Cristián Le Dantec: "Las decisiones durante la madrugada del 27/F eran políticas y no militares"
El general (R), que tras el terremoto y tsunami estuvo presente en la Onemi, dice que las autoridades políticas buscan un "chivo expiatorio".
El general (R) Cristián Le Dantec, que hoy se desempeña en el mundo privado, durante la última semana se ha mantenido atento a las repercursiones políticas y judiciales del caso tsunami luego de que la fiscal Solange Huerta anunciara las formalizaciones por cuasidelito de homicidio de ocho ex autoridades, entre ellas el ex subsecretario de Interior Patricio Rosende y la ex directora de la Onemi Carmen Fernández. Hasta ahora, sin embargo, pese a la discusión pública sobre las responsabilidades de la alerta fallida de maremoto, había guardado silencio.
Le Dantec se desempeñó como jefe del Estado Mayor Conjunto hasta enero de 2011. En esa fecha renunció luego de que la Contraloría cuestionara la compra que el Ejército realizó de una casa avaluada en un millón de dólares donde el general residía junto a su familia. El día del terremoto fue uno de los primeros que llegaron a la Onemi y su actuación esa madrugada ha sido criticada por quienes consideran que es el responsable de la deficiente coordinación entre las Fuerzas Armadas y las autoridades civiles. Lo que hizo, vio y escuchó lo ha relatado tanto a la fiscalía como a la comisión investigadora de la Cámara de Diputados, que persigue las responsabilidades políticas por los 156 muertos y 25 desaparecidos.
¿En qué consistía su rol como jefe del Estado Mayor Conjunto?
Ese cargo yo lo había asumido cuatro días antes y, como hasta entonces no existía, el objetivo era implementarlo durante un año. Por el terremoto, sin embargo, hubo que ponerlo en ejecución de inmediato. Mi función era asesorar al ministro de Defensa en el empleo conjunto de las Fuerzas Armadas. Es decir, esa noche nunca tuve el mando de los militares, que estaban a cargo de sus respectivos comandantes en jefe que se entendían directamente con el ministro de Defensa, Francisco Vidal.
¿No era usted el enlace entre las FF.AA. y las autoridades civiles?
No, porque el ministro Vidal era su autoridad al mando. Yo me contactaba con los jefes de Estado mayores de las distintas instituciones. Con quien primero me comuniqué fue con el general Guillermo Castro, del Ejército, a eso de las 6.30 horas, porque él era el único que tenía información. Ni la Armada ni la Fach disponían de antecedentes. Y toda la información que yo recibía la iba poniendo de inmediato a disposición del ministro Vidal, que era mi jefe.
¿Estaba al tanto de que el sistema de comunicación del Ejército, conocido como Plan Torrente, estaba operativo el 27/F?
Claro que tenía conocimiento. Hasta una semana antes del terremoto yo era jefe del Estado Mayor del Ejército y toda la información que yo recibí esa madrugada de parte de la institución provenía de las comunicaciones del Plan Torrente, que fue el único que siguió operando. Tal como señaló el general Oscar Izurieta en La Tercera, el plan entró en operación de forma paulatina, porque requiere de un operador. Recordemos que era un viernes en la noche, día en que queda muy poca gente en el regimiento y, además, muchos uniformados estaban de vacaciones.
Luciano Fouillioux, abogado de la ex directora de la Onemi Carmen Fernández, señaló que el Plan Torrente no se puso al servicio de las autoridades políticas.
Los medios del Plan Torrente se usaron y tal vez las autoridades no sabían de dónde provenía la información, pero la estaban utilizando. Un dato que no se ha dicho es que, en el caso de Talca, el intendente Fernando Coloma se fue directamente al regimiento, porque había medios de comunicación. El intendente Tohá, de Concepción, en cambio, se fue a Carabineros. Hay que tener claro que las Fuerzas Armadas son coadyuvantes de la Onemi con un conjunto de otras instituciones, como Carabineros, que tiene retenes en todo Chile y hasta ahora su rol ha pasado desapercibido.
