácil, pero Pablo Guede me ha dado mucha confianza. Ha sido fundamental en el alza de mi juego. De a poco me ha ido dando oportunidades y me dice que las estoy aprovechando, que me ha visto bien. Yo sólo espero poder seguir ratificando eso, pero siempre pensando en el bien del equipo. Si me toca seguir bailando con la bonita, como se dice, será aún mejor, pero lo fundamental es que el equipo se reencuentre y podamos seguir obteniendo buenos resultados", sentencia el volante. Y añade: "Siempre cuando alguien juega bien se le destaca en demasía, pero nada sería posible si no fuera por el cuerpo técnico y los compañeros. Eso lo tengo más claro que nunca en Palestino".

Ayer sólo hubo tiempo para el descanso, pero desde hoy Márquez, y todo el plantel deben seguir pensando en el futuro. "El domingo contra Iquique es una nueva batalla", dice el héroe de Barinas. "Lo de Zamora y el gol ya es sólo una linda anécdota", culmina.

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