Charles Aránguiz y Jorge Valdivia entran en la norma contra inversores privados
Blatter frena los mecenas externos. La FIFA prohibirá controlar futbolistas a empresas o grupos de inversión.
El fútbol sudamericano es utilizado por los agentes de jugadores como un semillero de futbolistas que, más tarde, animarán las principales ligas del Viejo Continente. Así, países como Brasil, Argentina, Colombia y Chile suelen ser los más inspeccionados por los inversores para buscar jóvenes talentos.
La decisión del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, de combatir a estos inversores privados que manejan el mercado de fichajes a nivel mundial afectaría de manera directa a dos jugadores chilenos: Jorge Valdivia y Charles Aránguiz.
El 36 por ciento del pase del volante de Palmeiras pertenece al empresario brasileño Osorio Furlan Junior, quien realizó una inversión de US$2 millones para hacerse con ese porcentaje de la carta del mediocampista, lo que le da atribuciones para negociar los traspasos del ex seleccionado nacional. De hecho, después de la Copa del Mundo, fue el gestor del infructuoso traspaso del chileno al Al Fujairah de Emiratos Árabes.
Una situación similar vive Charles Aránguiz. Parte del pase del nacido en Puente Alto pertenece al empresario Delcir Sonda, quien invirtió 5 millones de la moneda estadounidense en el chileno.
Sonda, dueño de una cadena de supermercados e hincha fanático de Inter de Porto Alegre, ya había participado de la llegada del argentino Andrés D'Alessandro el club y, además, en su momento fue dueño del 40 por ciento del pase de Neymar. Su vinculación con el fútbol nació cuando aportó dinero para salvar al ex equipo de Elías Figueroa de la debacle financiera.
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