¿A qué atribuye que el abogado Fouillioux insista en que se ocultó información al gobierno?
Lamentablemente, algunos políticos en este país se acostumbraron a culpar de todos los males a las Fuerzas Armadas. Aquí se pretende buscar un chivo expiatorio y atribuir responsabilidades políticas a los militares. Y a mí eso me parece un despropósito.
¿Quiénes eran los responsables de mantener bien informadas a las autoridades políticas?
El Plan de Protección Civil establece que, en caso de emergencia, las Fuerzas Armadas entregan la información directamente a la Onemi regional y no a través centralizadamente a través del Estado Mayor Conjunto. Eso se hizo y, de hecho, el informe de la PDI con el que trabajó la fiscal establece que la Onemi estuvo permanentemente enlazada con las Fuerzas Armadas y Carabineros. La responsabilidad de procesar esa información y entregársela a la Presidenta era exclusivamente de la Onemi.
¿Entonces, cuál era su papel la madrugada del 27/F en la Onemi?
Asesorar al ministro Vidal. Y, de hecho, yo esa madrugada no debería haber estado en la Onemi, pero la presidenta le pidió a su delegado en el Estado Mayor Conjunto que me llamara.
En el video en que se registró lo que ocurrió en la Onemi se observa que la presidenta le solicitó información y usted dijo que no disponía de antecedentes. ¿Es esperable esa respuesta frente a una tragedia como el terremoto?
La presidenta me preguntó si tenía mayor información y yo le respondí que no tenía más. Es obvio, porque manejaba los mismos antecedentes que ella ya poseía. Algunos parlamentarios me han criticado por el silencio que tuve esa madrugada. Pero les pregunto, ¿qué dijeron los ministros y subsecretarios que ni siquiera abrieron la boca en la Onemi? Ellos ni siquieran señalaron que iban a buscar más información. Nada.
La presidenta también le planteó que sería oportuno contar con la presencia de alguien de la Armada y usted le dijo: "No vamos a ganar mucho con eso".
Preguntar si puede ir un marino que está en su casa en Santiago, que no está en la costa, que lo único que tiene es su uniforme y nada de información, no era una solución. De hecho, después de que terminó esa reunión llegó un delegado de la Armada, el almirante Jorge Ibarra, y tampoco llevó nuevos antecedentes ni logró dilucidar si había habido o no tsunami.
"FF.AA. estuvieron a la altura"
El comandante en Jefe de la Armada, almirante Edmundo González, no sólo no llegó a la Onemi, sino que, además, luego dijo que cuando se canceló la alerta de tsunami se relajó. ¿Le parece adecuado?
Habría que preguntarle a él. Yo no me relajé.
Durante la madrugada hubo vacilaciones y atrasos por parte de las FF.AA. Bachelet solicitó tener helicópteros disponibles para viajar al sur y la orden se ejecutó después de horas.
Es cierto, los pilotos de los helicópteros se atrasaron, pero era bastante justificable, ya que no estábamos preparados. Hacer de eso un hecho de carácter nacional, no me parece. Eso no habría cambiado en nada el hecho de que hubo más de 150 muertos y desaparecidos por el maremoto.
¿Considera que las Fuerzas Armadas estuvieron a la altura de lo que se requería en las primeras horas del terremoto?
Creo que sí, que las Fuerzas Armadas estuvieron a la altura. Partamos de la base de que no estábamos preparados, pero tras esa mañana y en los días siguientes, la reacción fue muy rápida. En la medida en que se pudo actuar, se actuó, y las Fuerzas Armadas se desplegaron por Chile.
¿Se pudo hacer algo para evitar las víctimas del tsunami?
Eso es lo que investigó la fiscal Huerta y ella definió quiénes podrían haber hecho cosas para evitar esas muertes y no lo hicieron.
