El cardenal George Pell, primer miembro de la Curia acusado por casos de abusos
El purpurado australiano, inculpado por la policía de su país, es el prefecto a cargo de la delicada tarea de sanear y ordenar las finanzas vaticanas. Ahora dejó sus funciones para preparar su defensa. Sus detractores lo acusan por sus actos como sacerdote y obispo y por apoyar a un religioso condenado luego por pedofilia. El cardenal calificó los cargos de "falsos".
Hace años que la sombra de los abusos venía extendiéndose sobre la hoja de vida del cardenal australiano George Pell. Pese a eso ingresó a la Curia Romana, en febrero de 2014, cuando el Papa Francisco lo nombró como el primer prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, con el encargo especial de sanear y ordenar las finanzas vaticanas. Pero todo se complicó hoy para el cardenal, al ser acusado por la policía de su país de abusos sexuales que habrían ocurrido en la década de los 70. Así, Pell se convirtió en el religioso católico de más alto rango que enfrenta una investigación de este tipo.
Los abusos sexuales contra menores en Australia entre 1950 y 2010 fueron investigados por una comisión que concluyó que un 7% de los sacerdotes habían sido señalados por actos de pedofilia, sin que ninguno haya sido blanco de una investigación. Y documentó 4.444 presuntos casos de abusos sexuales contra menores cometidos por religiosos. Incluso en algunas diócesis, el 15% de los sacerdotes que pasaron por ahí fueron considerados sospechosos de abusos.
Fue en buena parte de ese periodo que George Pell, hoy de 76 años, desarrolló su labor pastoral en Australia. El religioso, ordenado sacerdote en 1966, nació en Ballarat, en el estado de Victoria, en junio de 1941. Fue profesor universitario, vicepárroco y párroco hasta que en 1987 fue ordenado obispo y estuvo al frente de la diócesis de la región meridional de Melbourne. Siguió ascendiendo y fue nombrado arzobispo metropolitano de Melbourne (1996) y de Sidney (2001). Siempre de la mano del Papa Juan Pablo II, en 2003 fue creado cardenal. Así participó en los cónclaves que eligieron a Benedicto XVI y al Papa Francisco, en 2005 y en 2013, y en los dos su nombre sonó como papabile.
El Pontífice argentino lo nombró en 2013 miembro del Consejo de Cardenales -el llamado G9- para ayudarlo en el gobierno de la Iglesia y en la reforma de la Constitución Apostólica sobre la Curia Romana y al año siguiente fue designado prefecto de la flamante Secretaria de Economía.
Durante la investigación de la comisión australiana de abusos, el cardenal Pell declaró ante ella varias veces, especialmente sobre el caso de curas sospechosos de pedofilia en Ballarat, en las décadas de los 70 y 80. Pell pidió perdón en nombre de la Iglesia Católica por los abusos cometidos, pero dijo que no tenía recuerdo de las situaciones por las que se le preguntó. Incluso afirmó que fue engañado por la entonces jerarquía católica sobre lo que realmente ocurría en una época de "crímenes y disimulación".
Sin embargo, sus detractores no olvidan el apoyo que en 1993 Pell le dio a Gerald Ridsdale, el sacerdote involucrado en el peor caso de abusos sexuales por parte de curas en Australia (la justicia lo encontró culpable de haber abusado repetidamente de 54 menores). Ese gesto le ha pesado al hoy cardenal australiano al punto que en 2013 declaró que "no fue mi intención faltarle el respeto a las víctimas. Ahora entiendo cómo fue percibida, probablemente con razón, pero no lo entendí en su momento".
George Pell, quien ha recibido en todo momento el respaldo del Papa y del Vaticano, dejó hoy mismo sus funciones en forma temporal para regresar a Australia y preocuparse de su defensa. "Pell ha condenado durante décadas abierta y repetidamente los abusos cometidos contra menores, como actos inmorales e intolerables", dijo hoy el Vaticano.
Respondiendo a esa línea, el cardenal sostuvo que "estos problemas llevan siendo investigados dos años. Se han filtrado a los medios. Es un asesinato implacable. La decisión se ha alargado durante más de un mes. Estoy esperando que llegue mi día en el tribunal para defenderme. Soy inocente de estos cargos. Son falsos. La completa idea de abuso sexual es aberrante para mí".
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