Calenda Maia hace una fiesta del vino en las Semanas Musicales de Frutillar

La agrupación de música medieval se presenta hoy en el encuentro sureño. Ayer, la Orquesta Sinfónica actuó a teatro lleno.




El éxito anoche de la Orquesta Sinfónica, con 1.200 personas repletando el Teatro del Lago, marcó el sexto día de las Semanas Musicales.

Hoy el encuentro continúa con la agrupación Calenda Maia con un programa dedicado al vino y titulado Vinum, rito y fiesta.

Calenda Maia es una cofradía chilenos que se han dedicado por casi 20 años a la música y al teatro medieval. Serán 18 canciones y danzas que tienen como tema central el vino (en latín Vinum), como remedio y perdición: "El vino está en las raíces profundas de las culturas. Todas las canciones dicen vino (excepto la de entrada), una pócima que es droga, que es aceptada, que es ritualizada y que es festivizada. Una buena conversación es con el vino compartiendo la mesa", explica Jorge Matamala, uno de sus miembros fundadores del grupo.

En su segunda visita a las Semanas Musicales, presentarán el primer proyecto en la historia de Calenda Maia: "Se armó un centro de estudios clásicos en la Universidad de Ciencias de la Educación (ex Pedagógico) e invitaron a Italo Fuentes y a mí a ser profesores. Él tenía que dar una conferencia sobre el vino en la literatura medieval y yo le dije que le pusiéramos música. Ahí partió Calenda Maia", señala Matamala.

También continúan los conciertos de mediodía. Así como ayer, en el de hoy participarán estudiantes que han se han destacado en concursos de interpretación musical tanto en el país como en el extranjero. Ayer se presentó el guitarrista Francisco Liberona, ganador del concurso Liliana Pérez Corey 2010, y un cuarteto de cuerdas formado por estudiantes de la Universidad Católica que ganaron el Concurso de Cámara de esa universidad.

Una seducción sinfónica

Ayer, en el debut de la Orquesta Sinfónica de Chile y bajo la conducción de su director titular Michal Nesterowicz, la agrupación interpretó Jack in the Box, de Erick Satie (orquestada por D. Millhaude), el concierto para violín de P.I. Tchaikovsky y la suite Scherezade de N. Rimsky-Korsakov.

En el concierto para violín actuó como solista el argentino Xavier Inchausti, quien se llevó un fuerte aplauso del público luego de mostrar todo su virtuosismo en la ejecución del instrumento. Luego la Orquesta demostró su jerarquía musical con Scherezade, una pieza que parece ofrecer toda la gama de matices instrumentales posibles.

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