Es decir, está de acuerdo con la decisión de la fiscal de investigar responsabilidades penales de dos autoridades políticas como el ex subsecretario de Interior Patricio Rosende y la ex directora de la Onemi Carmen Fernández.
Sólo digo que confío plenamente en la investigación de la fiscal Huerta. Si investigó dos años y no estableció responsabilidad alguna a los militares, entonces no es aceptable que se pretenda descubrir hoy algo que la fiscal no encontró en dos años.
El autor del video clave del 27/F señaló que a Bachelet la vio "desesperada" porque no había claridad, que "las Fuerzas Armadas siempre mantuvieron silencio" y que al final vio muy "ausente" al ministro Francisco Vidal.
Esa versión se acerca bastante a lo que estaba pasando, porque no había antecedentes. El camarógrafo dijo que la información sí estaba llegando a la Onemi y que no pasaba a la presidenta. Y era responsabilidad de la Onemi filtrar y procesar la información y comunicársela a la jefa de Estado. Las Fuerzas Armadas eran un canal más de información.
Finalmente, ¿quién tomaba las decisiones esa madrugada?
Las decisiones durante la madrugada del 27/F eran políticas y no militares. Los militares respondían al ministro Vidal. Además, desde el 2002, el plan de protección civil no incluye responsabilidades de las Fuerzas Armadas en caso de catástrofes. Hubo un convenio firmado dos días antes del terremoto en que la función de las Fuerzas Armadas se redujo a prestar movilizaciones. A nadie se le puede exigir que esté preparado para una función que expresamente no debe cumplir.
¿Faltó liderazgo esa jornada?
Uno espera que en estas circunstancias surja el héroe que se levante y haga todo lo que hay que hacer. Pero la noche del 27/F no hubo héroes.
¿Y quién cree usted que debió haber ejecutado ese rol?
Ese era un rol netamente político. En Chile, hace más de 20 años que los militares no se mandan solos, por lo que no era esperable que asumieran un rol por sobre la autoridad civil. Ahora, la justicia y ciudadanía determinarán si se pudieron tomar mejores decisiones. Yo tengo mi opinión como ciudadano.
¿Cuál es su opinión?
Me la guardo, porque se mezclaría con el puesto que yo tenía en esa época.
Izurieta señaló que si hoy hubiese un terremoto como el del 27/F, aconsejaría decretar "inmediatamente" el estado de excepción constitucional.
Había algo que estaba muy claro: no podían salir a las calles las Fuerzas Armadas si no se decretaba estado de excepción constitucional. La decisión de cuándo se decretaba era de la Presidenta Bachelet. Yo le planteé este tema al ministro Vidal el mismo sábado 27 en la mañana y tengo entendido que él también lo hizo ver. De hecho, Vidal dice que la presidenta decidió otra cosa con otros antecedentes sobre la mesa.
¿Usted lo aconsejó?
Sí, yo aconsejé eso en la mañana de ese día y él concordó conmigo. El ministro Vidal trató de adelantar trabajo la tarde del sábado y yo a esa misma hora tenía borradores de documentos para que se decretara estado de excepción.
¿Hubo tardanza en decretar estado de excepción?
Creo que sí. Mire, el ex ministro del Interior Edmundo Pérez Yoma manifestó que no había suficiente contingente en la zona para decretar estado de excepción, y eso es cierto. Pero la importancia de esta declaración es que en sí misma tiene un valor disuasivo tremendo para evitar saqueos. Las Fuerzas Armadas demoraron 24 horas en poner en orden el país.
¿Hubo tensión entre las Fuerzas Armadas y el gobierno de Bachelet tras el 27-F?
Nunca percibí una relación tensa. Mi relación con el ministro Vidal siempre fue buena. De hecho, la mayor parte de las labores de ayuda que se realizaron fueron coordinadas por el centro de operaciones de Defensa que encabezaba Vidal. Nunca escuché ni un rumor ni reproche, ni público ni privado, del ministro o la presidenta respecto de las Fuerzas Armadas.
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