Congreso y Corte Suprema acuerdan revocar destitución de jefe militar hondureño

Una intensa batalla política se desarrolla entre el Presidente Zelaya y sus opositores acerca del proyecto gubernamental de convocar a una asamblea constituyente.




El Congreso Nacional de Honduras decidió "improbar" (desaprobar) la acción del Presidente Manuel Zelaya de destituir al jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, general Romeo Vásquez Velásquez, y ordenó que el uniformado se mantenga en el cargo.

Asimismo, la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia admitió dos amparos en la cual se pide suspender la destitución del general Vásquez Velásquez y los comunicó al Mandatario.

La decisión de Zelaya de convocar a una asamblea constituyente derivó en una intensa batalla política con sus opositores.

Aunque se esperaba una alta tensión en las calles, la realidad es que los hondureños salieron con tranquilidad a sus centros de trabajo y estudio y no existen reportes de ninguna anormalidad o manifestaciones.

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) declaró ilegal la encuesta nacional que promueve Zelaya para el domingo 28, en la cual los ciudadanos votarían si apoyan que se convoque a una asamblea constituyente para redactar una nueva Constitución Política.

Los tres magistrados del TSE reclamaron a la Fiscalía que pida la incautación de las urnas que, de acuerdo a Zelaya, serían 15.000.

El general Vásquez Velásquez y los jefes de las ramas Aérea, Naval y del Ejército, que renunciaron en solidaridad con su superior, se encuentran reunidos en el estado mayor de las Fuerzas Armadas, aunque el primero dijo en las primeras horas que "acata" la decisión de Zelaya de destituirlo del cargo.

La cúpula castrense había recibido órdenes de Zelaya de colaborar con el traslado y resguardo de las urnas para su encuesta, pero los militares le plantearon que era imposible acompañarlo porque un tribunal de justicia y la Fiscalía habían ordenado que la misma era "ilegal" y que las Fuerzas Armadas no debían participar en la misma.

Zelaya, junto a un grupo de sectores gremiales izquierdistas, impulsa la encuesta a fin de presionar al Congreso para que apruebe una cuarta urna en las elecciones generales de noviembre, en la cual los hondureños votarían si se llama a una asamblea constituyente.

Los opositores a Zelaya, que son diversos partidos políticos, las iglesias católica y evangélica, cámaras empresariales y otras asociaciones, dicen que la constituyente es una máscara que busca que se mantenga en el poder e instaurar una dictadura.

Zelaya denuncia que los grupos empresariales y medios de prensa se oponen a los cambios.

El Presidente hondureño llegó al poder encabezando el conservador Partido Liberal, pero ya en el gobierno tomó un viraje a la izquierda, se alió con grupos izquierdistas y alineó a Honduras con la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba), promovida por el Mandatario venezolano Hugo Chávez.

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