Bachelet abre nuevo foco de conflicto en tramitación de la reforma educacional

"Hoy estamos cumpliendo con lo que nos comprometimos ante Chile, iniciar un proceso de transformación profunda a nuestro sistema educativo, que permita asegurar calidad, gratuidad, integración y fin al lucro en la educación". Con estas palabras, el 19 de mayo de este año la Presidenta Michelle Bachelet firmó el proyecto que pone fin al lucro, la selección y el copago, dando inicio así a la tramitación de la primera iniciativa que forma parte de la reforma educacional.

Dos días antes, en entrevista con La Tercera, la Presidenta había confirmado que como parte de una "estrategia legislativa" el gobierno había optado por tramitar la que es considerada como su reforma más importante a través del ingreso de distintos proyectos de ley y no sólo de una iniciativa.

De hecho, tras un comité político ampliado liderado por la Presidenta y que fue realizado el 29 de julio en Cerro Castillo, el gobierno oficializó el denominado "mapa de la Reforma Educacional", donde se anunciaba que el proyecto de fortalecimiento a la educación pública ingresaría durante el segundo semestre de 2014, junto con el de carrera docente.

Ayer, sin embargo, en una entrevista publicada por revista Capital, la Mandataria reconoció que sabía que la decisión de partir por legislar el proyecto de fin al lucro, selección y copago "era una dificultad". "Claro que me pregunté cómo vamos a lograr que se vea la calidad, cuando los proyectos más explícitos de calidad van a entrar a tramitación después. Mi primer sentido fue partamos por la educación pública mientras vamos haciendo los otros avances", aseguró la Mandataria.

Las palabras de la Presidenta conocidas ayer se dan tras una serie de cuestionamientos que han surgido desde el propio oficialismo y también la oposición respecto de la decisión del gobierno de ingresar a trámite el proyecto de lucro por sobre el de fortalecimiento a la educación, reparos que han estado presentes en  los siete meses que lleva el proyecto en el Congreso.

"Estimo que la Presidenta Bachelet tendría que haberle hecho caso a su intuición, pero no hay que mirar para atrás, hay que ver como salimos adelante con una buena reforma educacional", aseguró ayer a La Tercera el presidente de la DC y miembro de la comisión de Educación, Ignacio Walker.

La pregunta que ayer se hizo gran parte del oficialismo es que si no fue la Presidenta quien decidió desde un inicio el orden de la tramitación de las iniciativas legislativas, ¿quién lo hizo?

En la Nueva Mayoría ayer circularon distintas versiones. La primera es que desde la época de la campaña que la Mandataria había mostrado su voluntad de partir por legislar respecto al fortalecimiento a la educación pública. Sin embargo, el equipo técnico de asesores habría insistido en que para poder legislar en ese tema era necesario primero hacer un cambio en el actual modelo y que, por lo tanto, poner fin al lucro, selección y copago se hacia fundamental.

Sin embargo, otras fuentes del bloque aseguran que una vez iniciado el gobierno la Presidenta le solicitó al ministro Nicolás Eyzaguirre definir la estrategia con la que se concretaría la reforma. En este caso, uno de los factores que habría obligado al Mineduc a ingresar primero el proyecto de fin al lucro sería la presión por el cumplimiento de las 56 medidas para los primeros 100 días. Esto, ya que este proyecto era el más avanzado en términos técnicos y jurídicos y el ministerio estaba obligado a presentar parte de la reforma educacional en el periodo comprometido por la Mandataria.

En esta decisión, aseguran parlamentarios, habría sido fundamental la presión que habría ejercido la subsecretaria Valentina Quiroga junto a los miembros de Revolución Democrática que hoy trabajan en el Mineduc.

Con todo, los dichos de la gobernante dejaron en una incómoda posición al ministro Eyzaguirre, ya que todas las miradas apuntan a su cartera como la responsable de definir el ritmo legislativo de la reforma.

Recuerdos del Transantiago 

Las palabras de la Mandataria recordaron las realizadas a fines de 2007, cuando en una entrevista en Canal 13 aseguró que lo peor de ese año había sido la implementación del Transantiago, agregando que su responsabilidad era "no haber escuchado mi instinto" y "haber pensado que quienes tenían el tema en sus manos a lo mejor lo tenían más claro".