Bachelet: No seremos un país desarrollado si encabezamos ranking con peor distribución de ingreso
La Mandataria ofreció una clase en la Universidad de la República de ese país, lugar donde se refirió a las principales reformas que impulsa el gobierno y aseguró que "el proceso que hemos iniciado en Chile es un acuerdo nacional".
En el marco de su viaje por Uruguay, la Presidenta Michelle Bachelet, llegó acompañada por su par uruguayo, José Mujica, a la Sala del Paraninfo de la Universidad de la República para impartir la clase magistral titulada "Reformas estructurales para una sociedad más inclusiva", en la cual participaron alumnos, docentes y funcionarios de dicha casa de estudios.
La Mandataria comenzó su exposición remarcando que "el crecimiento económico de Uruguay, y las tareas que ha llevado a cabo no sólo en la reducción de la pobreza, sino también en la disminución de las brechas de desigualdad es, sin duda, un ejemplo para Chile".
La Jefa de Estado destacó los logros de Chile en cuanto a la reducción de la pobreza, mayor democratización, estabilidad económica y solidez institucional, pero se refirió también a los desafíos pendientes: "Por un lado, enfrentar la desigualdad, entendida como disparidad de oportunidades, como brechas de acceso o como discriminaciones e injusticias entre ciudadanos. Por otro, asegurar mayores niveles de participación ciudadana en las decisiones clave".
Asimismo, indicó que la prioridad de su gobierno es avanzar hacia una mayor equidad, ya que "la desigualdad que hay en Chile afecta nuestra cohesión social y nuestras perspectivas de desarrollo económico, hiere nuestra convivencia y merma el alcance de nuestra democracia. En torno al año 2020, Chile alcanzará un ingreso per cápita similar al de las economías desarrolladas, pero no seremos un país realmente desarrollado si permanecemos entre los que encabezan el ranking de aquellos con peor distribución de ingreso".
La Presidenta expuso ante los presentes las reformas claves de su gobierno: educacional, con el foco en la calidad y la inclusión; tributaria, el mayor cambio al sistema impositivo en 30 años, que será promulgada en los próximos días, y que entregará recursos fijos para los gastos permanentes del Estado; una nueva Constitución, moderna, que entregue mayores espacios de democracia, participación y garantías; y el impulso del crecimiento económico con énfasis en la productividad, innovación y competitividad.
Afirmó, además, que estas transformaciones van de la mano, y que apuntan a lograr un crecimiento armónico, sustentable e equitativo del país, donde todos reciban una retribución justa del progreso al que contribuyen. "Nuestra apuesta es que, en el mediano plazo, la reforma educacional asegurará ciudadanos más informados, promoverá la movilidad social, la equidad y la inclusión y permitirá que el crecimiento de Chile no sólo dependa de sus materias primas, sino también del talento de su gente", explicó.
La Jefa de Estado puso énfasis en que "el proceso que hemos iniciado en Chile no es sólo una idea mía, ni del conjunto de personas que votaron por mí: es un acuerdo nacional. Porque, si bien hay diferencias sobre los mecanismos más idóneos para llevar a cabo las transformaciones, nadie en Chile niega la necesidad de cambios".
Al finalizar su intervención, la Mandataria hizo hincapié en que "todo esto lo haremos dialogando con todos los sectores, y cuidando la gobernabilidad y el crecimiento económico".
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