Argentina niega que vaya a entrar en default por demanda acreedores

El ministro de Economía argentino, Hernán Lorenzino, desestimó hoy que el país se declare en cesación de pagos de su deuda externa ante el reclamo judicial que presentaron los fondos de inversión acreedores que el gobierno considera "buitres", informó hoy la prensa local.

"Argentina no puede ni va a entrar en default. Las empresas calificadoras de riesgo que advierten esa posibilidad en sus informes no realizan una evaluación técnica de la economía argentina, sino que toman un posicionamiento ideológico y político", sostuvo Lorenzino en una entrevista publicada por el diario "Página/12".

El funcionario argentino ratificó que el gobierno no pagará a los fondos que no aceptaron la reestructuración de los bonos de la deuda luego de moratoria abierta en 2001.

Lorenzino identificó como acreedores sólo a quienes ingresaron a los canjes dispuestos en 2005 y 2010 por los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, respectivamente.

"El país no sólo quiere cumplir (los compromisos de deuda), sino que puede hacerlo. Nuestros acreedores son todos los que participaron en las dos propuestas de reestructuración que hizo Argentina en 2005 y 2010", aseveró el ministro de Economía.

Argentina presentó este viernes en la Justicia de Estados Unidos un alegato en rechazo de la demanda que realizaron los "fondos buitre" ante el juez de Nueva York Thomas Griesa, en la que exigen el pago de 1.443 millones de dólares que, según dijeron, el Estado les debe.

Lorenzino afirmó que el gobierno argentino seguirá "la defensa judicial en todos los ámbitos posibles, incluso ante la Corte Suprema de Estados Unidos".

Por otra parte, el ministro de Economía consideró que "existe el riesgo de que la crisis" financiera en Europa "se profundice", y responsabilizó de esta situación a "países como Alemania, que imponen una visión que va a contramano de una resolución".

"Siguen presionando a países como Grecia a hacer ajustes y los obligan a aprobar presupuestos cada vez más recesivos. Pero una vez que aprueban esos presupuestos, con un alto costo político, les corren el arco de lugar y les piden más ajustes", evaluó.