Científico afirma haber encontrado evidencias de la tumba de Jesús y de quienes serían su esposa e hijo
Tras realizar 150 pruebas químicas, un geoarqueólogo israelí asegura tener la certeza de haber descubierto un osario con los restos del personaje bíblico junto a otras nueve personas.
Un nuevo descubrimiento realizado por un geoarqueólogo israelí reaviva la polémica de lo ocurrido con Jesús de Nazaret después de la crucifixión. Porque tras siete años de investigaciones, el Dr. Aryeh Shimron asegura haber encontrado la relación entre los osarios o cajas de sepultura para los huesos que al parecer, conformarían la familia de la conocida figura bíblica.
Según Shimron, Jesús de Nazaret fue enterrado con otras nueve personas, entre ellas "Judáh", hijo de Jesús y su mujer, María. Los huesos fueron descubiertos en el interior de los osarios, incluyendo uno que llevaba la inscripción "Jesús, hijo de José". Otros incluyen los nombres de María, José, María y Mateo.
El investigador asegura que existen tres puntos que comprueban su teoría: uno de ellos es la conocida "Tumba de los Diez Osarios", descubierta en 1980 en Jerusalén y que según las pruebas de ADN sí contiene un parentesco directo entre los restos. Algunos poseen inscripciones que se han interpretado como "Jesús, hijo de José", "María" y otros nombres relacionados con figuras del Nuevo Testamento. De hecho, James Cameron realizó un documental llamado "La tumba perdida de Jesús", en 2007, creando gran polémica.
La siguiente evidencia data de 2002 y también se trata de un osario con las inscripción en arameo de "Yaakov (o Santiago), hijo de José, hermano de Jesús", y que fue adquirido por un coleccionista en 1970. Aunque esta última prueba fue desacreditada por la Autoridad de Antigüedades de Israel, en 2012 un tribunal local determinó que no había testimonios suficientes, y que la reliquia bien podía ser real.
Y la tercera prueba es la más actual. Según Shimron, su hipótesis de comprueba por una coincidencia geoquímica determinante entre las muestras obtenidas de las dos anteriores evidencias, vale decir la "Tumba de los Diez Osarios" y el osario de Santiago. En el primer caso, los osarios estaban cubiertos por una gruesa capa de rendzina, un tipo de suelo característico de las colinas de Jerusalén en el lado Este, geoquímicamente único y suficiente para imponer un registro en los osarios enterrados bajo ella.
Al respecto, el investigador afirmó tener evidencias inequívocas que el osario de Santiago estuvo un largo tiempo en la Tumba de los Diez Osarios (también conocida "de Talpiot"), y que un terremoto en Jerusalén el año 363, que llenó las tumbas con tierra, cubrió completamente los osarios con tiza. Esto no sólo dejó por largo tiempo inaccesible al lugar, sino también permitió que su composición química quedara inalterada en el tiempo.
Fue entonces cuando el experto pudo estudiar con detenimiento y por siete años los vestigios de tiza del área inferior de los osarios de Santiago y de Talpiot, encontrando la coincidencia química. Para reafirmar su tesis, realizó 150 pruebas de 25 osarios distintos y de 15 tumbas no relacionadas, descubriendo que los rastros de magnesio, hierro y silicio eran similares.
Actualmente la Tumba de los Diez Osarios se encuentra sellada y sus osarios en custodia de las autoridades de Israel. El Osario de Santiago por su parte, continúa en manos del coleccionista, quien la mantiene en secreto en Tel Aviv.
No es la única evidencia relacionada a Jesús y una supuesta unión marital con María Magdalena. En noviembre de 2014 se encontró un manuscrito de 1.500 años que detalla las conexiones políticas del personaje bíblico, además de un intento de asesinato.
Recordemos que una investigación de la Universidad de Toronto determinó que José, María y Jesús eran todos nombres comunes de la época, cercano a un ocho por ciento de la población. Sin embargo, un porcentaje muy pequeño habría tenido la misma combinación de nombres en la familia, tal como se describe en la Biblia.
El trabajo de Shimron fue realizado en paralelo a un documental dirigido por Simcha Jacobovici y será estrenadoen algún momento de este año o el próximo.
Ambos dicen ser conscientes que los resultados podrían desestabilizar la iglesia cristiana, pero insisten en que la investigación es científica y no teológica.
Fuente: The New York Times, The Jerusalem Post
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