Alfonso Muga, presidente de la Comisión Nacional de Acreditación: "Un número importante de comisionados no quería acreditar a la U. Iberoamericana"

La crisis financiera e institucional de la U. Iberoamericana llevó a muchos a apuntar a la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), por haber certificado al plantel recién en octubre del año pasado, sin anticipar los problemas que hoy vive. Alfonso Muga, presidente de la comisión, señaló a La Tercera que al momento de acreditar a la institución esta tenía debilidades, pero los antecedentes también apuntaban a una mejora. Con todo, Muga espera conocer más información de la situación, junto con manifestar la necesidad de una reforma a la educación superior que mejore la fiscalización al sistema.

¿Por qué se acreditó a la U. Iberoamericana?

Hay dos elementos que tuvimos en consideración. El primero fue la independencia del gobierno universitario respecto de la familia fundadora, y la reestructuración de la parte académica. Era una institución que estaba haciendo un esfuerzo, con un plan de desarrollo estratégico para el 2020, aun cuando manifestaba debilidades en ciertas áreas. Los datos que tuvimos nos permitieron establecer que la podíamos acreditar, a pesar de que la votación fue dividida y hubo un número importante de integrantes de la comisión que fueron partidarios de no certificarla. Pero la acreditamos responsablemente, con antecedentes técnicos.

¿El tema financiero era parte de las debilidades?

La institución había tenido capacidad de reducir sus niveles de déficit entre el 2014 y 2015. El 2017, conforme a las proyecciones financieras que presentaron, podían alcanzar una situación de equilibrio. Como institución de tamaño pequeño, parecía viable.

¿Qué pasó entonces?

No tenemos información precisa. Lo cierto es que la fuente de recursos, que permitía un endeudamiento a largo plazo, venía de la garantía que ofrecen los integrantes de la asamblea de socios. Al parecer ahí se generó un desajuste que desestabilizó el funcionamiento en el último trimestre.

¿Qué le parece la situación?

Es un inconveniente mayor, pero confiamos en que el plantel será capaz de superar la situación. Ahora está encabezado por el presidente de la junta directiva, Roberto Belmar, con quien vamos a conversar para que aclare algunos aspectos.

Hace unos meses, la U. Gabriela Mistral, recién acreditada, absorbió a la UCINF. ¿Se sabía que eso pasaría?

Hemos conversado con los directivos de la fundación de los Sodalicios y nos hemos formado la opinión que los responsables de la U. Gabriela Mistral (UGM) actuaron ante nosotros de buena fe y en ningún momento omitieron información relevante. Ellos nos han dicho que todo esto surge después que el plantel obtiene la acreditación. Nuestra primera reacción fue de sorpresa, sin duda. Pero después de nuestra decisión se produjeron las primeras conversaciones entre la UCINF y la UGM, que condujeron a que hacia fines de febrero este último plantel tomase el control de la primera. No es una fusión ni absorción. Esto significa que la UGM nos tiene que proporcionar la información necesaria que demuestre que este hecho no significa un menoscabo en las condiciones de calidad.

El proceso de acreditación se basa mucho en la confianza a las instituciones...

Sí, efectivamente, depende de la confianza en las instituciones, pero no en el aspecto financiero. Nosotros le encargamos a una empresa un examen de la situación financiera y sobre la base de esos antecedentes, más un par evaluador experto en la temática, dimensionamos el aspecto financiero como parte de la gestión institucional.

La jefa de la Divesup, Alejandra Contreras, dijo que le solicitará a la CNA los antecedentes para acreditar a la U. Iberoamericana. Ella forma parte de la comisión...

Dada la naturaleza de sus funciones, ella no asiste a todas las reuniones. Y cuando se toman decisiones se hacen sobre la base de antecedentes y de un debate, por lo que hay cosas que el Mineduc no conoce. Sí tiene todos los otros datos, incluso el informe de relatoría que hace el presidente de pares evaluadores. La CNA es autónoma, por lo tanto, Contreras hace bien en precisar que le solicitará a la comisión los antecedentes del caso, no obstante que los tiene en su archivo.

¿Cuál es el problema que tiene el sistema de educación superior?

Es la incapacidad que tiene la actual institucionalidad para fiscalizar. La fiscalización no le corresponde a la CNA y falta algún organismo que tenga la capacidad de prever ciertas situaciones. El sistema chileno es uno de los mejores de la zona y con las condiciones actuales hemos alcanzado resultados interesantes.

¿La reforma a la educación superior cubre las precariedades que existen hoy?

Desde el punto de vista de la institucionalidad del Estado, creo que sí. Si se crea una superintendencia de educación y se le da capacidad de fiscalizar, sin vulnerar la condición de autonomía de las instituciones, y al mismo tiempo existe un consejo para la calidad, no me cabe duda que daremos un paso importante para resolver ciertas precariedades.

La ministra dijo que el proyecto se acotará y que por ley los planteles tendrán que estar acreditados, pero se sacarán los niveles, ¿qué le parece?

Lo que la ministra plantea es que los niveles, en la medida en que los parlamentarios estén disponibles para hacerlo, se deleguen como facultad a organismos técnicos que den cabida a una reglamentación. En Chile hay organismos que pueden trabajar en eso, como la CNA. Pero no cabe duda que hay un aspecto político detrás, que le importa al parlamento definir y es que el propio gobierno debería hacerse cargo de, al menos, hacer un delineamiento básico de qué es lo que se busca.

Con lo que pasa en la U. Arcis y en la U. Iberoamericana, ¿se hace más urgente que se apruebe el proyecto de educación superior?

Sí, sin ninguna duda. Hay que mejorar la institucionalidad y no hay que pedir a la CNA cosas que no puede.