De Jimi Hendrix a Luther King: vidas de película

Comienza la temporada de premios en Hollywood y aparecen las cintas sobre héroes caídos en desgracia.




The Imitation Game 

Según Winston Churchill el trabajo  de Alan Turing en la Segunda Guerra Mundial fue la más importante contribución individual al triunfo de los aliados sobre las potencias del Eje. Matemático de Cambridge, Turing logró descifrar los códigos de la máquina Enigma, usada por los nazis para desarrollar sus operaciones, acortando el conflicto bélico en al menos dos años. Hoy, la película The imitation game recoge la historia de Turing, que lamentablemente no tuvo el final feliz de los aliados en la guerra. Condenado públicamente por las leyes británicas debido a su homosexualidad, Turing se quitó la vida en 1954, con sólo 41 años. En la cinta del noruego Morten Tyldum, el científico es interpretado por Benedict Cumberbatch (Star Trek), que hace de Turing primero un volátil genio de los números, luego un pasajero amante de su colega Joan Clarke (Keira Knightley) y, finalmente, una figura de capital importancia para el gobierno británico. La película se centra fundamentalmente en los años de guerra, pero hacia el final deja caer escenas de la vida que no pudo ser. Su relación con un hombre 20 años menor le significó la cárcel y, a la larga, la muerte. Estreno en Chile a fin de año.

Pawn Sacrifice 

En agosto de 1972 y tras 21 juegos seguidos en Reykjavik, capital de Islandia, Bobby Fischer se transformó en el primer campeón mundial de ajedrez de Estados Unidos desde los tiempos de Wilhelm Steinitz en el siglo XIX. Había derrotado al soviético Boris Spassky, figura hasta ese momento imbatible del bloque del Este. Lo hizo, además, a su manera: ausentándose cuando quiso, pidiendo jugar en un sótano para más tranquilidad, jugando bromas pesadas. Esta película de Edward Zwick (Diamantes de sangre) recoge aquel match como punto de partida para mostrar otras cosas. Por ejemplo, su difícil infancia, la mala relación con su madre  y su sombría vejez. Con Tobey Maguire como Fischer, que en 1972 tenía sólo 29 años, y Liev Schreiber en el rol del paciente Spassky, la película busca, además, ser una instantánea de un momento crucial de la Guerra Fría. Aquella fue la gloria de Fischer y al mismo tiempo el comienzo de su descenso a la alienación. De héroe de la patria, Fischer pasó a ser un renegado y terminó sus días con orden de captura internacional en, justamente, Islandia. La cinta también indaga en las crisis mentales de Fischer.

Big Eyes

Tim Burton se la ha pasado, los últimos 15 años, trabajando en superproducciones que le son anchas y ajenas, desde El planeta de los simios a Alicia en el país de las maravillas. La gran excepción es El gran pez y quizás Frankenweenie, una reelaboración de un corto juvenil. Ahora, vuelve a la labor de artesano que alguna vez desplegó en Beetlejuice y Ed Wood, sus cintas más personales, con Big eyes, un trabajo de presupuesto bajo sobre la artista Margaret Keane. Es probable que esta mujer haya influido en la estética de Burton de la misma forma que el Dr. Seuss a Roald Dahl. Responsable de pinturas cuya característica infalible eran los grandes ojos de los personajes, Margaret Keane vivió bajo la sombra de su esposo, Walter Keane, por casi 20 años. En la cinta ella es interpretada por Amy Adams, mientras que Walter es encarnado por Christoph Waltz. Su matrimonio es una estafa: ella pinta, él vende los cuadros y luego los hace pasar por suyos. Todo el mundo le cree a él y no sabe que en el sótano de la casa de Walter su esposa sólo crea por amor al arte. Un día de aquellos, la esposa se rebela y demanda a Walter. Escrita por los mismos guionistas de Ed Wood, Big eyes promete ser uno de los buenos estrenos de fin de año.

Love and Mercy

En 1966, poco después de lanzar el disco Pet Sounds, Brian Wilson sufrió un colapso nervioso y el miedo escénico le llevó a una vida de anacoreta, desconectado de la realidad y de su banda, los Beach Boys. Pasaron los años, llegaron los doctores y uno en particular, el psiquiatra Eugene Landy, mantuvo en sus garras a Wilson por demasiado tiempo. Sólo a fines de los 80 y con la ayuda de una vendedora de autos que luego sería su esposa, Wilson escapó de la sombra de Landy. Esa jugada significó su retorno al campo de batalla, particularmente con  el disco Brian Wilson de 1988, que contiene la canción Love & mercy, irónicamente compuesta con el detestable doctor Landy. Esta película de Bill Pohlad toma el nombre del tema para contar la vida de Brian Wilson. En la primera parte vemos al cantante en su período de quiebre, interpretado por Paul Dano. Luego, en los 80, John Cusack hace del creador de God only knows. La cinta se estrenó en Toronto con buenas críticas  y destacando el trabajo de Dano (Looper). También, actúan Paul Giamatti como el doctor Landy y Elizabeth Banks en el rol de la segunda esposa del líder de los Beach Boys.

