Cinta portuguesa y jóvenes cineastas chilenos triunfan en Festival de Valdivia
E agora? Lembra-me, de Joaquim Pinto, ganó en la categoría internacional.
Los pronósticos acertaron. La cinta portuguesa E agora? Lembra-me, de y con Joaquim Pinto, confirmó sus laureles (venía de ganar el premio de la crítica y el del jurado en Locarno) y se llevó el Pudú a Mejor Película en la competencia internacional del XX Festival de Cine de Valdivia. En este documental en primera persona el realizador, que fuera sonidista de Raúl Ruiz, cuenta su lucha de 20 años contra el sida y la hepatitis C, mostrando cómo prueba con distintos tratamientos experimentales que se ofrecen en toda su crudeza.
El jurado, compuesto por la cineasta Dominga Sotomayor y por los críticos Roger Koza y Manu Yáñez Murillo, se inclinó por tan singular ejercicio. Y a este galardón se sumó el de la crítica especializada.
En la misma sección, el Premio Especial del Jurado fue para la refrescante Fango, del argentino José Celestino Campusano. Una especie de melodrama barrial con actores no profesionales, donde los engaños amorosos se mezclan con la violencia y rabia de personajes marginales, entre ellos un par metaleros que busca mezclar el thrash y el tango.
El cine chileno de la competencia internacional también destacó. Las dos instancias con votación del público vieron triunfar a Volantín cortao, de Diego Ayala y Aníbal Jofré. Esta cinta, tesis de egreso para la Universidad del Desarrollo, cuenta la historia de una joven asistente social que, en su práctica profesional en un centro del Sename, comienza a relacionarse con un adolescente problemático. El propósito de contar una historia cercana se une acá a una estrategia de mezclar actores profesionales con no actores. Una búsqueda realista que marcó fuerte presencia en gran parte del cine chileno en este festival, dominado por una nueva generación de estudiantes y egresados.
Por carriles similares, aunque más experimental en su puesta en escena, corre Naomí Campbell (Mención Especial), de los debutantes Nicolás Videla y Camila Donoso, egresados de las universidades Mayor y Católica. La historia de un transexual que trabaja de tarotista para cambiar de sexo gracias a un docureality de la TV, llamó la atención por el excelente trabajo de su protagonista, Paula Dinamarca, y por la política de llevar la ficción al límite.
En la Competencia de Cine Chileno se impuso Raíz, de Matías Rojas. Una cinta que debutó en San Sebastián y que es un trabajo de egreso de la U. Mayor. Emotiva y poco pretenciosa, se ambienta en Puerto Varas, donde una joven que rompió lazos con su madre ayuda al hijo de la fallecida nana de la casa a buscar a su padre por paisajes recónditos.
"Es una gran sorpresa. Estoy súper contento con que las ganadoras sean proyectos de título. Raíz no pretende más que narrar historias de personas, en un contexto geográfico que generó un vínculo muy emocional", dijo Matías Rojas tras obtener el galardón.
El premio especial del jurado en la categoría nacional recayó en el documental El vals de los inútiles, de Edison Cajas. Un muy cuidado y bien fotografiado registro del movimiento estudiantil, centrándose en un alumno del Instituto Nacional y en un ex preso político.
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