Jimi: All is by my Side

El viejo truco de contar sólo una parte de la historia. En este caso los inicios de Jimi Hendrix, el guitarrista de habilidades sobrehumanas y figura tutelar de la cultura hippie en Estados Unidos. En Jimi: all is by my side, Hendrix es interpretado por André Benjamin, músico por derecho propio y uno de los integrantes de Outkast. Lo que acá se ve es al hombre de Seattle entre 1966 y 1967, justo antes de que llegara a ser el Hendrix que todos conocemos, es decir, antes de Purple haze y The Jimi Hendrix Esperience. Tras tocar en algunos lugares del Sur de EE.UU., Hendrix llega al Cheetah Club de Nueva York, donde primero se engancha sentimentalmente con Linda Keith (Imogen Poots), novia de Keith Richards. Sólo es un músico más de los grupos principales, aunque de vez en cuando sorprende con una técnica sin precedentes. En algún momento acompañará a Cream y el mismo Eric Clapton dará un paso al costado para dejar tocar al superdotado instrumentista. Luego Hendrix, ya en Londres, conoce a Kathy Etchingham (Hayley Atwell), que lo acompaña hasta la muerte. Pero eso es historia de, tal vez, otra película.

Selma 

Siendo rigurosos, Selma son muchas biografías: Malcolm X, J. Edgar Hoover, Lyndon Johnson y Martin Luther King desfilan en sus imágenes cargadas de tensión social. Son postales de un período de cambios, la mayoría violentos, aunque siempre necesarios. La película de Ava DuVernay se estrena a fin de año en EE.UU. y se concentra en la marcha que en marzo de 1965 encabezó Martin Luther King desde la ciudad de Selma a Montgomery, capital de Alabama. Fue una movilización clave: tras ella, el Presidente Lyndon B. Johnson promulgó la Ley de Derecho de Voto, que dio la garantía para que todos los afroamericanos del sur participaran libremente en las elecciones. Como Pawn Sacrifice lo hace con Bobby Fischer, una experiencia particular sirve para reflejar a toda una personalidad. En este caso, la marcha de Selma a Montgomery va dando retazos de Martin Luther King, interpretado por David Oyelowo. Habla de sus conflictos, sus grandezas, sus dificultades y su relación con protagonistas de la época como Malcolm X (Nigel Thatch), el Presidente Lyndon Johnson (Tom Wilkinson) o el temido jefe del FBI J. Edgar Hoover (Dylan Baker). También, actúan Cuba Gooding Jr., Tim Roth y Oprah Winfrey.

Seven Deadly Sins

El título de esta película hace alusión a los siete Tour de Francia consecutivos que Lance Armstrong ganó entre 1999 y el 2005. Ejemplo del deportista que se sobrepone a los inconvenientes (superó un cáncer testicular en los años 90), Armstrong cayó en desgracia cuando se comprobó que había competido bajo los efectos de drogas estimulantes. La nueva película de Stephen Frears explora este caso de ídolo con pies de barro desde la perspectiva del periodista David Walsh (Chris O'Dowd), quien desenmascaró el caso en The Sunday Times. En el rol de Armstrong está Ben Foster (X-Men: The last stand) y hay una participación especial de Dustin Hoffman.

Escobar: Paradise Lost

En 1983, Nick Brady (Josh Hutcherson) llega a las costas de Colombia con el ánimo de establecer un campo de surf. Conoce a una chica bonita, entabla una relación y un poco después ambos llegan donde el adinerado tío de la muchacha. El hombre tiene mucho dinero, muchos animales y la gente del pueblo cree que es Robin Hood. En realidad es Pablo Escobar (Benicio del Toro), zar de la droga y futuro enemigo público número uno de Estados Unidos. Esta cinta, del italiano Andrea Di Stefano, se inspira en hechos reales y acaba de recibir muy buenas críticas en el Festival de Toronto. Los elogios recayeron sobre todo en la personificación de Del Toro.

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